Capítulo 72

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Observo con detenimiento el grabado ennegrecido de la madera. Soltando un suspiro, alzo las yemas de mis dedos hasta que consiguen tocar las alas del animal.

Frunzo el ceño durante un instante, como si faltara una pieza por encajar en el puzzle... 

Inspirada, alcanzo un cuaderno que encontré hace un par de días en el armario de la habitación en la que estoy durmiendo. Se encontraba totalmente en blanco, así que decidí darle un uso.

No tengo mucho escrito todavía, pero sí que he dibujado alguna que otra cosa. Intento plasmar todo lo que se pase por mi cabeza... quizás significa algo, nunca está de más:

-¿Qué haces?

Salto en el sitio debido al susto, y río al darme la vuelta. Veo a Fred, apoyado en el marco de la puerta, mientras intenta contenerse la risa:

-Lo siento, lo siento -se disculpa.

-Estaba escribiendo... no es nada importante.

-¿Puedo leerlo? -pregunta.

-Es muy malo... -exclamo apartando la vista.

-Vamos, seguro que es genial.

Niego con la cabeza, mirando a la hoja de papel... craso error. Comienza a hacerme cosquillas, haciendo que suelte el cuaderno.

Mientras intento no quedarme sin aire, él con un ágil movimiento consigue hacerse con la libreta.

Se aclara la garganta, comenzando a leer en alto:

-Y así fue, como la mariposa voló. 

Voló entre el tiempo, entre rosas con espinas.

Y se hirió.

Hirió sus bellas alas, de colores vivaces.

Y entendió.

Entendió como el destino no siempre sonríe.

A veces es cruel.

Porque aunque aún no lo veas,

todo depende de si tocas

los pétalos, o te arriesgas a que las espinas

pinchen tu piel.

Ninguno de los dos dice nada, lo cual hace que mis mejillas ardan. Fred no aparta la vista del poema:

-Lo sé... es muy deprimente... -susurro- No... no sé en qué estaba pensando. Lo borraré luego.

-Ni se te ocurra -suelta.

-¿Estás loco? Es una carta a la depresión.

Aprieta los labios:

-¿Así te sientes?

No respondo. No quiero responder, porque eso sería admitir que confío más en unos desconocidos que en mi familia... aunque sea así:

-¿Quieres hablar de ello?

Muerdo mi labio inferior y trago saliva. decido que lo mejor será explicar el por qué he escrito esas palabras:

-Siento que he escogido mal el camino. El intentar coger una rosa por los pétalos no es más fácil, y te llevará más tiempo, pero sufrirás menos que si intentas cogerla por las espinas...

-Crees que has ido a por las espinas.

Asiento, y no tardo en notar sus brazos alrededor mío. Le correspondo, por lo que los dos estamos sobre el colchón, consolándonos sin palabras. 

(...)

-¿Quieres que juguemos un partido de quidditch? -propone George.

Sonrío, deseando apartar mi mente un poco de todo lo que está pasando:

-Me pido cazadora.

Los gemelos levantan las comisuras de sus bocas al verme más relajada, y no tardamos en coger unas escobas y salir al jardín.

Echaba de menos esto... la sensación del viento me resulta agradable, y encima toda la adrenalina...

Diez puntos, veinte puntos, treinta puntos:

-¡Deja de hacer eso! -ríen.

-¿El qué? -pregunto algo confusa.

-¡Ser tan buena! -responden a la vez.

Mis mejillas se vuelven rojas, pero no me distraigo... y marco otra vez. Un baile de la victoria se observa por mi parte.

(...)

-Emily cariño, ¿puedes ayudarme? -pregunta Molly.

Yo sonrío, y me acerco a ella, que se encuentra a la cocina:

-¿Qué necesitas?

-Estoy haciendo una tarta para mañana, y necesito que me ayudes con el bizcocho. No te estoy molestando con esto, ¿verdad?

-¡Claro que no! -digo alegremente- ¿De quién es el cumpleaños?

Veo que deja de ser la mujer alegre de siempre. Su cuerpo se tensa, y el brillo de sus ojos desaparece, pero es sólo por un segundo.

En seguida vuelve a actuar como la persona cariñosa y amable que es... pero sé que por dentro no se siente igual.

Bravo Emily, has hecho la pregunta que no deberías:

-Es el cumple de Fred y George... 19 años, se están haciendo mayores tan rápido...

-¿Por qué me da que eso no va a importar? -río- Siempre serán igual de bromistas-

Escucho por parte de la señora Weasley una carcajada:

-Sí, sobre todo mañana... hay que tener cuidado. La última vez acabé con el pelo verde.

Mi cabeza en seguida comienza a dar vueltas. Que sea su cumpleaños no les da inmunidad... también es el Día de los Inocentes *inserte risa malvada*:

-¿De qué va a ser la tarta?

-Chocolate, es su preferida.

Asiento lentamente, mientras planeo mi broma para los chicos.

Después de un rato, decido hacer otra tarta (con magia, no me da tiempo a hacerla de manera muggle) y que les explote en la cara al cortarla.

Me río solamente de pensarlo, tengo una vena traviesa al parecer. No acabamos demasiado tarde, así que subo a mi habitación, comenzando mi plan malévolo.

Jokes And Sugar (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora