Always and Forever

17

Meto la llave en la cerradura.

Giro hacia un lado, e intento abrir.

Ruedo los ojos, he vuelto a equivocarme.

No sé por qué, pero siempre tiendo a girar la llave hacia el lado incorrecto.

La puerta se abre con un chirrido, y entro en casa.

Dejo las llaves en el cuenquito encima del mueble del recibidor.

- ¿ Mamá ? - pregunto a voz de grito, asomándome a la cocina.

Sus pasos se escuchan contra el suelo de madera y aparece por el pasillo que da a los dormitorios.

Aún me parece extraña esta casa, tras vivir durante dos años en la de New Orleans.

Ahora, aquella casa pertenece a otras personas.

Compramos el pequeño chalet en Mystic Falls con el dinero que ganamos al vender la antigua.

- Aider, me tenías preocupada- me reprocha, dándome un abrazo.

- Lo siento, me quedé a dormir en casa de una amiga- me disculpo, dándole un beso en la mejilla.

Desde hace unos años, mamá se ha vuelto más estricta conmigo.

No me deja salir muy de noche, me hace prometer que la avisaré de cualquier cambio de planes, y me tiene constantemente vigilada.

No pregunté el porqué de ese cambio. Supongo que tiene miedo de que al hacer mayor, mis gustos cambien también.

- ¿ Y qué amiga ?

- Bekah, mi mejor amiga de New Orleans, ¿ recuerdas ? - le cuento caminando en dirección a mi cuarto- No es la primera vez que te hablo de ella.

- Claro, sí, sí. ¿ Ha venido a verte desde aquí ? - pregunta sorprendida, siguiéndome por el pasillo.

- No, también se han mudado a esta ciudad - explico, quitándome los zapatos para poder tumbarme en la cama.

Mamá entra en mi cuarto, y me observa preocupada.

- ¿ Te encuentras bien, cielo ?- dice, colocando su mano en mi frente.

- Sí, no te preocupes- la tranquilizo mientras cierro los ojos con fuerza- Es uno de esos mareos, ya sabes.

- Vale. Avísame si quieres que te traiga algo.

Asiento sin abrir los ojos y suspiro. Solo pasan unos minutos hasta que me quedo dormida.