Capítulo 44

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"Ella, que ha nacido modelo, diva y súper estrella"

20 de agosto de 2016

Que diferente es trabajar aquí. En Ibiza era una tortura en comparación. Hay mucha gente, pero la mayoría son caras conocidas y se me hace mucho más ameno.

Parece que Pol también me echaba de menos. Cada vez que pasa cerca de mí, roza su cuerpo intencionadamente con el mío. La verdad es que como es mi primer de día, nos hemos tomado un par de copas de más y no rechazamos ningún trago al que nos quieran invitar los clientes, a modo de celebración. A Igor, el camarero nuevo parece que no le hace mucha gracia la buena relación que existe entre nosotros. Actúa como su novia celosa y no para de ningunear mi trabajo cada vez que tiene oportunidad. Pero Pol parece no darse cuenta de esto y no seré yo una chivata. Total, solo tengo que aguantarle unos diez y después dejará el trabajo. Paciencia, Nusa.

Dos horas después la cosa parece estar más calmada. Le pido permiso a Pol para salir a fumar y salgo corriendo feliz a la parte de atrás.

Me apoyo y resoplo. Ha sido una noche dura. Entre la cantidad de trabajo y el camarero nuevo...

— Te veo tensa, preciosa,— dice Pol en mi oído mientras masajea mis hombros.

Cierro los ojos y echo mi cabeza hacia atrás.

— Deberías controlar a tu chico,— como siga así se me van a doblar las rodillas del gusto.— Como siga buscándome las cosquillas te juro que no me voy a poder controlar.

Suelta una pequeña risa ronca y sé que lo hace adrede, porque sabe que me encanta cuando lo hace.

— Tranquila, me he dado cuenta. Está celoso,— vaya, parece que no era una tontería de mi imaginación.

Comienza besando mi cuello y hace que el vello de mi nuca se erice.

— Solo es una semana más, pero si tú me lo pides, le echo hoy mismo,— se que lo dice de broma, pero me encanta imaginarme que yo tendría ese poder.

Me giro para estar frente a frente.

— Me lo tendré que pensar,— enredo mis dedos en la parte de atrás de su cabeza y le acerco a mi boca para besarle.

Pol sí que sabe hacerme olvidar.

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18 de agosto de 2016

Moon me lo ha contado todo,— digo respirando entrecortadamente por la carrera que me he echado para llegar al despacho de Xavier.

Él me mira sorprendido desde su silla, presidiendo una larga mesa con un puñado de hombres y mujeres trajeados.

— Fabián, estoy en una reunión,— me reprende con la mirada y a mí me exaspera que se haga el responsable delante de sus empleados, que lo es, pero ahora me da igual todo.

— Por mí como si estás reunido con los reyes de España. Tenemos que hablar,— duelo de miradas, pero no me va a ganar, y él lo sabe porque no tarda mucho en ponerse en pie.

— Perdonen, pero tengo que tratar un asunto importante,— les dice a sus empleados.— Haremos un descanso de veinte minutos. Si me disculpan,— camina hacia mí y ambos subimos caminamos hasta la primera sala vacía que encontramos.

Xavier cierra la puerta y se cruza de brazos enfadado mirándome.

— No pongas esa cara,— le digo yo aún más enfadado,— sabes perfectamente por qué estoy aquí. Quita esa expresión de indignación porque no tienes razón.

— Has interrumpido una reunión importante, Fabián.

— ¡Me importa una mierda la reunión!— le grito frustrado y él alza una ceja.

— ¿Qué quieres que te diga, Fabián? Ya te lo ha contado todo Moon, según tú.

— Quiero escucharlo de tu boca,— alzo la barbilla y enderezo mi postura.— ¿Has estado en Hungría?

— Sí.

— ¿Has estado con Nusa?

— Sí,— mierda, quiero golpear algo por la rabia.

— ¿Por qué?— estoy intentando mantener la calma, pero no sé cuánto tiempo aguantaré así.

— ¿Por qué no?— camina hacia mí.— ¿Por qué no vas tú? Yo solo he hecho lo que tú tendrías que haber hecho,— pone énfasis en ese último "tú".

— ¿Me estás vacilando, Xavier?— me cabrea tu actitud.— ¿Te estás quedando conmigo?

¿Tanto te importa?— esa pregunta me pilla desprevenido.

Sí, me importa, claro que me importa. Me importa que haya sido él y no yo quien haya ido a verla. Me molesta y mucho. Aún no sé por qué lo ha hecho.

— Ni siquiera me has preguntado cómo estaba. Solo te importa tu puñetero orgullo y las paranoias que te has formado en la cabeza.

Nunca nos habíamos hablado así. En unos pocos días nos hemos cogido un asco tremendo. Sé que gran parte de la culpa la tengo yo porque mi carácter ha cambiado endureciéndose desde que ella se marchó. Xavier dice que estoy inaguantable.

— No me importa una mierda ni eso, ni tu opinión,— le digo con desprecio y él endurece su gesto.

— Entonces, ¿para qué has venido?

— Para recibir una explicación, la cual aún no me has dado.

— ¿Qué más da, Fabián? ¿Cambiaría algo si te contestase? ¿Tu vida mejoraría en algún aspecto?— miro hacia otro lado.— No, Fabián, no lo haría. Solo has venido para alimentar un poco más esa amargura que te consume cada día más y más.

Inspiró profundamente. No tenía que haber venido. Soy un imbécil.

Al ver que no le voy a decir nada más, Xavier deja caer sus hombros ligeramente y resopla mientras niega con la cabeza, para seguidamente darse la vuelta y abrir la puerta de la sala para marcharse.

— ¿Cómo estaba?— las palabras salen de mi boca en un susurro quebrado sin yo poder retenerlas.

Xavier se para en seco, pero no se gira para mirarme.

— Preciosa, como siempre. Dolida, feliz, loca... Simplemente es Nusa,— ni yo podría describirla mejor en tan pocas palabras.

— Me alegra saber que está bien,— murmuro, aunque mi parte egoísta no esté de acuerdo con mis palabras; en el fondo me gustaría que sufriese la mitad de la mitad de lo que yo estoy sufriendo por ella.

— ¿Realmente crees eso?— se da la vuelta y me mira incrédulo.— ¿Crees que Nusa está bien?— no contesto, solo le miro.— No, Fabián. Nusa no está, pero es fuerte, mucho más fuerte que tú y si tú se lo permites, te superará,— esta vez Xavier si termina saliendo por la puerta, dejándome a mí solo.

Las últimas palabras de Xavier me han afectado bastante.

Si se lo permito, me superará. ¿Quiero permitírselo?

Mi bombero ibicenco [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora