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Niego con la cabeza una vez más, cruzándome de brazos.

- Ni lo sueñes, Rebekah - le advierto con el ceño fruncido.

- ¿¡ Por qué no ?! - exclama exasperada - ¡ Será divertido !

- ¡ No quiero una fiesta de cumpleaños ! Sabes que soy muy tímida, no quiero estar rodeada de gente que no conozco - explico - con que estemos Lizzy, Nick, Koln, y tú es suficiente.

- Eso no es digno de un dieciocho cumpleaños - refunfuña mosqueada.

- Sí que lo es. No hay necesidad de más - replico dando por zanjada la conversación.

Rebekah sale del salón principal, soltando maldiciciones en voz baja y hablando consigo misma.

- Creo que es la primera vez que mi hermana no consigue lo que quiere - dice una voz que reconozco perfectamente, entrando en la sala.

- Hola, Nick - sonrío dándole un pequeño abrazo.

Él se tensa enseguida, lo que uno, me hace pensar que no tenemos la confianza suficiente para hacer eso, o dos, no está acostumbrado a que le abracen.

- ¿ Vas a quedarte, amor ? - me pregunta, jugando con un mechón de mi pelo.

Quiero retroceder un poco, estar tan cerca de él me pone algo nerviosa, pero no quiero ser descortés.

- Me temo que no. Todos los años soplo las velas con mi madre a las doce en punto de la noche.

- ¿ Incluso cuando eras pequeña ?

- Sí.

- Extraño.

- Lo sé - admito encogiéndome de hombros y caminando hacia la puerta con él pisándome los talones - Será la costumbre, supongo.

- Bueno, pues entonces te acompaño a tu casa.

Abre la puerta, y sale al exterior. El cielo está oscuro, así que hace bastante frío.

Debo de haberme quedado paralizada en la puerta, porque se da la vuelta para mirarme confundido.

- ¿ Te molesta ?

Reacciono y cierro el portón detrás de mi.

- No, no. Solo no me lo esperaba.

Echamos a andar en dirección a mi casa.

No hablamos mucho por el camino, de hecho, no hablamos nada en absoluto.Pero no es un silencio incómodo.

El camino es largo, ya que la casa de los Mikaelson está bastante alejada del centro de la ciudad.

A mitad de trayecto, Niklaus se detiene en seco, y observa a su alrededor con el rostro crispado.

- ¿ Qué pasa ? - pregunto confundida.

- Nada, no importa. Me ha dado la sensación de que alguien nos seguía - dice, y yo me estremezco.

- Llevo sintiendo eso durante bastante tiempo - confieso, pateando una piedra de la acera para entretenerme.

Klaus me lanza una mirada que no sé identificar, pero no dice nada, y seguimos caminando.

Always and ForeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora