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2008

Se sentía increíblemente aliviada.

Nunca más tendría que preocuparse por los poderes de su hija.

Estaban encerrados en aquel bonito anillo, y según la hechicera que lo había creado, sólo se desatarían una vez que se lo quitara.

La mujer se dedicó durante días a repetirle una y otra vez a su hija que nunca, por ninguna razón, se lo sacara.

La chica, con tal de que su madre la dejara por fin tranquila, juró que eso no iba a pasar jamás.

Y así fue.

Pasó un año, y Aider no se quitaba el anillo ni para ducharse o dormir.

Suerte que fuera de plata, porque si no tendría que llevar un feo anillo oxidado.

La mujer se quedó pensativa.

¿ Debía devolverle alguna vez su magia ? 

No, se dijo.

Su hija podía ser muy feliz sin ella.

Ahora era normal, y nada se salía de su control.

Podía ser feliz sin ella. Nunca le contaría nada de todo esto.

Sería feliz sin ella.

Always and ForeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora