Divas y bodas.

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- ¡Hermanote! ¡Hermanote! ¡James! ¡Sirius! ¡Agh! ¡Hazme caso, maldita sea y quita esa estupida cara de enamorado de una jodida vez!- le dio un golpe en las costillas y el mencionado reaccionó.

- ¿Qué carajos...?- dejo la frase en el aire y la miro arqueando una ceja- ¿qué?

Lily bufo y chasqueo la lengua.

- ¿El morado o el rosa?- James frunció el ceño.

- ¿De qué estamos hablando?- Lilianne le dio otro golpe  y James se quejó otra vez.

- Sabía que no debía de venir contigo. Le hubiera dicho a Albus.- comentó retóricamente.

- ¡Hey!

- ¡Es la verdad! ¡Él me pone atención y no se la pasa pensando en un par de ojos grises!- James rió y bajo la vista para ver a su hermana que aún iba en silla de ruedas con una ceja arqueada.

- ¿Celosa, enana?- ella bufo y negó con la cabeza.

- Pf, claro que no. Que cosas dices.- James rodó los ojos mientras se volvía a acomodar su bufanda porque hacía un frío impresionante ya que estaban a principios de diciembre.

- Vale, ya. ¿Qué era lo que querías?- a Lily se le iluminó el rostro otra vez al ver que la atención se volvía a centrar en ella.

- No sé si el rosa o el morado- dijo señalando una pequeña clase de jaula donde había montones de pygmy puffs.

James frunció el ceño viendo a todas las bolas peludas que su hermana mencionaba.

¿Cómo diablos alguien querría una bola de pelo con ojos y patitas? Luego recordó que hablábamos de la loca de su hermana y se le pasó el pensamiento.

- Me gusta ese- dijo señalando uno morado que tenía los ojos enormes.

Lily asintió sonriendo y tomo al pygmy puff entre sus manos.

- Vaya, si sirves para algo- dijo haciéndose la sorprendida y James le dio un pequeño golpe en la cabeza- ya, me callo.

- Bueno, toma tu bola de pelos y vámonos de aquí que me muero de frío.

- ¡Pero necesita un nombre!- James hizo un puchero fingido.

- ¿Es en serio, enana?

- Muy enserio- levanto al pygmy hasta la altura de sus ojos y lo miró atentamente- ¿cómo te puedo poner?

- ¿Momo?- sugirió James y Lily lo miró y arqueo una ceja- ¿qué? Me pareció un buen nombre.

- Es que de hecho, es un buen nombre- dijo mirando de nuevo al pygmy- ¡hoy me has sorprendido bastante, hermanote!

- Pf, que va. Me halagas- comentó con sarcasmo.- ¿nos vamos?- preguntó entregándole unos galeones al dueño de la tienda y tomando la silla de ruedas de su hermana para sacarla de la tienda, apurado por irse de ahí.

- ¿Quién es mi Momo precioso? ¡Tú eres mi Momo precioso! ¡Tú eres! ¡Si, si! ¡Tú eres el bebe de mama!- decía Lilianne mientras se frotaba al pobre animal en la cara y James hizo una mueca de desagrado.

- No hagas eso, enana.- pidió y Lily lo fulminó con la mirada.

- Oh, cállate, que tú debes de hacer exactamente lo mismo con Maddie.- James se sonrojó un poco inevitablemente.

- Cállate.

- ¡Ja! ¡Di en el clavo! ¡Mamá Lily hizo sonrojar a James!- gritó dirigiéndose a Momo.

- Pobre animal- comentó haciendo una mueca.

- ¿Te refieres a ti mismo?- preguntó Lilianne divertida y James le dio un golpe en la nuca.

Memories after allDonde viven las historias. Descúbrelo ahora