Capítulo 80

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Llegamos a la colina, deteniéndonos en la parte más alta de ésta. Trago saliva al observar la escuela en la que crecí a lo lejos, brillando con un aire diferente al que he conocido.

Soy consciente de que probablemente se note mi sorpresa, pero decido no ocultarla. Que sea "un demonio" no significa que odiara Hogwarts con todo mi ser.

A pesar de eso, los magos no están precisamente en la situación de preocuparse por lo que pasa en mi cabeza, lo cual me da cierta ventaja.

El señor oscuro hace una seña a sus súbditos de avance, pero yo me quedo junto a Bellatrix y mi padre.

Aprieto los párpados, mientras los gritos de guerra de los mortífagos a mi lado se hacen presentes. Nunca quise hacer esto, pero ahora veo que ha sido lo mejor. Tengo una posición única sobre la cual atacar.

Salgo de mis pensamientos al darme cuenta del campo de fuerza que han creado ante los terrenos. Pulveriza a unos cuantos secuaces, y hago todo lo posible por no sonreír:

-Es la hora.

Levantamos las varitas, provocando hechizos en un intento de destruir el blanquecino escudo. Pasan los minutos, y parece no ceder.

Sin embargo veo como una grieta aparece, y luego otra. Así, poco a poco se resquebraja, hasta estallar en mil pedazos.

La masa de mortífagos vuelve a avanzar, y nosotros cuatro también:

-Me parece sorprendente -empieza el señor oscuro- cómo una falsa sensación de seguridad causa esperanza en los corazones de aquellos que no están con nosotros.

Todos ríen de manera macabra, incluida yo. Aunque me sienta vacía por dentro al hacer estas cosas, no me puedo arriesgar a perder su confianza ahora.

La misma falsa sensación de seguridad es lo que va a destruir tus planes, hipócrita. No le quedan demasiados horrocruxes para ir fardando de poder.

Un gran estallido hace que callemos de inmediato. Han explotado el puente que conecta Hogwarts con los alrededores. Desde luego, están demostrando ser gente de armas tomar:

-¡¡No!! ¡Malditos sangre-sucia! -exclama frustrada Bella.

-No te preocupes Bellatrix, seguro que hay otra entrada, ¿verdad Emily?

Un escalofrío recorre mi espalda al oírle decir mi nombre por enésima vez, pero asiento:

-La puerta principal no la pueden destrozar, no tiene puentes, está conectada a la colina.

Una sonrisa escalofriante aparece en su rostro:

-¿A qué esperamos entonces?

Al rato, un mal presentimiento inunda mi cuerpo. Siento la enorme necesidad de entrar en el castillo, esto no va a acabar bien.

El frío de mi colgante recuerda la razón por la que estoy aquí, ahora mismo. Siento una extraña sensación, como si el corazón desprendiera un aura con gran fuerza.

Me está gritando que si no salgo de aquí ahora, algo malo va a pasar:

-Señor, ¿le importa si me adelanto? Estoy impaciente por ayudar -sonrío perversamente.

-En absoluto, adelante.

Supongo que tendrá en mente el supuesto deseo de matar que albergo después de haber estado fuera de las expediciones más importantes tanto tiempo, pero gracias a Merlín ni mucho menos.

Rápidamente me aparezco en las escaleras. Empiezo a correr hacia arriba, buscando a cualquiera de mis amigos, pero no les encuentro por ninguna parte.

Jokes And Sugar (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora