Memories after all

Hablando del Señor Tenebroso...

Mack se despertó de golpe al sentir una carta caer al lado de su almohada y sintió un pánico irracional, sin embargo, no sabía porque. Con las manos algo temblorosas tomó el sobre y lo abrió.

Hola, Mack,
¿Cómo estás? Bueno, vayamos directo al punto: mañana va a ser la fiesta del aniversario de la Segunda Guerra Mágica y pensé que sería buena idea invitarte.
Será mañana en la Madriguera y todos irán, ojalá tú también puedas venir.
Un beso, espero tu lechuza,
Albus Potter.

Se relajó un tanto al ver de quién era la carta. Se llevaba bastante bien con Albus. Era un chico muy abierto y educado y creyó que sería de mala educación negarse a su invitación así que tomó un pergamino y pluma para decirle que sí iría.

Le dio la carta a su lechuza y bajo las escaleras.

Eran como las doce del día y ella apenas iba a desayunar.

- Hola- saludó a su madre y padre con una sonrisa- mamá, me invitaron a una fiesta mañana por la noche ¿puedo ir?- dijo mientras se sentaba en el comedor y tomaba una manzana.

Cynthia estaba haciendo la comida en la cocina por lo que estaba de espaldas a ella.

- ¿A dónde?

- A la Madriguera- dijo antes de morder la manzana.

- ¿A la donde?

- La Madriguera, mamá.- le desesperaba demasiado que su madre no supiera nada del mundo mágico y tuviera que explicarle todo.

- ¿Con los Weasley?- preguntó su padre interviniendo por primera vez en la conversación.

- Aha.

- Oh, sí. Ellos son lindas personas ¿es por el aniversario de la Guerra, cierto?

- Yep.

Su padre no tenía mucho contacto con el mundo mágico. Trabajaba en una oficina muggle en Londres y había asistido a Durmstrang donde terminó su educación mágica.
Mackenzie nunca entendió muy bien porque su padre se alejó del mundo al que pertenecía, lo único que sabía al respecto es que al conocer a su madre, se mudó a Londres muggle pero ella no tenía intenciones de alejarse de la magia.

- ¿Cómo iras allá?- Mackenzie rodó los ojos <<y aquí empieza el interrogatorio>> pensó.

- Con la Red Flu- contestó como si fuera obvio.

- ¿Quiénes irán?

- No se, papá. Algunos amigos de la escuela.

- ¿A qué hora será?- mierda. Kenzie no sabía a qué hora sería así que se inventó algo rápidamente esforzándose por sonar convincente.

- A las nueve- dijo.

- ¿A qué hora volverás?

- ¡No se, papá! Tal vez me quede a dormir allá, no se.

Su padre la miro por encima de su periódico.

- Puedes ir- dijo antes de sumirse de nuevo en su lectura.- e ignorare el hecho de que me hayas contestado.

Mackenzie sonrió y se levanto de un salto de su silla para ir a darle un beso en la mejilla.

- Gracias, papá.- dijo para después subir corriendo por las escaleras para subir a su cuarto.
(...)

Draco arqueo una ceja mientras leía una carta que tenía en las manos.

- ¿Qué pasa?- preguntó Scorpius.