"Que yo no creo en las personas normales; lo que yo digo es que todos somos especiales".
9 de julio de 2016
Estoy deseosa de ver a Fabián. No veo el momento en el que llegue a la isla y poder hablar con él.
Esta noche tanto Kira como yo trabajamos y, para variar, hay un jaleo tremendo en la discoteca.
— ¡Esto es inhumano!— exclama Kira mientras el sudor empapa su pelo y por una vez la tengo que dar la razón.— Si al menos no hiciese tantísimo calor...
— ¡Morena!— exclama un chico alzando su brazo hacia mí y los que supongo son sus amigos ríen.
Idiotas....
— Dime,— digo sin esforzarme en fingir mi desagrado.
— Tres Vodkas con limón y dos DYCs naranja— ordena.
— ¿Algo más?— pregunto pasando una bayeta por la barra con rapidez.
— Sí, tu número de teléfono, guapa— me da una sonrisa que me provoca náuseas.
— Creo que de eso no nos queda.
La noche continúa. La gente cada vez está más borracha y los de seguridad han tenido que actuar más de una vez. Es el día que más largo se me está haciendo desde que llegamos aquí.
— ¡Esas chicas guapas!— sonrío al ver a Sergio al otro lado de la barra pero siento un hormigueo en mi estómago al ver a Fabián junto a él.
Freno de golpe y me quedo estática en el sitio. Él me mira por una milésima de segundo y desvía su mirada rápidamente como si no me conociese de nada.
Vale, me lo merezco.
— ¡Nusa, mueve ese precioso culo que Dios te ha dado!— me grita Oscar desde el otro extremo mientras sirve sin descanso a los clientes.
Reacciono y me acerco a Sergio.
— ¿Qué queréis?— finjo una sonrisa intentando demostrar que estoy tranquila y que la presencia de Fabián no me afecta ni lo más mínimo.
— Una lechuga... ¿Tú qué crees? ¡Alcohol!— dice un hombre ebrio con su brazo apoyado en los hombros de Sergio.
— No se lo tengas en cuenta,— me dice Sergio divertido,— es su despedida de soltero— asiento sin que me importe quién sea.
Cojo unos vasos y comienzo a echar hielos para servir a los chicos cuando algo me desbarata por completo.
— ¡Fabián, cariño!— dice una chica con rasgos asiáticos y se tira al cuello del nombrado plantándole un enorme beso que me deja más a mí sin respiración que a él.
Lo peor no es que una mujer haya besado al hombre que ocupa mis pensamientos si no el hecho de que él no la aparte y continúe el beso.
Los vasos se me caen y la gente a mi alrededor me mira extrañada. Siento que el corazón se me va a salir por la boca. Respiro de forma entrecortada. En estos momentos mi único deseo es que la tierra me trague y desaparecer para siempre. Kira, que ha presenciado toda la escena, se acerca a mí preocupada pero yo niego con la cabeza y le digo que estoy bien.
Recojo el estropicio que he montado y entro en el almacén ignorando los gritos que me dedica Oscar. Me apoyo en un barril de cerveza y coloco una mano sobre mi pecho intentado normalizar mi respiración. ¿Por qué soy tan idiota? ¿A caso pensaba que Fabián esperaría toda la vida por mí? Ilusa.
— ¡Nusa!— entra como un loco Oscar.— ¿¡Se puede saber qué cojones te...!?— detiene sus alaridos de golpe.— Ey,— apoya con suavidad una mano sobre mi hombro,— ¿te encuentras bien?
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Mi bombero ibicenco [COMPLETADA]
Romance[COMPLETA] Nusa viaja hasta Ibiza para pasar el verano junto a sus amigas. Siempre se sintió el segundo plato, hasta que conoce a alguien que le hace sentir el centro de su mundo. Él es perfecto para ella, pero como todos, también tiene sus fantasma...