✔Capítulo 18: ¿No sientes lo mismo que yo?
Char.
Más de una hora más tarde, yo seguía sin poder conciliar el sueño. No era por el hecho de que no estuviese cansada o de que afuera de mi casa no dejaban de colocar música. Tampoco era gracias a que Axel no dejaba de hablar por móvil por toda la casa, organizando su fiesta de mañana. La razón principal era que había una niña hiperactiva en la misma cama que yo, y que no dejaba de moverse y patearme.
Al principio Gin solo estaba quieta en la cama, roncando pacíficamente, y al minuto siguiente no paraba de removerse entre las mantas y empujarme, como si soñase que escapa de un puma o que conocía a Dylan O'brien. Incluso había conseguido hacerme daño. Dani nunca me advirtió sobre eso. Era la primera vez que dormíamos en la misma cama, y ya lo estaba odiando.
Trataba de ser paciente con ella, repitiéndome mentalmente que solo era una pequeña e inocente niña, pero no podía evitar enfadarme cada vez que la sentía colocar su brazo sobre mi estómago o su pierna sobre mi rostro. Me acomodé de espaldas a ella, dejándola con los pies sobre la almohada y los brazos colgando por el borde de la cama, pero a los segundos ya estaba sintiendo las patadas de Gin con fuerza en las costillas, empujándome hasta dejarme a punto de caer. Si ella no estuviese dormida, apostaría a que me estaba golpeando a propósito.
Observé el reloj por quinta vez. No habían pasado más de diez minutos desde la última vez que vi. Suspiré, empujé suavemente a Gin hacia su lado de la cama, me acomodé y traté de dormir de nuevo. Cuando creía que ya llegaba mi tiempo de suerte, sentí de golpe frío en todo el cuerpo, lo que me hizo abrir los ojos. Gin me había quitado todas las frazadas de encima. No satisfecha con eso, estaba dándome codazos en los costados. Ya fastidiada, maldije entre dientes.
—Suficiente —refunfuñé para después incorporarme y sentarme en el borde de la cama.
Vi a Gin extender por completo sus brazos y piernas por todo el colchón, como si ya pudiese ser libre de dormir como le apeteciese. Le saqué la lengua molesta, aunque sabía que no podía verme, antes de mirar al frente y encontrarme a Matt durmiendo en el suelo en medio de la oscuridad. Me le quedé observando varios segundos. Se veía tan... cómodo y sin niñas insoportables allí abajo.
Abandoné la cama y me acerqué con cuidado hasta Matt en todo el silencio que pude para no despertarlo. Me agaché a su lado. El colchón inflable en el que estaba era lo suficientemente grande como para dos personas, y él ni siquiera lo estaba ocupando completo. No podía quedarme toda la noche sin descansar ni un minuto, y en realidad solo iba a dormir, así que no sería algo malo. Además estaba segura de que no le molestaría si me metía a dormir con él. A mí no me molestaba.
Pasé por sobre él hasta lograr ponerme del lado más vacío del colchón y arrodillarme a su lado. Observé discretamente a Gin como si no quisiese ser vista, pero ella seguía tan dormida como antes. Tomé la esquina de la frazada dispuesta a retirarla para poder recostarme junto a Matt y dormir. Escuché a Axel caminar frente a mi habitación, pidiendo cervezas a alguien al teléfono; y un auto pasó a toda velocidad por enfrente de mi casa, iluminando momentáneamente la cortina en mi ventana y a Matt en el proceso.
Mi vista se quedó allí. La luz me permitió observar por unos segundos el rostro de Matt, y cuando desapareció no fue difícil seguir mirándolo, ya que me había adaptado a la oscuridad. Lo vi respirar pausadamente. Las mantas lo cubrían hasta el pecho, y su rostro tenía una expresión de tranquilidad y paz que nunca le había visto. Su cabello estaba totalmente desordenado. Tenía los labios entreabiertos, y me sorprendí a mí misma cuando noté que me era complicado dejar de mirarlos.
El cosquilleo en mi estómago. La calidez en mi pecho. Todo me estaba atacando al mismo tiempo y más fuerte que otras veces. Respiré profundo intentando recomponerme, pero no podía dejar de pensar en lo lindo que se veía dormido. No podía dejar de pensar en que me sentía casi... unida a él.
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Gracias a un libro
Dla nastolatkówEl libro, según el diccionario, es un conjunto de hojas impresas que forman un volumen ordenado para la lectura. El libro, según Char y Matt, es alguna clase de portal mágico gracias al cual chocaron con la vida del otro, y con el cual acceden a otr...