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Me quejo al notar dos pequeñas gotas de agua escurrirse por mi rostro.

Miro al cielo.
Va a empezar a llover.

Como si lo hubiera ordenado, la lluvia se hace más fuerte, calándome por completo.

Suspiro y meto el móvil en el bolsillo del pantalón, rogando para que no se estropee.

Quedan quince minutos para llegar a casa. Será mejor que empiece a correr.

Aunque soy una persona deportista, a los pocos minutos mi respiración ya está acelerada.

Mi pelo está empapado, debo de parecer morena, ahora.

Sé que cogeré un buen resfriado, encima llevo el polo de manga corta del bar.

Frunzo el ceño al escuchar unos pasos chapoteando contra la acera detrás de mi.

Me detengo y me vuelvo confundida. No hay nadie.

Me encojo de hombros y sigo caminando.

Entonces lo escucho de nuevo.

Me giro bruscamente, desconcertada.

Niego para mí misma con la cabeza y suelto una carcajada.

Serán paranoias mías. Suelo imaginarme cosas así muy a menudo.

Pero no sé porqué sigo sintiendo que alguien me sigue.

Suelto un grito cuando un brazo me empuja y mi cabeza choca contra la pared del edificio.

Noto unas manos en mi cuello.

Una fuerte corriente de aire pasa a mi alrededor y de repente, la presión en mi garganta cesa.

Respiro entrecortadamente y miro a mi alrededor asustada.

La calle esta vacía.

¿ Que diablos acaba de pasar ?

Always and ForeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora