Jokes And Sugar (Fred Weasley)

Capítulo 66

A veces tenemos que herir a nuestros seres queridos con tal de que nadie más tenga ese poder... y eso es exactamente lo que voy a hacer.

Han pasado unos días, y me he asegurado de que tienen suficiente dinero para volver a la normalidad... pero sin mí.

Dan las tres de la mañana, y los gemelos están dormidos. Con cuidado y de manera silenciosa me levanto.

Cojo mi capa morada, notando los ojos llorosos. Echo un último vistazo a las personas por las que hago esto, las personas más importantes de mi vida.

Aprieto los labios, y beso por última vez la frente de Freddie.

Salgo de la habitación sin cerrar la puerta, ya que hace bastante ruido.

La noche es fría, y mi aliento se refleja en el aire como un humo blanquecino.

Por suerte tengo mi bufanda de Hufflepuff puesta, y un jersey de la señora Weasley... No me iba a ir sin ellos.

Camino lentamente, iluminada sólo por la Luna y unas pocas farolas de luz anaranjada. Noto cómo mis piernas tiemblan, y dudo si es de frío o de miedo.

Llego a la bifurcación... la maldita bifurcación...

El callejón Knocktum parece más oscuro si cabe, lo que hace que trague saliva.

Aún temblando, me adentro intentando no mostrar signos de duda. Pocas personas se encuentran aquí a estas horas, pero sobre todo hay viejos locos:

-¿Quieres cabezas reducidas? Son más baratas que en la tienda, de mejor calidad.

-No gracias -respondo cortante.

El anciano me mira con odio y se aleja:

-Nunca te había visto en esta zona... No pareces como el tipo de gente que viene por aquí.

Miro a mi alrededor, pero no consigo distinguir a nadie:

-¿Te has perdido acaso? Yo puedo ayudarte.

Ríe, mientras no paro de buscar a quién le pertenece esa voz.

Entonces, alguien me agarra por detrás. Intento gritar, pero pone un mano encima de mi boca:

-¿Quién iba a decir que terminarías por entregarte tú? Me has hecho el trabajo mucho más fácil.

Forcejeo, y consigo zafarme de su agarre:

-¿Bellatrix?

Vuelve a reír, y yo sacudo la cabeza. He venido por algo:

-Quiero hacer un trato con Voldemort.

Me mira con los ojos muy abiertos, y en un ágil movimiento tiene su daga puesta a milímetros de mi cuello:

-Algo muy valiente por tu parte el decir su nombre, pero no eres digna de ello.

Mantengo una actitud firme, pero en el fondo estoy muriéndome de miedo:

-Está bien, está bien... Quiero hacer un trato con el señor oscuro.

Sonríe, enseñando sus podridos dientes:

-Me gustaría creerte, pero no parece que digas la verdad.

-Si no, ¿qué haría aquí? No voy de farol.

No aparta su vista de mí durante unos segundos, pero termina por alejar la daga. Sin embargo, agarra fuertemente mi brazo, y me veo obligada a ahogar un grito:

-Si esto resulta ser una mentira, no esperes llegar al alba.

-Tranquila, cuento con que cumplirás tu promesa.

Aparecemos en lo que parece una enorme mansión, y Lestrange me arrastra a lo largo de los eternos pasillos hasta llegar a una habitación pobremente iluminada:

-Mi señor -exclama emocionada.

Pasamos, y el hombre con rasgos de serpiente se gira:

-Buen trabajo Bellatrix, es un placer tenerte por fin aquí -dice fijándose en mí.

Veo que está mi padre, además de los Malfoy:

-Vengo a hacer un trato.

-Nadie hace tratos con el señor oscuro, se le obedece.

-Gracias por esas palabras Lucius, pero escuchemos lo que tiene que decir.

Un escalofrío recorre mi espalda al escuchar su aguda pero calmada voz:

-Haré todo lo que quieras, tendrás mi total lealtad hasta el último de mis días, no pondré pegas a nada de lo que me ordenes... a cambio de una cosa.

-Adelante.

-No puedes volver a herir, ya sea de manera física o psicológica a mis amigos. Esto incluye a los Weasleys, a Hemione Granger, a Brooke Smith... y a Harry Potter.

Los mortífagos presentes comienzan a reír, pero él alza una mano, haciendo que todos callen:

-Trato hecho.

-¿Lo sellamos con un juramento inquebrantable? -propongo.

Asiente, y alza su brazo, que agarro sin titubeos. Mi padre se acerca, y saca la varita.

(...)

-Puedes dormir aquí -exclama señalando la habitación.

Es mugrienta, tiene una ventana que no será más grande que mi cabeza y un colchón con las sábanas

Sé muy bien que teniendo los horrocruxes, el señor oscuro puede romper el trato cuando quiera, pero yo no. 

Llegará un día en el que él rompa el juramento, pero con un poco de suerte, con tal de tenerme de su parte mantendrá su promesa un tiempo. Así los chicos podrán conseguir algo de ventaja...

Decido irme a dormir, e intentar no pensar en lo que duele hacer esto...

Narra Fred

La luz del Sol hace que abra mis párpados, y el reloj me indica que son las once. 

Paso una mano por mi pelo algo 

Bajo las escaleras sin preocuparme, encontrándome con George en el sofá escribiendo en el cuaderno que tenemos para las ideas:

-¿Has visto a Emily? -pregunto.

-Buenos días a ti también -ríe.

Sonrío:

-Buenos días hermano querido, ¿has visto por casualidad a Emily?

-No, me he levantado hace poco. Igual se ha ido a dar un paseo, o a comprar comida. La nevera está casi vacía.

Asiento, y camino hacia la cocina para ver qué puedo desayunar. Por suerte hay pan, así que no tardo en hacer unas tostadas.

Ayer encontré uno de los libros de Emily, y lo he empezado a leer. Es muy interesante, no puedo parar.

Lo abro por el capítulo dieciséis, y frunzo el ceño al encontrarme una nota dentro...

La miro con miedo, reconociendo la letra de mi novia.

Lo siento

-----------------------------------------------------------------

Hey people!

Mañana empiezo de nuevo las clases, y aunque no me hace gracia la idea, tengo que centrarme en mis estudios.

No podré publicar un capítulo al día, porque no tendré tanto tiempo para escribir, así que a partir de ahora actualizaré cada sábado.

Alguna semana que tenga más de una parte escrita puede que me salte el horario para daros más capítulos, pero el del sábado siempre será fijo.

Y si por algún motivo no puedo publicar alguna semana, a la siguiente habrá dos partes nuevas.

Espero que lo entendáis, muchas gracias.