De rodillas.

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2023, dos años después de la batalla.

— Albus— lo llamó Sophia por milésima vez, apenas sacándolo de su trance —¿Estas bien?

— Si, es solo que...— sonrió y negó divertido — estamos haciendo nuestros EXTASIS y eso significa que en un mes y medio saldremos de Hogwarts y... vamos, es algo extraño — Sophia le sonrió con cariño.

— Es extraño — confirmó — pasamos siete años de nuestra vida viviendo aquí y ahora dejaremos lo que es nuestro hogar...— comentó con nostalgia.

Durante esos últimos días se había encargado de grabar cada simple detalle de esa escuela en su memoria para recordarlo siempre cuando egresara.

— Joder, como voy a extrañar este lugar. — Sophia se recargó en el hombro de Albus

— Si, también yo.

— Y yo también — dijo Scorpius saliendo de atrás de sus amigos, interrumpiendo su momento de melancolía.

— ¡Mierda! Agh, maldito hurón. Me espantaste— se quejó Albus fulminando a su amigo con la mirada.

— Era la idea— Sophia soltó una carcajada.

— Me sales hasta en la sopa, joder— se volvió a quejar—¿Por que no estás con Lily?

— Salió con Hugo a Hogsmeade— comentó Scorpius encogiéndose de hombros y abriéndose un lugar justo en medio de la pareja.

— ¿Y por qué no estás histérico por eso?— cuestionó su amigo.

Scorpius lo miró con una ceja arqueada, incrédulo.

— Porque es su primo, idiota. Duh.— dijo con obviedad.

— Es que conociéndote...

— Oh, mejor ya cállate, Al— pidió Scorp.

— ¿Cuanto falta para la graduación?— preguntó Sophia algo curiosa y cambiando de tema.

— En poco menos de dos meses— una sonrisa traviesa se dibujó en el rostro de la pelirroja.

— Necesito urgentemente que sea ese día— dijo aún sonriendo y Albus pegó un respingo— ya sabes, por lo de... ¡Auch!

No pudo acabar porque su novio le había dado una pequeña patada en la espinilla provocando que ella se callara.

Albus sonrió de manera nerviosa y Scorpius los miró interrogantes.

— ¿Me perdí de algo?— preguntó arqueando una ceja.

Sophia pareció captar porqué Albus la había pateado porque su expresión se tornó de sorpresa.

— ¿No sabe?— interrogó dirigiéndose a su novio.

— ¿Cómo se supone que sepa?— preguntó Albus entre dientes mirándola con algo de preocupación.

— ¿De qué me perdí?

— ¡Nada!— exclamaron Albus y Sophie al mismo tiempo con evidente nerviosismo.

Scorp se encogió de hombros, sonriendo.

— ¿Qué más da? ¿Vamos a las cocinas? Tengo hambre— Sophia soltó una carcajada.

— ¿Cuando no?— todos vieron con algo de diversión y nostalgia, como una cabellera negra, una pelirroja y otra rubia se alejaban de ahí igual de unidos como cuando se conocieron.

(...)

Fred miró con nerviosismo el reloj.

Habían quedado de verse a las diez de la noche y ahora eran las 10:30.

Memories after allDonde viven las historias. Descúbrelo ahora