"Ser lo que siento lleva su tiempo".
12 de agosto de 2016
— Xavier, ¿qué haces tú aquí?— por un momento, y aunque me niegue a admitirlo, tengo una pequeña esperanza de que Fabián haya venido con él.— ¿Estás...? ¿Solo?
— Sí,— afirma con la firmeza que siempre le ha caracterizado.— ¿Te hubiese gustado que viniese alguien más?— su sonrisa de autosuficiencia me crispa los nervios.
— No tengo todo el día,— digo malhumorada,— si te ha mandado tu amigo, olvídalo, has perdido el tiempo,— voy a cerrar la puerta, pero su pie me lo impide.
— ¡No!— grita sosteniendo la puerta con su cuerpo.— Espera, por favor. Fabián no sabe que estoy aquí.
Me quedo en silencio esperando a que hable, pero no dice nada y eso me pone nerviosa.
— Xavier, o hablas ya, o te marchas,— por primera vez aparta su gesto serio y me deja ver un poco de humanidad por su parte.
— ¿Puedo pasar?— pregunta apartando su cuerpo de la puerta al ver que yo ya no hago fuerza.
No quiero dejarle entrar en la casa de mis padres. Para mí es como mi pequeño refugio y no quiero que lo invadan personas que en un tiempo se convertirán en un mal recuerdo.
— Mejor vayamos fuera,— a Xavier parece no molestarle mi propuesta y asiente apartándose aún más de la puerta.— Espérame aquí.
•••
— ¿Ocurre algo?— le pregunto mientras me siento frente a él.
Veo como Xavier mira a su alrededor extrañado. Resulta gracioso ver a un hombre como él en un entorno tal infantil.
— No me lo puedo creer, ¿Nusa?— una de las chicas que trabaja en el parque infantil me abraza mientras ríe.— Hacía tanto tiempo que no te dejabas ver por el pueblo...
— Demasiado tiempo,— sonrío con añoranza.— ¿Puedes traernos un batido de chocolate a mi amigo y a mí?— señalo a Xavier quien me mira frunciendo el ceño y veo como la chica se sorprende al ver a tal hombre en una sillita de juguete.
— No me gustan los batidos de chocolate,— murmura cuando la chica se marcha.
— Éste te gustará.
Entramos en un silencio incómodo el cual espero que Xavier rompa pronto; personalmente, yo no tengo ni la mínima intención de hacerlo.
Los batidos llegan y Xavier lo prueba sin ganas, pero me río al ver sus intentos por disimular que le encanta.
— ¿Y bien?— pregunto con sorna.
— Repugnante,— ambos reímos, pero la comodidad y complicidad entre nosotros se marcha al darnos cuenta de el por qué estamos aquí.
Los niños gritan y juegan a nuestro alrededor. Miro con envidia como se lanzan a las piscinas de bolas de colores, imaginándome a mí misma uniéndome a ellos. Venir aquí no ha sido casualidad. No podía enfrentarme a la realidad a solas con el mejor amigo de Fabián, y el ruido del lugar me ayuda a no sentirme tan acorralada.
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Mi bombero ibicenco [COMPLETADA]
Romance[COMPLETA] Nusa viaja hasta Ibiza para pasar el verano junto a sus amigas. Siempre se sintió el segundo plato, hasta que conoce a alguien que le hace sentir el centro de su mundo. Él es perfecto para ella, pero como todos, también tiene sus fantasma...