Jokes And Sugar (Fred Weasley)

Capítulo 35

Narra Fred

Esta tarde ha llegado una carta de Emily. No he podido leerla hasta bien entrada la noche, pero es raro, porque la letra está escrita de manera muy rápida, y es como si hubiera estado clavando la pluma en la hoja en algunas partes...

No dudo en comentárselo a mi hermano:

-George, ven aquí.

Él me hace caso al instante, y le entrego el papel:

-Freddie:

Necesito que George y tú me hagáis un favor. ¿Podéis averiguar cómo está mi madre? En serio, no me responde, y quizás es demasiado pronto para preocuparme, pero estaré más tranquila si decís que está bien.

Os debo una chicos.

Fdo Emily

Sin ni siquiera comentarlo, él ya sabe que la vamos a ayudar, lo cual a pesar de haber sido así durante muchos años, me hace sonreír:

-Entonces, ¿qué hacemos? ¿les preguntamos sin más?

-Supongo, no se me ocurre otra manera, porque no creo que hablen de ello a solas.

-O sí.

-Mira, se lo preguntamos, y si no les espiamos, y ya está. No sería la primera vez.

-Me parece bien.

(...)

Respiro para intentar calmar los nervios:

-Papá, ¿sabes si le ha pasado algo a la madre de Em? No responde a sus cartas y está un poco preocupada.

Noto un escalofrío por su parte:

-¿Por qué me haces ese tipo de preguntas a estas horas de la noche?

-Porque acabo de leerlo en una carta suya y necesito saberlo para poder dormir tranquilo.

Suspira:

-Su madre está perfectamente hijo, dile que no tiene por qué asustarse.

Sé que miente. Su tono de voz es más oscuro de lo normal, pero no rechisto. Asiento y vuelvo a mi cuarto en total silencio:

-Saca las orejas extensibles.-digo nada más entrar por la puerta

No dudamos ni un instante, y las bajamos por las escaleras. Pronto se empieza a oír la voz de mi madre:

-Habrá que decírselo tarde o temprano Arthur, no puede vivir engañada...

-Pero ¿cómo quieres que lo haga? Le escribo una carta que diga "Oye Emily, tu madre ha sido asesinada por tu padre, lo sentimos"

Los dos abrimos mucho los ojos, y nos miramos mutuamente. ¿Muerta?

-Mejor eso a que siga preocupada.

-No, esperaremos un poco más.

-Arthur...

No puedo seguir escuchando, me niego. Dejo a mi gemelo en el descansillo, y me dirijo hacia la habitación sin miramientos. Abrazo las sábanas e intento conciliar el sueño, pero tengo los párpados demasiado apretados...