Capitulo 57

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Cuando las liebres temen por sus vidas, echan a correr junto a su camada sin importar el peligro. protegerse es la prioridad. Da igual si sus compañeros son atrapados, tan solo importa ella. 

Cuando los leones cazan, lo hacen en solitario, sin embargo, llega un momento en el que deben luchar para sobrevivir.

 Cuando los Lobos están en peligro inminente, arman filas y se preparan para el combate. No importa la calamidad que les aceche, incluso si el mas débil de la manada puede, pelearan hasta la muerte para la protección de su manada. De su familia. 


  — ¡Al suelo! ¡Amber, al suelo! 

Cuando algo malo sucede, el tiempo se detiene, ya sea corto o largo, el dolor es igual e intenso.

  — ¿Donde esta Nick, Amber? 

¿Y si en realidad el dolor tan solo fuese parte de una distorsión de la realidad? ¿Seria suficiente excusa para soportarlo?

—  ¡Tienen a Nick! 

Ya no había mas que hacer. El error estaba cometido. Ni siquiera alcanzaba a verlo. 

Alguien cargaba a Amber entre sus brazos, se sentía cómodo, suave, como el hogar. 

—  ¡Tenemos que volver!

El sonido se había mitigado. El olor a  sangre inundaba su mente y sentía todo el cuerpo tenso por el dolor. Era la primera vez que dolía tanto.

—  ¡No, Zack, no podemos!

¿Era aquel el sonido de disparos? ¿Sirenas de policia? ¿Pero quien gritaba con tanta fuerza?

—  ¡No podemos dejarlo! ¡No podemos!

¿Por que dolía tanto su garganta? 

—  Tranquila, Amber, respira, mírame....




La voz se convertía en un sensible paro del tiempo, sentía que caía por un denso pozo negruzco, rodeado de arboles, de pronto ya no estaba en medio de una batalla por la supervivencia. Ahora estaba en medio de un paisaje hermoso. Y alguien la abrazaba. Y se sentía como el hogar. 

—  ¡Castiel! —  El sonreía, tenia cicatrices mínimas por todo su rostro. Habia estado batallando toda la noche. Amber sentía que odiaba que se entrenara tanto.—  ¡Suéltame!

Las risas. ¿Por que reía? No tenia por que reír. Ya no existían razones para reír.

—  ¿Quien es el mejor? —  El tenia sus labios en su cuello, causaba un piquete de sensaciones raras. Cosquillas. —  A ver, dime.

Lycans I: EclipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora