Capítulo 54

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"Qué brutal y qué terrible es la sinceridad"

Cuando siento que me he recompuesto de la intensa charla que he mantenido con Fabián, entro al salón de fiestas del hotel. Allí todos se lo están pasando bien. Siento como si viviese en un universo paralelo al del resto de gente. De espaldas veo a Fabián, que está hablando con Xavier. Xavier, con la seriedad que le caracteriza en su rostro, pone una mano en su hombro y Fabián agacha su cabeza.

¿Le habrá contado sobre nuestra conversación?

Me duele ver que él también está hecho polvo. Por mucho que finja tranquilidad y felicidad, cuando le cortas, sangra, como el resto de personas. No quiero seguir mal con él y estoy segura de que el siente lo mismo. Nuestra conversación no me ha dado esperanzas; todo lo contrario. Creo que él tiene muy asumido que nuestra relación ya terminó y que, aunque ambos siempre nos tendremos mucho cariño, nuestra historia ha llegado a su fin.

Sonrío al escuchar cómo comienza a sonar "Podría ser peor" de La Caza Azul.

— ¡Nusa!— mis amigas, Martha, Kira y Moon vienen corriendo hacia mí.— ¿Dónde estabas?— me pregunta Martha recobrando el aire perdido por la carrera.— ¡Vamos, es nuestra canción!

Tiran de mí hacia la pista de baile y ellas empiezan a cantar a gritos, llamando la atención de todo el mundo. Dudo que haya gente que cante peor que nosotras, algo que siempre me ha divertido mucho. Moon me sujeta la mano y empieza a saltar, obligándome a que yo la imite. Lo pienso por unos segundos: estoy en la boda de mi mejor amiga, no quiero tener un recuerdo de mierda de este día. Cuando está apunto de llegar el estribillo, comienzo a gritar y se me escucha por encima de la música, haciendo que todos los invitados nos miren y mis amigas se desternillen de risa. Akos llega y se une saltando y bailando y todas le aplaudimos y le vitoreamos. Miro hacia dónde estaban Fabián y Xavier, quienes ahora nos miran divertidos. No me lo pienso dos veces y voy corriendo hacia ellos y, sorprendiéndoles tanto a ellos como a mis amigas, les sujeto del brazo y les obligo a unirse a nosotras. Ver bailar y saltar a Xavier hace que se me caigan las lágrimas de la risa. Nunca lo había visto tan desinhibido. En cambio, Fabián se mueve como pez en el agua y, por su desparpajo y porque es de esas personas que cuando hacen algo nadie se lo quiere perder, no tarda mucho en conseguir que el resto de los invitados nos hagan un círculo. Todos reímos, bailamos y disfrutamos de este momento tan especial.

Quizás no volvamos a vivir nunca algo así todos juntos.

•••

Día después de la boda de Xavier y Moon

— Qué alguien pare de mover la cama...— murmuro sujetando mi cabeza.

La resaca que tengo en estos momentos es histórica. La última vez que me desperté así de mal, juré que no volvería a beber. Promesa incumplida, como cada domingo por la mañana.

Alguien llama a la puerta de mi habitación del hotel insistentemente. Si es importante, que me llamen al teléfono. Decidimos quedarnos en el hotel nosotros y dejarles la casa sola a Xavier y Moon. Yo se suponía que compartía cama con Martha, pero no recuerdo haberme subido con ella a dormir.

Vuelven a dar golpes en mi puerta.

— ¡Que no me voy a levantar!— en mi mente estoy gritando, pero mi voz suena ronca y resacosa.

No debí haber gritado tanto en la fiesta. Si Martha estuviese aquí conmigo, podría obligarle a que se levantase ella para abrir..

¡Martha!

Me levanto corriendo, chocando con todo lo que se cruza por mi camino por el mareo que tengo encima.

— Perdona, Martha,— digo sonriendo mientras abro la puerta.— No pensé que fueses tú quién estaba llaman...,— me quedo muda cuando veo que no es mi amiga quién está al otro lado de la puerta.

Mi bombero ibicenco [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora