Capítulo 52

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"¿Qué tengo que hacer pa' que vuelvas conmigo?"

Día de la boda de Xavier y Moon

Estoy caminando por el pasillo del hotel y me detengo frente a una de las habitaciones al escuchar un fuerte grito.

— ¡No! Me dan igual sus excusas. Contraté el servicio para que estuviesen aquí hace una hora,— abro la puerta que estaba entreabierta y dentro de la habitación veo a Moon histérica hablando por teléfono.— ¿Me puede explicar cómo me voy a casar sin mi suegra presente?— grita a la persona que hay al otro lado del teléfono.— ¡Oiga! ¿Oiga?— Moon se percata de mi presencia y susurra:— Me ha colgado,— dice y está apunto de ponerse a llorar.

Como permita que estropee su maquillaje, me lo echará en cara toda la vida.

— A ver, tranquila, Moon, ¿qué es lo que ocurre?

— ¿Que qué es lo que ocurre?— me dice nerviosa.— El servicio que contrate para que recogiese del aeropuerto a la madre de Moon me ha dejado tirada... ¡Eso es lo que ocurre!

— Iré yo a buscarla— digo encogiéndome de hombros.

— ¿Qué?— dice recobrando la esperanza. — ¿Harías eso?

— ¡Por supuesto! Soy tu dama de honor, Moon. Estoy aquí para resolver todos tus problemas y cumplir tus deseos hasta que el guaperas de Xavier te ponga un anillo y tenga que complacerte él.

— Gracias, gracias y mil gracias— Moon se abalanza sobre mí y me abraza.

— ¿Me puedo llevar el coche de Xavier?

•••

— Guau... No me quiero bajar nunca de este coche,— murmuro para mí misma mientras busco con la mirada a la madre de Xavier.

Nunca había conducido un coche de alta gama. Si a todo esto le sumo que estoy divina con mi vestido para la boda, peinada con un recogido y maquillada, parezco la hija de un magnate ruso.

Me acerco a una de las puertas de salida de la terminal y ahí me encuentro a la madre de Xavier abanicándose por el tremendo calor que hace.

— ¡Montse!— grito por la ventanilla y supongo que ella reconoce el coche de su hijo.

Salgo para ayudarla con la gran cantidad de maletas que tiene.

— Madre mía, ¿cuántos días piensa usted quedarse?— bromeo y ella sonríe.

— No, hija, no. Mía solo es esta maleta de aquí y la funda con el vestido para la boda,— me explica.

— ¿Y el resto de quién es?— pregunto confusa.

— De...— no termina la frase cuando veo a la madre de Fabián.

No, por favor, esto no me puede estar pasando a mí. Ella también parece sorprendida al verme. No creo que sea de su agrado después del mal rato que me hicieron pasar restregándome por la cara lo lista, guapa, divertida y, en general, perfecta que era la anterior novia de Fabián.

— Hola, Nusa,— me dice con un gesto neutro cuando se recompone de la sorpresa inicial.

— Hola, Violet,— respondo con la misma indiferencia.

— ¿Os conocíais?— pregunta alegre Montse.

— Sí. Ha pasado mucho tiempo desde entonces,— respondo mientras cierro el maletero.

— Así es,— responde Violet.

Nos montamos en el coche y arranco. Agradezco que esté aquí la madre de Xavier. La tensión aquí dentro se podría cortar con un cuchillo, a pesar de que mi copiloto no sea consciente de ello.

Mi bombero ibicenco [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora