"Te esperaría otra vez... No lo haré".
1 de julio de 2017
— Espero que haya disfrutado de su vuelo, señorita— me dice la azafata y yo asiento sonriéndola mientras me pongo las gafas de sol.
Otra vez aquí.
Hace casi un año me juré a mí misma no volver a esta isla. Si he vuelto ha sido solo por Moon. Mientras que todas regresamos a Hungría, ella tomó una gran decisión que yo aplaudo y aplaudiré pase lo que pase: quedarse en España junto a Xavier. Ellos viven en Barcelona, pero todos los amigos de él residen en Ibiza, por lo que han decidido celebrar su boda aquí. Cualquiera diría que Moon está loca por haberlo dejado todo atrás por una persona que conocía de unos meses; yo no comparto esa opinión. Quizás sea porque yo concibo la vida de otra manera, pero no entiendo cuál es el problema. A Moon no la ataba nada en Hungría. Ella no es la chica tonta que abandona su vida por amor. Estoy segura de que Xavier lo hubiese dejado todo también por ella, pero el trabajo de él está aquí y Moon no tardó mucho en encontrar uno en Barcelona como profesora en una academia de idiomas. ¿Y si hubiese salido mal? Pues estaría jodida durante un tiempo, pero lo terminará superando, aunque no sé cuándo se supera una ruptura en una relación tan intensa... Pero, ¿y si todo salía bien? Tienen mucho más que ganar que lo que pueden perder y, a estas alturas, está claro que eligieron bien.
Sabía que al poner un pie en la isla volverían a mí esos nervios que creía tener ya olvidados. No mentiré, yo no he superado todo lo que ocurrió. Durante mucho más tiempo del que me hubiese llegado nunca a imaginar, por el día me levantaba con ánimo, ¡me sentía fuerte! Me creía que era capaz de comerme el mundo y que no necesitaba de nadie para continuar luchando para seguir adelante. Notaba como si fuese de acero y nada ni nadie pudiese hacerme sufrir de nuevo. Pero era llegar la noche y todo cambiaba y llegué a pensar que iba a la cama predispuesta a sentirme mal. Veía fuera de mi alcance la noche en la que no derramase ni una sola lágrima. Llegó el día en el que la gente dejó de preguntarme cómo estaba porque me veían bien. Nadie sabía nada y así lo preferí. Sentía dolor. Por mi cabeza pasaban constantemente pensamientos de qué estará haciendo y con quién. Y, sinceramente, me era indiferente si pasaba la noche con una u otra, pero me aterraba pensar en el mero hecho de que llegase una mujer maravillosa que le volviese a hacer sentir y que volviese a mirar a alguien de esa forma en que me miraba solo a mí. Esas noches me sentía perdida sin él. Soy consciente de que todo ha terminado, pero la parte más egoísta de mí no quiere que él supere esto antes que yo. Es que, ¿por qué tengo que estar yo pasándolo mal y él no? Pero ahora mis sentimientos han cambiado bastante. Soy menos fuerte de lo que pensaba, eso lo tengo muy claro. No lo he superado del todo. He intentado conocer a otros hombres, pero ya no me fío de ninguno. Estuve con el más bueno de todos y al final me partió el corazón. ¿Cómo puedo recuperar la confianza?
Moon sigue teniendo contacto con él, obviamente, pero yo no he tenido el valor de preguntarle cómo le iba la vida, ni ella le ha mencionado en ninguna de nuestras conversaciones telefónicas. Me he torturado día tras día durante muchos meses. Él es en lo único en lo que pensaba cuando me acostaba y lo primero cuando me levantaba. Nunca había vivido algo así. Siempre me imaginé que sería duro superar una relación, pero, ¿tanto?
Así que no es difícil imaginarse cuál es la causa de mis nervios. Ahora voy con la mentalidad de fingir que todo va bien. Me he imaginado cientos de veces cómo sería nuestro reencuentro. Mi plan es aparentar que me alegro de verle como si fuera un amigo más, disimular mi rencor y mis posibles ganas de vomitar.
He llegado a pensar en hacer cosas horribles para destrozarle. No me gusta esta faceta de mí, la cual no había visto nunca, ni sabía de su existencia.
No quiero y a la vez me muero de ganas por verle de nuevo.
•••
Después de una necesitada ducha, me visto y salgo del hotel en el que estoy alojada. Esta vez no me ha costado tanto conseguir una habitación como cuando vinimos el verano pasado. Moon y Xavier me ofrecieron una cama en su casa, pero prefería tener un sitio para escapar si la situación me superaba.
Caminando por la calle me doy cuenta de lo cerca que está mi hotel del edificio en donde vive Fabián. Aún lo recuerdo. Ando mirando a mi alrededor, temerosa de encontrármelo de pronto. No estoy preparada para eso todavía.
Es irónico, pero físicamente estoy en mi mejor momento. Nunca me había sentido tan guapa como estos últimos meses. Tengo que admitir que estar con él me hizo valorarme a mí misma mucho más. Siempre me hizo sentir especial y se lo agradezco.
Llego al restaurante en el que Xavier y Moon nos han reunido a todos los amigos. En una gran mesa con unas veinte sillas veo unas cuantas caras conocidas y me alivio al ver que Fabián no está entre ellas.
— ¡Nusa!— mi mejor amiga es la primera en verme y en venir a abrazarme.
— Enhorabuena, cariño,— susurro en su oído antes de ser rodeada por otros tantos amigos.
Akos, su pareja, Kira, Martha... hacía tanto tiempo que no nos reuníamos todos...
— En mis sueños no te recordaba tan guapísima,— sonrío al escuchar a Sergio y me acerco a él para abrazarle.
El siguiente es el novio, a quien abrazo aún con más cariño. Xavier siempre apostó por Fabián y por mí. Luchó mucho por vernos juntos de nuevo, pero no pudo ser.
— ¿Cómo estás?— me pregunta y solo con su mirada sé a qué se refiere con esa pregunta.
— Bien, Xavier,— intento usar la sonrisa prefabricada que he usado durante tanto tiempo, pero no es tonto y sé que a él no le puedo engañar.
Todos tomamos asiento y me doy cuenta de que únicamente quedan dos sillas vacías. Seguro que una es la de él.
Me adentro en la conversación que estaban teniendo cuando yo llegué y les interrumpí. Me río sin fingir. Recordamos anécdotas de aquel verano en el que Xavier y Moon se conocieron. Nadie menciona a Fabián en ninguna de ellas y me incomoda verlos tomarse tantas molestias por no hacerme sentir mal.
Tranquilos, chicos, todo está superado.
— ¡Ya era hora!— exclama Xavier levantándose y caminando hacia detrás de mí.
Me tenso no queriendo hacer ningún movimiento brusco, como si fuese a hacerme invisible si lo consiguiese.
— Lo siento,— su voz,— me he quedado dormido.
No, no lo he superado.
•••
EL CAPÍTULO 50 SERÁ EL ÚLTIMO. NO SÉ SI ME OCUPARÁ UNA O DOS PARTES.
BaccelliMSR
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Mi bombero ibicenco [COMPLETADA]
Romance[COMPLETA] Nusa viaja hasta Ibiza para pasar el verano junto a sus amigas. Siempre se sintió el segundo plato, hasta que conoce a alguien que le hace sentir el centro de su mundo. Él es perfecto para ella, pero como todos, también tiene sus fantasma...