Capitulo 64

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Desde que llegue Fire's Wood mi vida se había vuelto cuesta abajo. Como una montaña rusa de vueltas y piruetas constantes, que no se detenían a menos que alguien gritara, alguien que no era yo. Y allí estaba esa criatura, tan perfecta y magistral, de pie frente a mí, presente como un rayo de esperanza que me había alcanzado. Podía decir que se trataba de un milagro. Pero había aprendido que no era bueno celebrar un acontecimiento sin antes asegurarme de si era una broma, o un espejismo.

— Amber, — Susurro la voz de Cameron, suave como el terciopelo, junto a mí. — Amber, ¿Estas bien?— Gire el rostro y lo mire. Y por primera vez vi en sus pupilas el miedo, el temor, la preocupación por alguien además de sí mismo. No vi al hombre de sentimientos duros y constantes, vi a un ser frágil. Un ser débil. — Amber...— El levanto una mano, grande y torpe, y la llevo hasta mi rostro. Sus dedos rozaron mi mejilla, en una caricia que me hizo cerrar los ojos para recibir placer. Y me di cuenta de la verdad, estaba aterrada. No quería saber esas respuestas. Temía lo que podía hacer si las sabía. Lo temía. — Todo va a estar bien, Abby. Estoy contigo.

Respire profundamente y mire de nuevo al Centauro. Majestuoso y sublime frente a mí. No parecía sorprendido por la escena que Cameron y yo habíamos montado. El centauro parecía acostumbrado, como si lo hubiese esperado.

— ¿Cuál es su nombre? — Fue mi primera pregunta. Cameron aferro su mano a la mía. El incidente del Ángel parecía haberse esfumado en su memoria, pero seguía fresco en la mía.

— Me llaman Vhell. — Respondió el centauro, cauteloso. — Y vengo de las islas perdidas del norte de Europa. Soy un explorador. En esta fecha, siempre visito los templos sagrados. — El Centauro venia preparado. El Dieciocho de Diciembre, en Luna creciente. Cada año, cuando los planetas buscan sus propias formas en el universo, cuando el mundo se vuelve más frágil. Tu cumpleaños, Serafín. — Abrí la boca, pero fui interrumpida. — Es complicado explicar a qué me refiero. El mundo es un lugar enorme. Y está habitado de seres incomprendidos y criaturas perdidas en el tiempo, — miro a su alrededor, justo cuando un animal parecido a un cien pies gigante pasaba sin cuidado por encima de un edificio medio destruido. Andrew gimió al verlo y se puso tras Paul, quien le palmeo la hermana como buen hermano mayor. — Los humanos no saben de nosotros por cuestiones que ustedes llamarían casualidad. Aunque bien se sabe que son ignorantes, — Siguió — Los humanos han visto a lo largo de los años indicios de nuestra existencia, y nunca actúan: Le temen a lo desconocido.

— Señor Vhell, — Llame, sabiendo que aunque su charla podía ser muy sabia e increíble, estábamos cortos de tiempo — ¿Qué es un Serafín? ¿Por qué usted y ese Ángel me llamaron así?

El Centauro dio una mirada a mi espalda, sus ojos sobrevolaron los rostros sucios y juveniles de mis compañeros. Luego contesto, con voz segura: — Una buena definición, sería la conocida Guardianes de Dios. — Luego dudo. — Antes de que incluso existiera un ser humano, los Serafines custodiaban los cielos, a los Ángeles, los Arcángeles y los Demonios. Eran seres sin Alas, con sangres fuertes, poderosos y hábiles. Su característica principal, según se, era su sangre, inmune a casi todo, poderosa e invencible. Pero primero una duda, Supongo, con certeza, que ambos han tenido ya las visiones, ¿No es así? — Abrí los ojos lo más grande que pude, atemorizada. Cameron apretó mi mano. — Veo que sí.

Lycans I: EclipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora