15 | Obelix

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Capítulo 15: Obelix.

Matt.

Char y Obelix se hicieron mejores amigos desde que se vieron por primera vez. Ella no dejaba de rascarle a Obelix en la barriga, causando que moviese su pata trasera como reflejo, ni de hablarle con una voz cargada de ternura, diciéndole cosas como “¿Quién es el cachorro más lindo de toda la comarca? ¡Tú lo eres, tú lo eres!”. Parecía haberse enamorado de él de inmediato. No podía creer que ese perro recibiese más atención por parte de Char que yo.

Alexia abrió la puerta de vidrio trasera y volteé la cabeza para verla. Llevaba el cabello rubio suelto enmarcándole el rostro y un vestido púrpura que le quedaba muy bien, pero como sabía que si decía eso cerca de Zander acabaría muerto, me limité a dedicarle una sonrisa en forma de saludo. Ella me la devolvió para después tenderme un vaso de cristal.

—¿Sidra? —me ofreció. Asentí y se la recibí, observando el espumoso líquido amarillento hacer burbujas dentro del vaso.

—Gracias —respondí. Me apoyé en la pared junto a la puerta y regresé la vista al frente antes de darle un sorbo al vaso. El sabor entre ácido y amargo bajó por mi garganta.

Char había dejado de acariciar a Obelix y estaba corriendo por todo el jardín trasero, con el cachorro pisándole los talones. El cabello rojizo le saltaba sobre los hombros, y su risa parecía no querer abandonar sus labios jamás. No había rastros de la chica que había llegado a Farxad devastada. Todo lo que veía era su sonrisa de diversión y la energía libre que desprendía. Lucía como la persona más feliz del mundo. Yo lo era con tan solo mirarla reír.

—¿Quién es ella? —preguntó Alexia. Volví la cabeza, viéndola con los brazos cruzados observando a Char con increíble atención—. Todo lo que ha hecho desde que llegó ha sido jugar con Obelix. No sé siquiera su nombre.

—Se llama Char. Es solo una chica que conocí en... —Me interrumpí antes de que el nombre “Farxad” saliese de mi boca y me metiese en un lío. No podía mencionárselo; causaría muchas preguntas y no quería que se enterase de algo tan personal—. Mientras leía un libro. No es algo que importe —dije para cubrirme.

—Por supuesto que importa —intervino Zander desde su posición. Se encontraba sentado en una de las mesas del patio, tratando de mantener distancia para que Alexia no supiese que había estado fumando—. ¿No ves que es la futura señora Blake?

—¿No puedes pasar ni un día sin decir que ella y yo deberíamos tener algo, Evans? —cuestioné intentando mostrarme irritado. Zander se encogió de hombros al tiempo que Alexia observaba a Char con una ceja enarcada—. Por lo menos podrías dejarlo solo por hoy, ¿no?

—Matt, lo digo porque creo que su relación funcionaría —se defendió él—. Veo cómo la miras y la forma en la que sonríes cuando está cerca. En definitiva hay algo más.

—Sí, como digas —respondí con sarcasmo poniendo los ojos en blanco. Sabía que podría haber algo más, pero no iba a decírselo. Quería mantenerme lo más neutral posible. Si mostraba lo contrario, nunca iba a conseguir que me dejase en paz, por lo que le di otro sorbo a la bebida con indiferencia.

—Bueno, es linda... —murmuró Alexia volteando a verme. Al notar que la miraba con los ojos entrecerrados, levantó sus dos manos en señal de paz—. Cálmate, solo decía. No voy a emparejarlos ni nada de eso. Eso es trabajo de Zander.

—Gracias —contestó el mencionado, dando una pequeña reverencia. Resoplé y me concentré de nuevo en las burbujas que reventaban en la superficie de la sidra.

—Pero igual déjame adivinar —añadió Alexia—. Solo son amigos, ¿verdad?

Me mantuve con la mirada fija en el vaso de cristal. Por un leve momento creí sentir una especie de punzada en el pecho, en donde solía estar la cálida sensación que Char me producía. Sí, eso era justo lo que éramos. Solo amigos. Sentí que no era exactamente lo que quería oír al definir la relación que tenía con Char, pero traté de pasarlo por alto.

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