2002
La pequeña de cinco años echó a correr hacia la tienda nada más llegaron a la calle.
Tan entusiasmada iba, centrada solo en los miles de juguetes que tenía delante, que siguió corriendo hacia ellos hasta que se chocó contra el cristal.
Cayó al suelo, aturdida, y se llevó la mano a la cabeza adolorida.
Hizo una mueca de enfado, al no haber podido llegar a su destino, pero por sorprendente que pareciera, no derramó ni una sola lágrima.
El padre de la niña llegó unos segundos después, corriendo.
Preocupado, se arrodilló junto a ella, y le observó la cabeza en busca de alguna herida. Casi parecía un milagro que no se hubiera hecho nada.
La pequeña, apartó la mano inquieta, y ya recuperada, corrió a ponerse delante de la puerta.
Una vez allí, miró a su padre, ansiosa. Ella no tenía la fuerza suficiente como para abrirla.
El padre se rió mientras negaba con la cabeza.
- Tienes que tener más cuidado, cielo - le dijo con ternura, sosteniendo la puerta para que pudiera pasar.
La niña no le dió ninguna respuesta. Se limitó a andusquear por toda la tienda, cogiendo de las estanterías cuantos juguetes quería.
Cuando llegó a la caja, su padre la miró divertido y la obligó a escoger.
- No podemos llevarnos todos, bebé. Tienes que elegir tres. Los tres que más te gusten.
La niña frunció el ceño, preguntándose porqué tres era el número máximo. Si por ella fuera, se llevaría toda la tienda.
Analizó los juguetes, y se decidió por el peluche del osito blanco, la muñeca a la que podías peinar, y una varita mágica con sombrero de hechicero incluído.
- Ya - anunció, tendiéndoselos a su padre con sus pequeñas manitas.
- Muy bien, cariño - asintió satisfecho y se puso a pagar las cosas.
En aquel momento, entró a una velocidad inhumana una persona en la tienda.
El señor empalideció, y empujó a su hija para que se escondiera entre los estantes.
- No salgas y quédate jugando- le ordenó, antes de que el recién llegado le encontrara.
La niña asintió obediente, y sentándose en el suelo del pasillo cogió la varita e imaginó que podía hacer que las cosas se movieran.
- Necesito tu ayuda.
El padre de la chica se le quedó mirando fijamente, ocultando todo el miedo que sentía.
- ¿ Para qué ? - preguntó.
- Como sabrás tengo una familia muy... - hizo una pausa para buscar la palabra -duradera, por así decirlo. Quiero que descansen en paz, esta vez para siempre.
El hombre se estremeció. Estaba en un serio aprieto.
¿ Ayudar a un Mikaelson a matar a los otros tres ?
Si le ayudaba, y los tres hermanos sobrevivían, era seguro que buscarían venganza.
Y si no le ayudaba...
- Hace tiempo que dejé de inmiscuirme en asuntos de vuestra facción. Quisiera que eso siguiera así - rechazó la petición con toda la amabilidad que pudo.
- Así que te niegas a ayudarme... - comentó alzando una ceja- Entonces ya no me serás de gran ayuda.
En cuanto pronunció la última palabra, el chico de aparentemente unos treinta y pocos años se movió hacia delante con rapidez, y con un gesto partió el cuello del brujo en un solo movimiento.
Se escuchó un desagradable "crack" y el cuerpo cayó con fuerza al suelo.
El señor Mikaelson miró a su alrededor, para toparse con la mirada horrorizada de la dependienta, que seguía con los ojos abiertos de par en par sobre el cliente muerto.
En cuestión de segundos, el asesino había desaparecido.
Pasaron dos minutos hasta que la mujer se vió capaz de reaccionar, y llamó con los dedos temblorosos a la policía.
La niña, cansada de esperar, salió del pasillo, y caminó hacia su padre.
Le tocó el hombro, y lo llamó.
Confundida, alzó la cabeza hacia la señora que se acercaba.
- ¿ Por qué papi no despierta ?
La mujer soltó un sollozo, imaginando cómo sería la vida de aquella pobre y adorable niña sin el amor de un padre.
No respondió. Se limitó a esperar a que llegara la policía, y una vez estuvieron allí, la dejó en las manos de los oficiales para que la llevaran de vuelta a casa.
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Always and Forever
Fanfic#40 en Vampiros 15.11.16 Desde el principio de los tiempos, el ser humano siempre ha intentado explicar lo sobrenatural. Algunos lo llaman mitología. Otros, milagros. Fe. Lo que muchos ignoran, es que la mayoría de los mitos urbanos son ciertos. Vam...