Mientras sentíamos calma. ✔️

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— Cierra la boca, Scorp, se te meten las moscas —Scorpius fulminó a Madison con la mirada.

—Oye, que el hecho de que yo te haya despertado a las cinco de la mañana no significa que te las tengas que cobrar conmigo con cada cosa que hago —Maddie arqueó una ceja con incredulidad y rodó los ojos.

—Es Rose Weasley, la hija de Hermione y Ron Weasley. Si quieres seguir vivo, te recomiendo que dejes de mirarla.

—¿Y eso? —preguntó frunciendo el ceño. Madison rodó los ojos.

—Aún te queda mucho que aprender, hermanito —dijo dándole unas palmaditas en la espalda—. Aunque por lo mientras, confórmate con saber que los Malfoy y los Weasley, no se mezclan —Scorpius bufó algo.

—Estúpidos esquemas. Ya veremos si lo que dices es cierto.

(...)

Albus tenía algo de miedo... Por todo, en general.

¿Y si quedaba en Slytherin? Su padre había dicho que uno de los hombres más valientes que conoció fue de la casa de las serpientes, pero aun así le aterraba la idea de ser tan diferente al resto de sus parientes.

Tomando aire, corrió hacia el tren, despidiéndose nuevamente de sus padres y repitiendo las palabras de Harry en su mente una y otra vez, haciendo un esfuerzo por creérselas.

Oh, maldita sea.

El no encontrar a su hermano en definitiva no ayudaba a calamar sus nervios. No tenía idea de dónde se había metido, así que abrió el primer compartimento que se encontró, cansado de estar dando tantas vueltas sin sentido en la locomotora.

— Hola —dijo en cuento abrió la puerta del cubículo.

Seis pares de ojos se clavaron en él tan pronto como había entrado, haciéndolo sentir incómodo. A pesar de eso, toda su atención fue capturada por una chica de ojos verdes que lo miraba con una sonrisa divertida.

—Disculpen —dijo antes de cerrar la puerta otra vez y salir de ahí.

Comenzó a caminar de nuevo con rapidez, pero esta vez sintiéndose extrañamente nerviosa y un tanto ridículo. Sin embargo, sus pasos fueron detenidos casi inmediatamente gracias a que alguien lo tomó del antebrazo, impidiendo que siguiese avanzando.

— ¿Dónde diablos estabas? —preguntó James.

— Buscándote —contestó Albus como si fuese algo obvio.

— Pues yo te encontré primero. Ven —dijo arrastrándolo por los pasillos hasta que llegaron al cubículo donde estaban él y sus amigos.

Albus se sentó al lado de Madison, sintiéndose extrañamente nervioso por estar al lado de una Slytherin, como si ella le fuese a pegar las aptitudes de la casa de Salazar.

— Miedo a ser una serpiente, ¿ah? —adivinó Lysander con una sonrisa divertida.

Maddie rodó los ojos

— No le hagas caso, mini Potter. Slytherin es la mejor casa —Mackenzie, James y Lysander la miraron con incredulidad, a lo que ella sólo respondió mostrándoles su dedo de en medio.

— ¿Es que no te bastó con el enorme sermón que te dio papá, Albus? —Preguntó James arqueando ligeramente una ceja—. Fueron siglos lo que te tardaste hablando con él; creí que por lo menos te grabarías las palabras porque papá estuvo practicando el discurso por semanas —Albus hizo una mueca.

— Pero si tú jodes todo el tiempo con que si quedo en Slytherin, te desentiendes —James rodó los ojos.

—Mira, hermanito: mejor amiga es de Slytherin y no tengo nada en contra. Con mi hermano no habría diferencia, ¿vale? No seas ridículo.

Memories after allDonde viven las historias. Descúbrelo ahora