Capítulo 34

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-Emily, Emily, ¡Emily!

-Grsña...

-¡Levántate vaga! ¡Te quiero enseñar algo!

-No.

-No me obligues a sacarte por mi mano.

-No serías la primera...-consigo decir, aún medio dormida.-¡AHHHHH! ¡SUÉLTAME DESGRACIADA!

-Me da que nadie te había levantado con un Levicorpus.

-¡PARA DE REÍRTE Y BÁJAME!

-¿Te vas a vestir y vas a venir a desayunar?

-¡¡SI SI, PERO BÁJAME YA!!

Megara no para de reírse mientras me deja lentamente de nuevo sobre el colchón:

-Te espero fuera. Date prisa.

-Vale, vale...

Me froto los ojos, y cojo de la maleta unos vaqueros y una camiseta verde. Antes de salir de la habitación miro con cariño el colgante que llevo al cuello. Respiro hondo y me preparo para mi nueva vida.

Meg se gira para verme, y al instante sonríe:

-¿Qué querías enseñarme?

-Vamos a desayunar en el mejor lugar de toda Bulgaria.

-Suena bien.

(...)

Llegamos a una especie de cafetería, muy grande pero acogedora a la vez. Las paredes son azules con lunares blancos, y un olor a pan recién horneado inunda cada rincón:

-Dos raciones de gofres, por favor.-y otra vez, no me deja elegir mi comida.

-¿Gofres?

-Sé lo que estás pensando, pero no son los gofres de toda la vida... más o menos.-sonríe

Al rato, unos gofres con sirope de Arce, arándanos y nata cubren la mesa. No parecen distintos a cualquiera que haya probado... pero les doy una oportunidad:

-Qué curioso... me recuerdan a...

-¿Los gofres que hace tu madre?

Me sorprendo ante la afirmación, es como si me hubiera leído la mente:

-Por eso son especiales, tienen ese toque mágico que te hace recordar buenos momentos de tu vida.

-Nunca pensé que se podía hacer eso.

-Ni tú ni nadie, esa es la cosa.-sonríe.

En cuanto terminamos, Meg insiste en sacarme al jardín que hay en la parte de atrás. Al poco tiempo me convence y salimos a una finca enorme.

El suelo está cubierto de ladrillos, haciendo un camino que pasa entre un montón de plantas, cada una diferente a la anterior:

-¿Quieres sentarte?-dice señalando unos bancos que hay entre unas cuantas orquídeas.

-Sí, ¿porqué no?

Mientras hablamos, cierro los ojos y respiro el aire del lugar. Es muy fresco y agradable. Entonces una voz que no me es difícil reconocer cruza el aire... pero es cuanto menos extraño que esté por aquí:

-Qué raro que lleves los colores de Slytherin, traidora.

Abro los ojos, y me encuentro a Draco Malfoy, de pie, en frente nuestro:

-¿Ni siquiera te vas a cuestionar qué hago aquí? Aunque sinceramente, podría preguntarte lo mismo.

-A pesar de que no me caes precisamente bien, las noticias vuelan. Y no te interesan los motivos por los que estoy aquí.

-Me da que os conocéis.-interviene Meg con algo de sarcasmo.

Pensé que Malfoy la miraría con desprecio, pero en lugar de eso, responde de una manera totalmente calmada:

-Sí, íbamos los dos a Hogwarts.

-¿No crees que has sido un poco obsceno? Ya sabes que llamar traidor a alguien es muy ofensivo.

Por un segundo, puedo jurar que he visto arrepentimiento en sus ojos:

-Si... lo... lo siento Emily.

-No pasa nada.

¿Qué se supone que está pasando? No puedo resistir la tentación de preguntar:

-¿Y vosotros? ¿Ya os conocíais?

Meg asiente alegre:

-La familia Malfoy es muy amiga de Kratos. Todos los veranos vienen, y Draco que queda de vez en cuando con el equipo.

Genial, simplemente genial. Me voy a la otra punta del continente, pero no me libro de Draco... Venga, voy a intentar ser amable. Igual no es tan horrible..:

-Bueno, pues ya nos veremos, supongo.

-Sí, pero ¿puedo hablar contigo un momento?

-Claro...

Me levanto y nos alejamos un poco. Juega mucho con sus manos, y antes de atreverse a decir una palabra, mira con nerviosismo hacia todos los lugares posibles. Sinceramente, en seguida me impaciento:

-¿Y bien?

-Mira... sé en qué situación estás. Sé lo que te hizo Tresh en el baile, y lo que te pasó con tu padre. Créeme, aunque te hayas cambiado de país, no le va a detener. Te quieren, Emily.

-¿Hace un segundo me estabas llamando traidora y ahora me dices que tenga cuidado?

-Lo siento de nuevo, pero estás en serio peligro. Yo también lo estoy. Ser hijo de mortífagos no es lo mejor en estos momentos.

¿¡Cómo lo sabe!? ¡¡No hay manera humana de que sepa que mi padre es mortífago!! Vale, estoy empezando a asustarme...

-En el caso de que todo eso sea verdad, ¿qué sugieres entonces? Si no voy a estar a salvo ni lejos de mi casa, no hay mucho que hacer.

-Simplemente tienes que mantenerte con la gente adecuada. Evita estar sola, y procura estar alerta en todo momento.

-Draco, que sea amiga de Harry no te da derecho a meterme miedo.

Empiezo a alejarme enfadada. ¿Para qué me dice todo esto? Seguro que es una broma. Se acercó a nosotras sólo para burlarse, y ahora quiere que piense que se preocupa por mí.

Como que después de todo lo que nos ha hecho voy a caer tan fácilmente. No sé cómo se ha enterado de todo eso, pero me da que prefiero no saberlo:

-¡Tienes que hacerme caso! ¡No estás a salvo! ¡Le han hecho algo a tu madre, ahora vas tú!

Al instante me detengo:

-¿Mi madre?

-No escuché toda la conversación, pero tu padre la hizo algo.

-...

-...

-... Vas a pasar algún día con el equipo ¿verdad?

-Casi todo el verano, sí.

-En cuanto sepa si mi madre está bien, y pueda creerte o no, hablamos.

-Perfecto, pero en serio, ten cuidado.

(...)

-¿Qué quería Draco?

-Nada, simplemente disculparse. Ahora que me voy de Hogwarts piensa que va a ser un lugar más aburrido.-invento rápidamente

-Qué ricura, ¿verdad?

-Si...

No puedo dejar de pensar en lo que me ha dicho. ¿Cómo sabe tanto? Él se supone que no debería ni siquiera sacar conclusión alguna de lo de mi padre. Lo he mantenido en secreto toda mi vida. Y en todo caso, me acaba de admitir que sus padres también siguen al que no debe ser nombrado.

Además está lo de mi madre... vale que no me ha respondido las cartas estos días, pero pensé que estaría ocupada. ¿De verdad puede haberle pasado algo malo?

Jokes And Sugar (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora