Capítulo 56

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Narra Fred

No puedo estar mas emocionado. Estamos a punto de abrir nuestro sueño, el mayor proyecto de nuestra vida... la alegría recorre cada una de mis venas:

-¿Listo?-pregunta mi gemelo.

-¿Crees que vendrá?

Puede que sea pesado, pero aunque este día ya es perfecto de por sí, el ver a mi pequeña lo completaría del todo.

George se gira y me mira con compasión. Es el único de la familia que no se ha cansado ya de que mencione a Emily todos los días, a todas horas, probablemente porque él también la extraña muchísimo más que el resto, aunque nunca me lo ha llegado a decir.

Apoya ambas manos en mis hombros:

-Sería genial que viniera, pero ya sabes que no contestó. Y tienen la final del campeonato mañana... sin embargo, si viene la recibiremos con los brazos abiertos.

Levanta su comisura izquierda y baja escaleras abajo, hacia la puerta. Le sigo y juntos ponemos el cartel de abierto. Ya hay una enorme fila de niños esperando, así que en seguida el local se llena.

Harry tiene una gran sonrisa, y nos pregunta cuanto cuesta la baraja explosiva:

-Para ti es gratis.

-Pero...

-Tú nos has ayudado a que esto se haga realidad, es lo menos que podemos hacer.-comenta George.

-¿Estáis seguros?

-Si -decimos a la vez.

Él sonríe, pero no dice nada. Sabe que no nos va a hacer cambiar de opinión.

Estamos a punto de subir las escaleras cuando se escucha la voz de mi hermano Ron:

-¿Cuánto cuesta esto?

-Cinco galeones -exclamamos mi gemelo y yo a la vez.

-Pero me conocéis...

-Cinco galeones.

-Pero soy vuestro hermano...

George y yo nos miramos de manera cómplice, para luego volverle a mirar a él:

-Diez galeones.

Nos giramos sin esperar otra réplica por su parte y terminamos de subir las escaleras.

Básicamente así pasa todo el día. No cerramos ni siquiera a la hora de comer, no para de entrar la gente, lo cual hace que George y yo tengamos una sonrisa que no hay manera de borrar.

A penas notamos el cansancio, y eso que llevamos más de ocho horas trabajando sin parar.

Harry y mi familia se fueron hace mucho, pero Lee ha venido a echarnos un cable reponiendo las baldas.

A pesar de todo, no puedo evitar tener la ligera esperanza de que mi pequeña venga...

(...)

Mi gemelo y yo despedimos al último cliente del día, que sale muy alegre con tres tabletas de turrón sangra-narices.

En cuanto se pierde de vista, suspiro, y mi hermano pone una mano en mi hombro:

-Creo que esto tiene futuro. Me alegro de ello.

Yo sigo mirando algo decepcionado al final del callejón. Él aprieta los labios y mira en la misma dirección:

-Esto demuestra que, por mucho que queramos, nada va a volver a ser igual. Se comprometió con los búlgaros y ella al fin de al cabo sólo obedece los horarios. Hemos tomado caminos diferentes, y es lo mejor.

-No me gusta que sea lo mejor.

-Ella es feliz, cumplió su sueño. Y a partir de hoy, nosotros también.

-¿Por qué te tienes que poner en plan filósofo? Tú también quieres verla...

-Porque intento darle una razón y un sentido a lo he ha pasado en estos meses.

George alza la mano y pone el cartel de cerrado. Con un simple hechizo cerramos la puerta, y nos ponemos a reponer las valdas. Lee se ha marchado hace poco, así que yo ayudo a mi hermano.

Estamos en silencio, pero él intenta iniciar una conversación:

-¿Crees que está bien que cerremos los martes y los miércoles?

-...

-Igual deberíamos cerrar sólo un día.

-...

-Aunque podríamos vivir en el piso de arriba, ponemos unas camas, y cocina ya hay.

-...

-¿Tendremos suficientes productos? Viendo cómo ha ido hoy acabaremos con las existencias antes de lo planeado.

-George, no estoy de humor...

-Ya lo sé... Pero tienes que mirar hacia delante.

-¿Me estás diciendo que pase página?

-Te estoy diciendo que lo aceptes.

-... ¿Crees que ella lo habrá echo?

-... Bueno... suya fue la decisión y no ha vuelto...

-...

-...

-Creo... Me voy atrás. Hay que hacer más pociones y... y cartas explosivas.

-No te olvides de los telescopios.

Paso la cortina, y me encierro en el cuarto en el que nos encargamos de construir y crear los productos. Necesito despejarme un poco...

Jokes And Sugar (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora