Capítulo 5

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"Pero la noche sabe que aunque me apriete el frío, siempre le he sido fiel, de lunes a domingo".

23 de junio de 2016

Un grito histérico me despierta de golpe. Salgo de la cama disparada y voy hacia la cocina.

- ¿¡Qué sucede!?- pregunto atacada de los nervios.

Abro mis ojos más aún al ver a Martha subida en la encimera de la cocina con cara de horror.

- Cuando me he ido a servir unos cereales, ¡una rata ha salido de la caja!- me dice a gritos.

Una rata...

Ahora soy yo la que grita y empieza a dar saltos. Ratas, arañas, serpientes, cucarachas,..., todo aquello que le pueda dar asco o miedo a cualquier persona normal, a mí también me lo da, pero de una forma muy extremista.

Me subo con ella a la barra de la cocina, con el corazón en la boca, y ambas nos abrazamos.

- ¿Se puede saber qué os pasa?- dice Moon entrando por la puerta de casa.

Este apartamento es tan pequeño que debemos estar agradecidas de que el baño tenga puerta.

Volvemos a gritar cuando vemos a la rata salir de debajo de un mueble. Moon abre la puerta tranquila y la deja salir a la calle.

- Sólo era un rantoncito,- dice rodando sus ojos,- sois unas exageradas.

¿Un ratoncito? La madre que la parió...

- ¿Tú de dónde vienes a estas hora?- dice Kira bostezando.

Todas la miramos con una sonrisa maliciosa.

- Esto...- dice Moon sonrojándose.- He pasado la noche con Xavier.

De nuevo gritamos de forma más aguda aun si cabe y durante una hora la exigimos que nos cuente qué pasó con todo lujo de detalles.

- Por cierto,- dice Moon feliz,- Xavier me preguntó si iríamos esta noche a la playa. Al parecer la gente irá y hará fogatas para celebrar la noche de San Juan.

- ¡No!- maldice Kira haciendo un puchero.- Yo tengo que trabajar- dice dejándose caer en el sofá boca bajo de forma melodramática.

- ¡Mala suerte!- digo encogiéndome de hombros.

- Yo también te quiero- me dice con una sonrisa falsa.

•••

A las ocho de la noche nos comenzamos a preparar. Moon ha quedado con Xavier a las diez en una zona concreta de la playa.

Me pongo un mono blanco de pantalón corto y tirante fino que me compré en una pequeña tienda de la isla. No me maquillo mucho porque con el calor y la humedad que hace, estoy segura de que el maquillaje sólo será un agobio y hoy quiero estar cómoda.

A las diez menos diez salimos del apartamento las tres. Estamos muy emocionadas al no saber lo que nos vamos a encontrar aunque nuestras dudas se disipan pronto cuando llegamos al paseo marítimo. La playa está inundada de gente bebiendo, riendo y disfrutando alrededor de hogueras improvisadas. Pero la hoguera que más llama la atención es una enorme que hay a nuestra derecha.

- Hola, preciosa- dice una voz ronca tras nosotras y nos giramos hacia ella para ver al guapísimo de Xavier.

Él sujeta de la cintura a Moon y la atrae hacia él de forma posesiva dándole un gran beso, provocando que mi amiga se ponga roja como un tomate. Yo sonrío feliz por mi amiga.

Qué envidia...

- ¡Iros a un hotel, por Dios!- dice otro hombre que venía con Xavier.

Uno muy guapo, todo hay que decirlo. Moreno, musculoso, alto, ojos oscuros y sonrisa de chico malo. Miro a Martha y veo como a ella también se le cae la baba mirándole.

- ¿Dónde han estado toda mi vida estos hombres?- susurro para que sólo me oiga ella.

- No lo sé,- me dice de la misma forma,- pero me estoy planteando pedir la doble nacionalidad- dice y yo tengo que hacer esfuerzos para no reír.

- Chicas, este es mi amigo Sergio- nos le presenta Xavier rodando sus ojos.- Ellas son Moon, Nusa y Martha- me sorprendo al ver que sabe nuestros nombres.

Eso me gusta.

- ¿Vamos?- pregunta Sergio y Xavier asiente.

Por el camino vamos charlando de todo un poco. Sergio es demasiado ligón para mi gusto pero a pesar de ello me cae muy bien.

Paramos al llegar a un gran grupo de personas. Los chicos nos presentan y todos nos tratan como si nos conocieran de toda la vida. Yo bailo con unos y con otros. Parece como si los chicos y chicas guapas se juntasen en manadas; también cabe la posibilidad de que todo sea una ilusión del "Efecto animadora" de Barney Stinson.

— ¿Y Fabián?— pregunta una chica morena con bastante curiosidad de saber sobre el paradero del citado.

— Ésta es la peor noche del año para él,— dice riendo Sergio y yo no entiendo el porqué de su risa— ¡a ése no le vemos el pelo hoy!— dice divertido y Xavier asiente con pesar.

Prefiero no preguntar. Ni siquiera me interesa.

Durante horas disfrutamos de la noche. Martha está algo ebria y bes a uno de los amigos de los chicos mientras Moon y yo reímos sin control. Sergio cada vez me habla más y más cerca. Aunque no me guste cómo se comporta con las mujeres ni que haya estado comiéndole la oreja a casi todas las chicas del lugar, no he estado con alguien desde que vinimos aquí y mi cuerpo me lo pide. Le sigo el juego. Bailo junto a él muy pegada. Hay momentos en los que me tengo en pie sólo por su agarre. El alcohol me afecta con bastante facilidad.

No sé cuál es el momento exacto en el que Sergio comienza a besarme y yo, con gusto, le sigo el beso.

— ¿Quieres que vayamos a un lugar más privado?— pregunta con una sonrisa arrogante y yo asiento.

No sé el tiempo que estamos andando pero es el suficiente para que se me bajase un poco la borrachera.

Nos colamos en un chiringuito de la playa y allí Sergio vuelve a besarme con más fiereza que antes.

— He deseado tenerte desnuda desde el primer momento en el que te vi— dice y su voz no me atrae en absoluto.

— Cállate,— le digo mientras él besa mi cuello,— estás más guapo callado.

Escucho como ríe y baja los tirantes de mi mono mientras me mira de forma lasciva, pasando su lengua lentamente por sus labios.

Mi bombero ibicenco [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora