Capítulo 11

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"La piel de gallina recordando el gol de Iniesta".

Me despierto en una cama gigante a causa de los rayos del sol que pegan con fuerza en mi cara. Miro a mi alrededor y me cuesta ubicarme. Salgo de la cama al darme cuenta de dónde estoy y voy hacia el salón de la casa de Fabián. Desde allí le veo a través de la barra americana de la cocina. Me acerco allí para coger uno de los dos cafés que hay sobre la pequeña encimera.

- Buenos días- digo llamando su atención su atención y bebo de mi taza.

- ¡Buenos días! ¿Qué tal has dormido?- me pregunta con una gran sonrisa desdentada y yo le escupo mi café prácticamente en la cara a causa de la carcajada que pego.

- Lo siento,- digo mientras toso y río al mismo tiempo,- no me lo esperaba.

- ¿El qué?- pregunta limpiándose con un trapo la cara.

- Tus dientes- vuelvo a reír.

Él achina sus ojos y me me mira fingiendo enfado.

- A mí no me hace gracia- dice.

- Perdóname- no puedo parar de reír.

- Pedir perdón mientras te ríes, quita mucha credibilidad a tus palabras.

- ¿Algún día me contarás como lo perdiste?- le pregunto cuando consigo parar de reír.

Las tostadas saltan y Fabián las coge para ponerlas sobre un plato.

- No hay mucho que contar,- se encoge de hombros mientras saca mantequilla y mermelada de la nevera,- fue en una salida trabajando- dice y se sienta a desayunar en un taburete de la cocina.

Yo le imito y unto una tostada.

- ¿Y qué pasó?- le pregunto con curiosidad.

- Hubo una explosión en el laboratorio de un colegio,- su tono de voz cambia a uno más serio.- Acababa de empezar a trabajar como bombero y las cosas se complicaron. Yo estaba en un lugar en el que no debía estar y hubo una segunda explosión- mi corazón se encoge.- Escuchaba a un chaval pidiendo ayuda. Entré a una clase y allí le vi- explica mirando a un punto fijo mientras come, rememorando lo ocurrido.- No paraba de toser. Necesitaba oxígeno así que le puse mi mascarilla para que pudiese respirar. La habitación estaba llena de humo.

- ¿Y tú cómo respirabas?- pregunté angustiada.

- Esas cosas no se piensan. De todas formas, yo aún no había inhalado humo por lo que tendría tiempo a salir con el chico- suspira.- Cuando fui a coger al chico, una tercera explosión hizo que una parte del techo de la clase se derrumbase sobre nosotros- para de hablar y yo no sé que decir.- Y bueno, no hay mucho más que contar. Ahí me rompí el diente. Me desmayé por un golpe en la cabeza y desperté en un hospital a los dos días.

- Wow... Vaya historia- murmuro y él asiente.

- Lo bueno es que como soy tan guapo, un diente más o un diente menos no iba a marcar la diferencia- me dice mostrándomelos y yo río.

- ¿Por qué eres tan positivo?- pregunto sonriendo con ternura.

- ¿Por qué no serlo? Mi trabajo me ha enseñado que de un día para otro tu vida puede dar un giro de ciento ochenta grados sin que tú puedas hacer nada. Ahora o nunca.

- Es fácil decirlo pero luego ponerlo en práctica es más complicado- le digo.

- Eso es verdad pero nunca viene mal que alguien te lo recuerde- sonríe y yo también lo hago.- Por cierto, ¿de dónde venías anoche cuando llegaste al hostal?

No me esperaba esa pregunta pero Fabián y yo no somos nada por lo que no tengo que sentirme mal por nada.

- Salí con Sergio a cenar- digo y noto como se tensa a mi lado.

Él no dice nada. Se levanta y lleva su taza y el plato vacío al fregadero.

- Tengo que ir al parque de bomberos a recoger unas cosas que me dejé ayer- dice cambiando de tema.- ¿Qué vas a hacer tú?

- He quedado con las chicas en casa de Xavier para hablar sobre dónde viviremos hasta que acabe el verano.

- Vive en Port de San Miquel, a una media hora de aquí. Si quieres te puedo acercar- me dice.

- De acuerdo, gracias.

•••

Al llegar al parque de bomberos, Fabián me dice que espere en una sala mientras él resuelve unos asuntos, promentiéndome que no tardará.

Miro la habitación y hay unos cuantos sofás, un televisor al fondo y una gran mesa con muchas sillas. Me siento en una de ellas y algo en una pared llama mi atención: un corcho lleno de fotografías apelotonadas y superpuestas entre ellas. Me levanto y lo miro. Todas son de miembros del cuerpo de bomberos. En unas algunas reconozco a Fabián. Veo la que tiene él en su habitación. En una sale con un niño de unos doce años con un casco puesto que le tapa casi toda la cabeza. Fabián le abraza por la espalda y sonríe mostrando una gran felicidad.

- Hola- una voz a mi lado me sobresalta y miro hacia mi derecha para ver a un hombre con pelo canoso y el uniforme del trabajo.- Lo siento,- dice divertido,- no quería asustarte.

- Tranquilo, estaba mirando las fotografías con demasiada concentración- digo avergonzada.- Soy amiga de Fabián- le digo y estiro mi mano para estrechar la suya.

- Encantado. Yo soy Manuel, un compañero suyo- se presenta.- ¿Veías alguna en especial?

- No, sólo tenía curiosidad- digo volviendo mi vista a la foto de Fabián con el niño y sonrío.

- Esa foto es muy bonita- dice y aunque en su boca haya una sonrisa, su mirada muestra tristeza.

- ¿Le ocurre algo?

- No, simplemente cada vez que la miro muchos recuerdos vienen a mi cabeza.

- ¿Por qué?- pregunto intrigada.

- Bueno, ya sabes,- suspira,- todos echamos de menos al sobrino de Fabián.

- ¿Sobrino?- frunzo mi ceño.- Creí que sólo tenía sobrinas.

- Ahora sí. Hubo una explosión en un colegio y Fabián entró como un loco porque sabía que el chaval estudiaba allí- abro mis ojos con sorpresa.- Un derrumbe les aplastó a ambos y el chico no pudo aguantar. Fabián tardó mucho tiempo en recuperarse de ello.

No puede ser. ¿Por qué no me lo contó? ¡Y yo cada vez que le veo sin diente me río de él! ¿A caso se puede ser más gilipollas?

- Ey,- saluda Fabián con un choque de manos a Manuel cuando el primero entra por la puerta.- ¿Nos vamos?- me pregunta sonriendo y yo asiento forzando una sonrisa intentando que mis lágrimas por la historia que su compañero me ha contado no salgan.

Mi bombero ibicenco [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora