✔Capítulo 5: ¿Comenzamos?
Char.
Los últimos meses habían sido de cielos nublados y lluvias todo el tiempo –seguramente, las secuelas del invierno–; pero finalmente parecía que el sol estaba por regresar. Los rayos de luz entraban por la ventana, calentando poco a poco mi habitación mientras yo escuchaba con atención a Dani hablar. Caminaba de lado a lado de mi cuarto como solía hacer cuando necesita desahogarse, lanzando maldiciones de vez en cuando.
—Quiero decir, ¡sucede todo el tiempo! —exclamó realmente molesta antes de patear el suelo. Dejé de mirar la pantalla de mi móvil para echarle un vistazo—. Es cada vez más frecuente y más fuerte. Y no les interesa si está o no Gin presente. ¡Ella es una niña! No pueden ir por la casa gritándose entre ellos. ¡Cada vez me es más difícil sacarla antes de que Alyssa diga que la odia o que fue un accidente! ¡Ella no puede hacer eso!
—Bueno, estamos hablando de Alyssa —le dije para después suspirar—. Siempre me he preguntado por qué actúa tu madre como una maldita bruja, Dani —añadí apoyando la cabeza en mi brazo para poder mirarla mejor. Yo estaba acostada en mi cama con los pies sobre la almohada—. ¿Por qué tu padre se fijó en ella?
—Ella solía ser buena —me respondió Dani para después apretar los puños. Dejé de lado mi móvil, sosteniéndolo colgando por el borde de la cama—. ¡Maldición! ¡Es que no entiendo por qué cambió! Solía ser una buena madre. Las razones por las que pelean ni siquiera tienen sentido.
—Dani, no puedes hacer nada más —tuve que recordarle al darme cuenta de que se estaba enfadando demasiado. Ella volvió la cabeza para mirarme—. No quiero que te metas en problemas tratando de enfrentarla.
—Los problemas son lo mío.
—Y lo mío, pero podrías empeorar las cosas. Tienes que calmarte —le dije. Dani se dejó caer en la silla del escritorio como con resignación, haciéndola rodar unos cuantos centímetros lejos—. Mira, podemos hablar de otra cosa, si quieres.
—Sí —contestó, resoplando—. Claro.
Levanté de nuevo el móvil y regresé la vista a la pantalla. Esta continuaba negra y sin señales de vida, como llevaba todo el día. Estaba empezando a impacientarme. Habían pasado dos días, ¿cuánto le tomaría a alguien como Matt tomar una decisión? Probablemente me había dicho eso solo para que me fuese. Quizás jamás me iba a llamar, y yo habré quedado como una idiota. Ya debió de haberse deshecho del libro. Tal vez lo quemó o, peor aún, lo obsequió.
—Como por ejemplo... —Oí que Dani se colocaba de pie otra vez como si no fuese capaz de quedarse quieta y no tardé mucho en sentir que me arrebataba el móvil. Me incorporé de golpe en la cama.
—¡Hey!
—Quién es él —finalizó, fijándose en el objeto en sus manos. Me levanté de inmediato y traté de quitárselo, pero Dani extendió el brazo hacia arriba para retirarlo de mi alcance. Aunque no traía tacones, ella seguía siendo bastante alta.
—¡Dani, es mío! —grité. Salté para poder tomarlo, pero ella solo lo llevó más atrás para que yo no consiguiese agarrarlo—. ¡Vamos, dámelo!
—No —dijo con firmeza. Me dedicó una de sus clásicas sonrisas pícaras, llevando las dos manos a su espalda y balanceándose en sus talones con inocencia—. Y bien... ¿Quién es él?
—¿Por qué todo para ti tiene que tener un hombre en medio? —cuestioné irritada antes de cruzarme de brazos, desafiante. Buscaba formas para poder recuperar el móvil sin tener que hablarle de que, en realidad, sí había un chico en medio. Dani enarcó una ceja.
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Gracias a un libro
Teen FictionEl libro, según el diccionario, es un conjunto de hojas impresas que forman un volumen ordenado para la lectura. El libro, según Char y Matt, es alguna clase de portal mágico gracias al cual chocaron con la vida del otro, y con el cual acceden a otr...