Estaba solo.

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Lysander llegó corriendo a su casa a buscar a su madre pero su padre puso su brazo en el brazo de la puerta, impidiéndole el paso.

- Quítate, Rolf- gruñó Lysander.

El odiaba a su padre al punto de ya ni siquiera considerarlo de su familia.

- Quítate, Rolf- repitió perdiendo la paciencia.- quiero ver a mi madre. Quítate.

El solo lo hacía para fastidiar, sabía muy bien que Lysander lo odiaba con su vida.

El recorrió el lugar con la mirada y se encontró con dos personas que se visualizaban al fondo de la estancia.

- ¿Quiénes son?- preguntó Lysander.

- Nadie- contestó Rolf cortante.

- ¡¿Quiénes son?!- esta vez gritó Lorcan- déjanos pasar, Rolf- exigió el.

- No.

Lysander se desesperó y con fuerza retiró el brazo de el, abriéndose paso hacia su casa.

Seguido de su hermano, corrió hasta la sala en la cual miro una y otra vez buscando a su mamá.

Lorcan reaccionó antes que él y subió las escaleras hacia el cuarto de su madre donde otra persona lo detuvo.

Aurores.

- ¿Dónde está?- preguntó Lorcan- ¡¿dónde está?!

- No pueden pasar, chicos. Lo siento.

- Es mi madre ¿Dónde está? - exigió Lysander pasando una mano por su cabello exasperado, se estaba mareando, la habitación le daba vueltas cuando creyó escuchar el llanto de un bebé.

Busco con la mirada confundido y vio a un auror con una bebe en brazos que lloraba y se le paralizó el corazón. Se acercó con paso lento hacia la niña que él tenía en brazos y miro interrogante al auror.

- Nació antes- explicó el y Lysander con una gran sonrisa en el rostro tomo a la niña en brazos, olvidando por un momento a su mamá.

La niña era realmente hermosa. Tenía unos ojos enormes y azules con cabello rubio y ondulado como el de su madre.

- Hola, Violette.- saludo con ternura a su hermana llamándola por el nombre por el que su madre le dijo que la nombraría. Tenía una gran sonrisa en el rostro que de pronto se congeló- faltaban dos meses para que naciera- aseguró y sintió como su respiración se aceleraba.- ¿dónde está mi mamá?- el auror iba a decir algo pero el, sin pensarlo dos veces, le entregó la bebe y corrió a la habitación ignorando que los demás lo llamaban pidiéndole que no entrará al cuarto pero a él no le importo.

Con la respiración muy agitada, llego a donde estaba su madre, acostada sobre su cama con el rostro pálido y el cabello esparcido por la almohada, las sabanas estaban llenas de sangre y tenía la mirada perdida, sin la luz que solía tener.

- Mamá...- el se acercó a ella y tomó su rostro entre sus manos- mamá, despierta. Mami, ya volví de Hogwarts, ya vi a Violette. Despierta, mamá. Abre los ojos, por favor.- sintió como la primera lágrima escurría por su mejilla. La primera de todas las que lloraría- mamá- la llamo desesperado- ¡mamá! ¡Mamá, despierta, por favor! ¡Abre los ojos! ¡Estoy aquí! ¡Abre los ojos, por favor! ¡Aquí estamos Lorcan y yo!- una enfermera miraba la escena sintiendo como su corazón se rompía.

Nunca había visto algo tan triste. Lorcan llegó corriendo y miro a su hermano con rostro interrogante y preocupado. Lysander no lo escuchaba, no escuchaba nada. Sentía que gritaba al igual que su hermano y que las lágrimas se escapaban de sus ojos sin parar. Esto no era real. No podía ser real.

Memories after allDonde viven las historias. Descúbrelo ahora