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Mystic Grill, 2 de julio

Las mariposas revoloteaban por los estampados de las tazas de café que ambos se habían tomado después de comer.

Niklaus observó impresionado cómo los insectos parecían cobrar vida.

Aider estaba feliz. Por fin había vuelto a hablar con ella, y las cosas no eran ya tan incómodas.

- Amor...

La joven bruja salió de su ensimismamiento, y levantó la mirada hacia su acompañante.

- Ah, sí, perdona... - reaccionó dejando la taza con su diseño original - Estoy tan acostumbrada a usar la magia ahora que la controlo que de vez en cuando se me escapan este tipo de cosas.

Klaus calló, y la miró preocupado.

-No debes de enseñar tu poder de esa forma... es peligroso.

- ¿ Por qué ? - preguntó con curiosidad. Nick nunca parecía amedrentarse con nada. Si pudiera apostar, Aider aseguraría que si le pusieran una pistola en la frente ni siquiera pestañearía. Más bien lo miraría con desprecio y diría "¿ Piensas disparar hoy, amor?"

El Original suspiró, y asegurándose de que nadie a su alrededor hubiera notado los inexplicables cambios en la taza que sostenía entre sus manos, se dispuso a explicárselo.

- Hace muchas décadas, un grupo de brujos increíblemente crueles y vengativos se dieron cuenta de que eran indudablemente más poderosos que el resto, y decidieron aprovechar eso para causar la destrucción. Los llamaron Oscuros, al igual que a ti. Su aquelarre se agranda cada vez más y más, su ambición no tiene límites. Son como adictos a una droga, su deseo es insaciable. Y temo que si sigues por ahí, pavoneándote con tus juegos de maguita, traten de reclutarte- concluyó, con una sonrisa burlona- Así que hazme el favor de usar ese bonito anillo que te regaló tu madre, amor.

Always and ForeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora