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Bostezo y me giro hacia el otro lado de la cama. Hace un poco de calor.

- Levanta -ordena una voz, y yo me incorporo sobresaltada.

Alzo la mano para tapar la luz que entra por la ventana.

- ¿ Rebekah ? - pregunto desconcertada.

- La misma - dice ella, poniéndose en pie y sentándose a mi lado- ¿ Cómo te encuentras ?

- B-bien - balbuceo confundida- ¿ No estabas en New Orleans ?

- Mi familia pensó que era buena idea mudarse a nuestra casa de Mystic Falls - se encoge de hombros indiferente, y yo me dedico a inspeccionar la habitación en la que me encuentro.

- Así que estoy en tu casa... - digo, esperando su confirmación.

- Así es. Te desmayaste en el Grill, y mi hermano te trajo hasta aquí- explica.

- ¿ Tú hermano ?

- Koln Mikaelson.

- Oh- es lo único que digo. Así que el amor de Lizzie es el hermano de Rebekah.
Interesante.

- Espero que no te hayas enamorado de ese imbécil- comenta de forma casual.

- No - estallo en carcajadas por su comentario- Apenas lo conozco. Pero gracias por la advertencia.

Ella se me queda mirando fijamente, aguantando la risa.

- No es nada. Te dejo para que te arregles - dice levantándose y dirigiéndose hacia la puerta - cuando estés lista baja a la cocina.

Sin esperar a mi respuesta, Rebekah desaparece por el pasillo.

Ella era mi única y mejor amiga en New Orleans.

Nuestro primer encuentro no fue muy agradable.

Básicamente, ambas nos peleábamos por la atención del mismo chico.

Al final, descubrimos que él no merecía la pena y dejamos las rivalidades a un lado.

Fue el inicio de una extraña amistad.

Sorprendentemente, Rebekah no tenía muchos amigos, así que casi sin darnos cuenta, comenzamos a salir juntas más y más a menudo.

Al principio, la envidaba. Era fácil hacerlo. Rebekah es alta, con un cuerpo de infarto, los ojos azules como el mar y un pelo rubio digno de salir en un anuncio de shampoo.

No sé cuando ocurrió, pero empecé a querer a esa chica tan revoltosa y juguetona antes de poder darme cuenta. Y Rebekah apreciaba tener a alguien que le acompañara en sus travesuras y que también pusiera a veces la voz de la razón.

Always and ForeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora