Jokes And Sugar (Fred Weasley)

Capítulo 81

Sé lo que todos piensan, esto no ha terminado... pero para mí sí.

No tengo ganas de vengarme, ni de hacer justicia. Lo único que quiero es quedarme con Emily todo lo que pueda...

Extrañamente, el resto parece entenderlo sin que les explique nada, porque comienzan a marcharse con la intención de luchar.

George es el único que queda en la sala, aparte de mí. Apoya una mano en mi hombro, y pocos segundos después una lágrima cae sobre mi piel, mientras acaricio lentamente su pelo:

-Nos ha salvado la vida a los dos...

Cierro los párpados por un instante y digo:

-Nos ha salvado la vida a todos.

No me muevo, si lo hago lo más seguro es que utilice la varita para conjurar a todo el ejército de Voldemort hechizos poco ortodoxos:

-Deberías ir con ellos -digo.

-¿Tú que harás?

-Quedarme aquí... no me siento con fuerzas de nada.

Retira su mano, y sin decir otra palabra se aleja:

-George.

Para, y levanto durante un segundo la comisura derecha de mi boca:

-Ven con buenas noticias.

Aprieta los labios en un intento de sonreír, para luego marcharse definitivamente.

Haciendo de tripas corazón miro de nuevo la quemadura que ha acabado con su vida... Cuesta solamente pensarlo...

La blanca piel de mi pequeña está roja y pelada, dando una visión bastante desagradable.

A pesar de ello, su cicatriz se sigue distinguiendo a la perfección.

Traidora.

Narra Emily

Todo lo que me rodea es blanco. Intento buscar un punto de referencia, recordar lo que ha pasado y saber dónde estoy, pero no consigo concentrarme. Todo parece igual, y eso no es que me calme precisamente:

-Emily.

Me giro rápidamente, encontrándome a mi madre. En ese momento el pánico invade todos los pensamientos medianamente racionales que albergo:

-¿Q-... ¿Qué está pasando? ¿Dónde estamos? ¿Por qué estás aquí?... ¿Qué hago yo aquí?

Sonriente, da unos cuantos pasos hacia mí, y agarra mis manos con delicadeza:

-Estamos en el limbo.

Frunzo el ceño, hasta que recuerdo mis últimos momentos antes de quedarme dormida:

-Eso significa que...

Ella se limita a asentir, haciendo que no tenga que terminar la frase:

-Pero entonces, ¿por qué estoy en el limbo?

Coge de manera cariñosa mi mejilla:

-Tenemos que marcharnos, alguien te tiene que guiar, ¿no?

Asiento lentamente, pero aún así tengo una duda:

-Entonces, ¿no tengo opción?

-...

-Mamá...

No me digas que hay una manera de volver:

-Me gustaría que pudieras. Es una pena...

-Pero siempre decías que el amor es lo más poderoso que existe... Quiero decir, por algo estoy aquí, ¿no? Si no, hubiera ido directamente a-