Mackenzie. ✔️

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Madison estaba caminando por King's Cross. Sus padres la habían dejado a la entrada pues ellos tenían mucho trabajo y no les daba tiempo de acompañarla hasta que el tren llegara, y después de varias disculpas hacia su hija, ella se fue.

Iba caminando hacia la pared entre el andén 9 y 10 cuando vio a una niña de su edad con cabello rubio dorado y ojos verdes, que se veía algo perdida y no parecía saber dónde estaba o qué hacer. Supo que su objetivo era encontrar el tren a Hogwarts pues llevaba un carrito con su baúl encima. Maddie se acercó a la niña con curiosidad, la cual cuando notó la presencia de la rubia, se giró a verla.

— Hola... —dijo la chica algo insegura. Miró a su alrededor algo nerviosa—. ¿Tú también vas a Hogwarts?

Maddie asintió.

— Así es —una sonrisa se curveó en el rostro de la niña—. No sabes cruzar, ¿cierto? —ella negó con la cabeza. Madison sonrió—. Mira cómo lo hago y después entras tú ¿de acuerdo? Así te será más fácil.

— De acuerdo.

Una vez que se fijó que nadie la viera, Maddie avanzó con paso firme y cruzó la pared como si nada.

La niña que se había quedado fuera ladeó la cabeza y cerró los ojos, tomó aire y corrió, esperando el impacto que nunca llegó.

Al abrir los ojos y escuchar todas las voces provenientes del andén 9 ¾, vio a la chica que la había ayudado a cruzar hacia unos segundos.

La rubia le extendió la mano.

— Mi nombre es Madison Malfoy, pero puedes decirme Maddie —se presentó.

— Mackenzie Williams —dijo con una sonrisa mientras estrechaba la mano.

— ¡Maddie!

Oyeron una voz a sus espaldas y ambas se giraron. Un niño de cabello castaño claro, casi rubio, llego corriendo a abrazarla, haciendo que casi perdieran el equilibrio.

—¡Hey, agresivo! —exclamó Maddie. Lysander arrugó la nariz ante el comentario de su amiga, la cual rodó los ojos—. Te presento a Mackenzie; la acabo de conocer.

Lys dirigió su mirada hacia la chica a lado de Maddie, y frunció el ceño al reconocerla.

— ¿Kenz?

— ¿Lys? —se preguntaron al unísono. El chico asintió—. ¡No lo puedo creer! ¿Cómo estás?

— ¡Bien! ¿Tú? ¿Qué haces aquí? —preguntó sonriendo, asimilando la información.

— ¿Ustedes dos se conocen? —inquirió Maddie arqueando ligeramente una ceja.

— Sí. ¿Recuerdas mi viaje a Francia? —la rubia asintió—. Bueno, pues ella es la niña que conocí allá.

— Wow, que pequeño es el mundo —dijo sonriendo un poco—. ¿Buscamos a James? El tren está por partir.

—Claro.

Los tres niños se dirigieron al tren color escarlata, pasando a través del tumulto para poder abordar la locomotora.

En cuento entraron al compartimento que siempre ocupaban y se encontraron con James, Lysander le explicó que ya conocía a Mackenzie desde las vacaciones pasadas. Para ella había sido un alivio encontrarse con alguien, ya que al ser un cambio tan grande de Francia a Londres, el coincidir con un amigo le había dado mucho gusto.

— Entonces, Kenzie, tú estudiabas en Beauxbatons, ¿cierto?

— Sí, pero mi padre decidió sacarme de ahí. Decía que prefería que estudiara en una escuela mixta. Además tenía muchos problemas por mi tipo de sangre.

Memories after allDonde viven las historias. Descúbrelo ahora