Una tormenta de pisadas hace crujir la madera de los escalones. Ruedo los ojos, notando cómo una sonrisa se forma en mi cara.
Le hago un gesto a Molly, indicando que me encargo yo de sacar la tarta. Llego a la cocina, y disimuladamente cojo mi pastel... que ya está listo y delicioso.
Hago lo posible por no reírme, mientras la tormenta de pisadas llega a la habitación:
-Buenos días Emily -sonríen de manera extraña, ocultando sus manos en la espalda.
Levanto las comisuras de mi boca, fingiendo que no me he dado cuenta del aspecto sospechoso que tienen:
-Espero que os guste -exclamo señalando al postre-. Vuestra madre y yo estuvimos haciéndolo ayer por la tarde.
Los gemelos bajan la guardia, por lo que veo que sus dedos están manchados de tinta negra, seguramente por uno de sus nuevos productos... las cartas.
Se acercan de manera relajada al bizcocho. Dejo unos cubiertos sobre la mesa, y salgo poniendo la escusa de que tengo que coger una cosa del piso de arriba.
Sin embargo, me oculto al otro lado de la puerta, intentando escuchar todo lo que sucede al otro lado.
Entonces, una explosión hace retumbar ligeramente las paredes, y abro la puerta con el corazón lleno de emoción y diversión.
En cuanto veo sus caras cubiertas de glaseado blanco y marrón, no puedo aguantar más.
Tengo que poner un brazo en mi estómago, debido a que me duele de la risa:
-Esto no acaba así -dicen a la vez.
Abro mucho los ojos e intento huir, pero George consigue tirarme al suelo antes de poder alcanzar el salón.
Mientras él me inmoviliza, Fred se dedica a llenarme la cara con glaseado. Al rato parecen quedar satisfechos, y me ayudan a levantarme:
-Hay un pastel de verdad en el armario -digo-. Molly no sabía nada de esto, no la toméis contra ella.
-Prepárate -comienza Fred.
-Para nuestra venganza -termina George.
-Tiemblo de miedo -río.
Ambos ruedan los ojos, y George se va para darse una ducha, además de quitarse el bizcocho del pijama.
Por alguna extraña razón, un escalofrío recorre mi espalda en cuanto cruza el umbral. De manera vergonzosa, consigo conectar la mirada con Fred, que por su parte tiene su vista clavada en mí.
Inmediatamente me pongo roja, pero ninguno de los dos dice nada. Pasa el tiempo, y seguramente si alguien entrara ahora mismo pensaría que hemos perdido la cabeza... pero eso no importa.
Ahora todo lo que importa, somos él y yo.
No es la primera vez que estamos solos... pero es como si algo hubiera cambiado en el último día, como si algo hubiera por fin encajado.
Desgraciadamente, no podemos quedarnos así para siempre, y es Fred el que decide ponerle fin al momento:
-Buena broma -sonríe-. No nos lo esperábamos.
Parpadeo un par de veces, intentando salir de este placentero trance:
-Eh, sí. Pensé que sería buena idea -río-. Al fin y al cabo es el Día de los Inocentes.
Aprieta los labios, y se acerca lentamente, hasta que quedamos a menos de un metro.
Las mariposas comienzan a volar con fuerza en mi interior, y los latidos de mi corazón se vuelven rápidos e incontrolables.
No puedo explicar exactamente el por qué me está pasando esto... pero creo que lo entiendo.
Volvemos a conectar nuestras miradas... Esta vez soy yo la que avanza un paso. Ya casi no hay distancia que nos separe, pero a diferencia de con otras personas, no me siento incómoda.
Alza su mano, limpiando parte del chocolate que ha quedado en mi mejilla. Acto seguido chupa sus dedos, con intención de saborear el dulce.
Observo cada uno de sus movimientos, sin saber exactamente cómo reaccionar.
De todos modos no hace falta, ya que no tengo mucho tiempo de pensar.
Desconozco el cómo ha pasado, pero lo siguiente que sé es que Fred tiene sus labios sobre los míos.
Durante una milésima de segundo la sorpresa (y algo de miedo) me invaden, pero no tardo en pasar a un estado de adrenalina pura.
Sigo el beso, disfrutando del obvio y agradable sabor a chocolate. Paso mis manos por su cuello, sintiendo una montaña rusa de emociones.
Nos separamos, ambos como tomates y sonriendo. Decido fijarme en el pequeño brillo que reflejan sus ojos, haciendo que me derrita por completo:
-Feliz cumpleaños Fred -exclamo.
Me abraza con todas sus fuerzas, para acto seguido besar mi pelo. Yo por mi parte, escucho los suaves latidos de su corazón:
-Estoy contento de que estés aquí.
Levanto la comisura izquierda de mi boca:
-Y a mí estar de vuelta... más o menos.
Los dos reímos, evitando pensar en la amarga verdad que esas palabras representan. Suelto un poco nuestro agarre, para poder entrelazar nuestras manos:
-Te quiero Fred.
Y lo digo de verdad. Lo que siento por él es más fuerte que cualquier cosa que haya podido sentir... y sé que eso es amor.
No responde en seguida, lo que hace que por un instante dude de si he cometido un error al admitirlo.
Sin embargo, las siguientes palabras que pronuncia hacen que tenga razones para pensar que en cualquier momento sufriré un infarto:
-Ya sabes que yo también te quiero, Emily.
Sonrío, y aunque no es mi intención, recuerdo todo lo que ha estado pasando estos días...
Estoy a punto de salir corriendo debido a la repentina ansiedad. Este hilo se está enredando más de lo que pensaba... puede que termine por causar problemas...
Pero Fred vuelve a conectar nuestros labios, y puedo notar el amor correr por mis venas. Dejo de preocuparme, aunque básicamente porque dejo de pensar.
Todo desaparece por un segundo.
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Jokes And Sugar (Fred Weasley)
FanficSupongo que no fue sorprendente el darme cuenta de que me he enamoré de mi mejor amigo... pero no esperaba que el destino nos lo pusiera tan complicado... ---------------------------------------- Personajes de J.K Rowling, a excepción de algunos...