Capítulo 75

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Paso una mano por mi cara con intención de desperezarme, y aunque no hace mucho por eliminar mis ganas de volver a dormir, consigo mantenerme despierta.

Frunzo el ceño al notar que Fred no está a mi lado... siempre suelo ser yo la que se levanta primero.

Bueno, habrá madrugado por una vez en su vida. Río ante el pensamiento, y decido bajar las escaleras. 

Todo está muy silencioso, este día está empezando de una manera muy extraña. Abro las cortinas, ya que las habitaciones están sumidas en la oscuridad.

Mientras empiezo a prepararme el desayuno, alguien me abraza por detrás. Pego un grito que vacía el aire de mis pulmones:

-¡¡Como vuelvas a hacer eso eres hombre muerto Fred Weasley!!

Su risa ilumina la cocina, haciendo que no pueda estar enfadada por mucho tiempo:

-No seas así, podrías haber sido un asesino secuestrador.

Pienso durante un momento que se va a ahogar, pero consigue pararse poco a poco:

-¿No vas ni a disculparte?

-No -sonríe-. Yo sólo quería tener un gesto cariñoso contigo, eres tú la que se ha asustado.

Ruedo los ojos:

-Vale, ahora que te has burlado de mí, ¿qué está pasando? ¿Por qué no hay nadie?

-George tenía que arreglar algunas cosas con el Ministerio sobre la tienda, y mi madre se ha ido a hacer la compra. Así que tenemos la casa para nosotros.

Sonrío:

-¿Por qué me da que no es una coincidencia?

-Porque no lo es, me conoces demasiado bien.

Se acerca lentamente, olvidando por completo el concepto de espacio personal... aunque tampoco me importa mucho:

-Primero el desayuno -digo convencida.

-¿Quieres más a la comida que a mí?

-No puedo vivir sin ti... pero la comida también es una parte importante de mi vida, ¿sabes?

Rueda los ojos, pero se sienta pacientemente a que acabe, mientras hablamos de cosas sin mucho sentido.

De vez en cuando intenta robarme algún que otro beso, pero yo rápidamente me meto un poco más del desayuno en la boca, sólo por seguir la broma.

Termina por pillarme desprevenida, dejándome atontada nada más rozar sus labios con los míos.

(...)

Acaricia lentamente mi pelo, haciendo que me quede bastante adormecida. No necesitamos más, y eso me encanta.

Su calmada respiración hace que me olvide por completo de todo lo que nos rodea:

-Emily.

-¿Sí? -pregunto con la voz ronca, ya que casi estoy dormida.

-Te quiero.

Sonrío:

-Y yo a ti.

Con esas últimas palabras caigo dormida.

(...)

-Pequeña, pequeña, levanta ¡deprisa!

-¿Eh? ¿Qué pasa Freddie?

-Alguien está en casa, y no es de mi familia. ¡Tenemos que irnos!

-¿Cómo sabes que no es tu padre o algo así?

Jokes And Sugar (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora