Capítulo 1

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"Que bajen tus labios y me callen"

28 de mayo de 2016

- ¡Nusa!- me grita Pol desde la otra punta de la barra.- Ve al almacén a por otro barril.

Hago lo que me ordena mi jefe. Vuelvo con el barril de cerveza a duras penas y lo coloco en su lugar. Abro el grifo hasta que deja de salir espuma. Odio las noches de sábado, son las peores. El bar se llena hasta arriba de gente borracha mientras yo trabajo. No puedo negar que no disfruto con mi trabajo, pero hay momentos en los que una acaba desbordada por el trabajo y sólo rezo por un segundo de paz.

- ¡Nusa, tía buena!- sonrío al ver al otro lado de la barra a mis amigas mientras sigo sirviendo a la gente amontonada al otro lado de la barra.

-¿Qué tal está hoy el terreno?- me pregunta Martha ojeando a los hombres del local.

- No está mal, hay bastante calidad- la digo divertida.- ¿Qué queréis?

Las sirvo lo que piden.

- Aquí la que necesita ligar es Moon,- dice Kira señalando a mi mejor amiga.- ¿Cuánto tiempo hace desde que te llevaste un hombre a la cama?

- ¿Quieres hacer el favor de no gritar tanto?- dice Moon avergonzada.

- Tienes que olvidar de una vez al imbécil de Máté,- la digo cruzándome de brazos sobre la barra.- Como un día de estos me lo encuentre, ya puede correr porque no sale vivo de esa, te lo puedo asegurar.

Máté era el novio de Moon hasta que ésta le pilló en su propia cama con su secretaria. Por mucho dinero que tuviese, Moon era y sigue siendo demasiada mujer para él.

- ¿Qué te parece ese?- la dice Marta señalando con la cabeza a un rubio alto de ojos claros.

- No es mi tipo- contesta Moon cohibida.

- ¿Que no es tu tipo?- dice Kira.- ¡Pero si ese tío es de tipo universal! No hay mujer a parte de ti en este planeta que no le quiera ver paseando en ropa interior por la cocina de su casa.

- Totalmente de acuerdo- asiento.

- ¡Pues para vosotras!

- De verdad, mira que si es por ti te quedas soltera para toda la vida- dice Kira negando con la cabeza.

- Tranquila, Kira, que cuando lleguemos a Ibiza comenzará el plan: "Buscando al marido de Moon"- digo y todas menos Moon aplauden la idea.

Ella rueda los ojos pero termina riendo.

- Nunca cambiaréis- dice.

- Por supuesto que no- la digo.

- ¡Joder, Nusa! ¿Quieres mover el culo y ponerte a trabajar?- me grita desde la otra punta de la barra Pol.

- ¡Ya voy, pesado!- le contesto.- No sé qué veo en él, de verdad- suspiro.

- Yo tampoco,- dice Moon,- os lleváis como el perro y el gato y siempre se está acostando con la primera que pilla- dice Moon.

- Pero eso a ti no te tiene que importar- la digo sonriendo.

- Además,- prosigue Kira,- si quieres puedo ser yo quién te explique lo que ve en él- la dice a Moon.- Es alto, atractivo, musculoso, con una sonrisa que te quita el aliento y un chico malo- dice suspirando mientras le mira y yo río.

- Yo no lo hubiese dicho mejor- digo divertida.

- Te mereces algo más, Nusa- me dice Moon y yo la miro con ternura.

Desde que llegó a nuestra clase con solo seis años, Akos, ella y yo nos hicimos grandes amigos hasta la fecha. Es muy buena persona y siempre está ahí cuando la necesitas. A veces soy algo sobreprotectora con ella porque es demasiado inocente. Ya la dije que Máté no me daba buena espina y al final tenía razón y ella lo pasó muy mal durante meses.

- ¡Nusa! ¡Estás despedida!- me grita Pol y yo ruedo mis ojos.

- Que sí, pesado, que ya voy. Bueno chicas, os tengo que dejar, pasad buena noche- las lanzo besos en el aire y me pongo a atender a otros clientes.

•••

Salgo al callejón de la parte de atrás del bar para fumarme un cigarro. ¡Por fin se ha acabado la tortura! Me apoyo contra la pared de ladrillos y suelto el humo poniendo una mano en mi frente por el dolor de cabeza.

- Dame fuego, guapa- miro a mi derecha y veo a Pol con un cigarrillo en la boca.

- Toma- le presto mi mechero con la bandera de Inglaterra que me regaló hace unos años Moon en una de sus visitas a la familia de su madre.

- ¿Cansada?- me pregunta Pol con una sonrisa seductora.

- Un poco,- digo encogiéndome de hombros,- pero nada del otro mundo.

- Estás muy tensa- dice poniendo sus manos en mis hombros masajeando la zona.- Necesitas liberar tensión- susurra con su boca rozando mi oreja.

- ¿Y qué me aconsejas hacer para solucionarlo?- me gira para que quedemos cara a cara.

- Tendré que esforzarme mucho- me dice agarrándome de la nuca y tirando de mí hacia él para estampar sus labios con los míos.

Nuestros cigarrillos caen al suelo y yo introduzco las malos en su pelo jugando con él. Él pone su mano libre en mi cintura y mi vientre nota bulto de su pantalón.

Pone sus manos en la parte trasera de mis muslos y me eleva para yo rodear su cintura con mis piernas. Anda conmigo sobre él hasta escondernos al fondo del callejón tras unos contenedores.

Entre jadeos y sin parar de besarnos, consigo desabrochar su pantalón para bajarlo un poco. Él mete sus manos bajo mi falda y en un rápido movimiento rompe mis bragas.

Mierda, esas eran de las caras.

No me gusta trabajar con falda, pero por estos casos hago y esfuerzo y me sacrifico por la causa.

Coloco la mano en su miembro y coloco la punta en mi abertura para que el sólo necesite empujar, cosa que no tarda en hacer. Gimo arqueando mi espalda al notarlo completamente dentro de mí.

- Joder, como me pones, morena- murmura con una voz ronca.

No me gusta hablar cuando tengo sexo. Sexo, porque sólo es eso. No hay amor, eso lo dejo para las películas de Jennifer Aniston o Cameron Díaz. El sexo con Pol es lo mejor, ambos sabemos lo que nos gusta a cada uno y el placer está asegurado. Además no hay exclusividad, algo que ambos dejamos claro cuando empezamos esta "relación".

Ritmo rápido y frenético sin pararnos siquiera para respirar. Ambos sudamos como en el día más caluroso del verano. El suelta gemidos guturales y los míos más agudos.

Un par de estocadas más y se detiene. Intentamos recuperar el aire y unos segundos después me baja al suelo.

- ¿Puedes caminar?- dice con una sonrisa ladeada mientras se abrocha el pantalón.

- Claro que sí,- alzo una ceja.- No eres para tanto- le digo entrando al bar dejándolo ahí riendo por lo bajo.

El día que no disfrute de estas cosas hacedme un favor: matadme.

Mi bombero ibicenco [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora