Capítulo 24

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Narra Emily

Queda un día para que volvamos a Inglaterra. Sinceramente, esta semana me lo he pasado de maravilla, aunque no hemos podido hacer demasiada bromas... pero bueno, lo importante es que me ha encantado España.

Hoy vamos a estar de compras por la ciudad, y luego por la noche iremos a una fiesta que se celebra en el parque que hay justo en frente del hotel.

A pesar de que es un día bastante tranquilo, Molly nos pega un grito a las cinco, puntual como siempre. No me cuesta demasiado levantarme, por lo que a las cinco y media ya estoy vestida, duchada, y más que lista para mi último día aquí.

La señora Weasley todavía está preparando sus famosas tortitas (si, se niega a comer del bufet libre...), y me encomienda que despierte al resto.

Toco la puerta del cuarto de Ron con fuerza y le grito:

-¡Levanta dormilón!

En cuanto oigo gruñidos procedentes del interior del cuarto, me dirijo hacia mi habitación, donde Ginny descansa plácidamente:

-Ginny...-susurro.-¿Ginevra?

-No me llames así...-dice la pelirroja todavía medio dormida.

-Levanta, o la próxima vez no seré tan delicada.

Me quedan los gemelos, aunque ellos seguramente ya están despiertos. Sorprendentemente cuanto más me acerco a la puerta, más altos oigo los ronquidos. No puedo resistir la tentación y abro de golpe, haciendo que entre mucha luz.

Para colmo, cruzo la habitación y aparto las grandes cortinas de tela que cubren las ventanas:

-¡Arriba, arriba!

Un cojín vuela hacia mi cabeza, pero lo agarro antes de que me impacte:

-Si no bajáis pronto, Molly se va a enfadar, y no queréis eso ¿a que no? Además, hay tortitas.

Ambos bostezan a la vez, y se vuelven a acurrucar en las sábanas. Ruedo los ojos... No me queda más remedio:

-Vosotros lo habéis querido.

Les quito las mantas de encima y una lluvia de cosquillas, cortesía mía hace que se retuerzan entre carcajadas. George se cae de la cama, haciendo que me ría, mientras que Fred me devuelve el gesto, por lo que acabo en su cama riendo como una loca:

-¡P-para! ¡No m-me habéis dejado opción!

(...)

Tengo la mano dolorida de tantas bolsas que he cargado (la mayoría de ropa, para qué engañarnos). Por suerte ya hemos vuelto para dejarlas en el hotel y prepararnos para la fiesta. Molly y Arthur no van a venir, ya que dicen que están cansados.

Ilusionada como nunca, me encierro en el baño, a pesar de los quejidos de Ginny desde fuera.

Lavo mi cara y pinto mis uñas de un color rosado. A continuación me enfundo en mis queridos vaqueros cortos, acompañados de una camiseta suelta de tirantes en la que pone "enjoy every moment". Su color coral siempre me ha gustado.

Arreglo mi pelo, simplemente dejándolo suelto con dos pronunciados mechones cayendo por delante de mis hombros, y me dispongo a empezar con el maquillaje.

Minutos después sonrío ante el espejo, es de los pocos días en los que la raya del ojo me sale perfecta. Sólo queda añadir el pintalabios.

Decantándome por un rojo anaranjado, veo como mis labios adquieren una textura carnosa que adoro. Ya está, terminado. Echo un vistazo al reloj que se encuentra colgado de la pared.

Jokes And Sugar (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora