Jokes And Sugar (Fred Weasley)

Capítulo 82

-F-Fred...

Paro en seco, al igual que George... no puede ser:

-¡Oh, por Merlín! -dice Madame Pomfrey- Querida, estás helada. Ven conmigo, tenemos que curar esa herida.

Miro a mi gemelo, que tiene los ojos muy abiertos. Los dos nos atrevemos a dar la vuelta y posar la vista en nuestra amiga, para ver cómo comienza a incorporarse:

-¡¡Emily!!

Prácticamente me tiro sobre ella para abrazarla, y en seguida oigo su risa:

-No me vuelvas a dar un susto así.

-¿N-no estás enf-fadado? -pregunta.

-¡Claro que no! ¿Cómo podría estarlo?

Acaricio con cuidado su pelo:

-Voy a traer una manta -informa Pomfrey.

Se va alarmada, y yo cojo a mi pequeña para llevarla con el resto de heridos. Suelta algún quejido de vez en cuando, pero cada vez parece encontrarse un poco mejor:

-Casi te dejamos aquí -dice George.

-El casi es lo que os hace mis hermanos -sonríe.

La dejo sobre una de las mesas de madera, y mi gemelo en seguida sale a avisar a los demás:

-Todavía no entiendo cómo ha pasado esto... L-lo vi, vi cómo tú...

-Yo tampoco estoy segura de lo que ha pasado, todo esto es muy surrealista... pero estoy segura de algo.

-¿De qué? -pregunto con curiosidad.

Pasa un dedo por sus labios, con intención de quitar un poco de sangre seca que reposaba sobre sus comisuras:

-Tú has tenido algo que ver. Estaba en una especie de... limbo. Vi a mi madre, y sabía que iba a morir, pero escuché tu voz. No sé qué hice para volver, pero fue gracias a ti.

Sonrío, todavía sin poder creerme lo que acaba de pasar. Cojo su mano, y mientras ella inspecciona la quemadura hablamos de manera calmada.

Después de un rato, mi hermano vuelve con toda la familia. Molly comienza a llorar de alegría mientras la abraza, y así todos.

Si la hacen daño, desde luego lo disimula bien.

El último en acercarse es Harry, que lo hace lentamente:

-Todo se ha acabado -dice.

Ella sonríe enseñando sus blancos dientes, y una lágrima resbala por su mejilla:

-Todo ha acabado... -repite.

-Gracias.

Levanta la vista, algo sorprendida por las palabras del chico. Sin embargo, no tarda en reír suavemente:

-Tienes que estar de broma, yo no he hecho nada.

-Has hecho más de lo que crees. Y me alegro de poder agradecértelo.

Entonces, Pomfrey nos aparta a todos con su firme voz:

-Necesita atención médica de manera urgente, no queremos que te vuelvas a desmayar -sonríe.

Todos mantenemos una distancia de unos dos metros, para dejar que la enfermera se encargue de Emily sin que tenga ganas de hacernos desaparecer.

Aplica unas cuantas cremas para evitar que quede cicatriz, y hace que beba una poción espesa y de color rojo. Río al ver su cara de disgusto, pero en seguida tiene un aire mucho más alegre que antes.