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1 Día después del decimoctavo cumpleaños

Generalmente, los brujos estaban siempre atareados.

Cuando no estaban haciendo hechizos para algún otro ser sobrenatural, lo hacían para sí mismos, o aprovechaban para pasar tiempo "como personas normales".

Pero aquel día, el día veintiseis de mayo, todo el aquelarre estaba reunido en la misma sala de la misma casa.

Los brujos creían en el destino. Muchos de ellos tenían predicciones, y sabían que lo que estaba previsto, pasaría, y poco podían ellos hacer para evitarlo.

Pero aunque sabían que la joven vendría aquella misma mañana, estaban todos muy nerviosos e impacientes.

Reece era el único que mantenía la calma. Confiaba tanto en su plan que no tenía nada de lo que preocuparse.

- ¿ Y el vídeo, y la nota ? ¿ Lo verá también la madre ? - preguntó un novato, preocupado porque las autoridades se metieran en el asunto.

Reece no se dignó a responder, así que Lynn, que todos sabían que era su predilecta, lo hizo por él.

- Es la última vez que lo digo. Solo pueden verlos seres sobrenaturales.

El chico asintió, avergonzado, y esperó con los demás a que llamaran a la puerta.

Y por fin lo hicieron.

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