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Hoy es uno de esos días.

Uno de esos días en los que, sin saber por qué, te despiertas melancólica y con ganas de llorar, por mucho dolor que eso te cause.

Cuando bajo a desayunar, todos parecen darse cuenta de ello.Ninguno pregunta directamente, pero sé que todos le están dando vueltas a eso en sus cabezas.

- No se admiten preguntas - bromeo con una sonrisa cansada, dejándome caer en la silla del comedor- Hoy no.

Los hermanos Mikaelson se miran entre ellos, mientras los empleados traen el desayuno, pero no dicen nada.

Rebekah no me quita la vista de encima en toda la mañana, y me muestra una de sus miradas interrogantes que me piden que le cuente mi problema.

La evito (no de mala manera)en todo momento, a excepción del almuerzo, y eso porque no tengo otra opción.

Elijah y Bekah charlan sobre cosas de las que no me entero.
Todo suena distante y alejado de la realidad, y mi mente está a muchos kilómetros de aquí.

Niklaus me observa perspicaz, haciendo una seña para que retiren los platos ahora vacíos. Intento mostrarle una sonrisa tranquilizadora, pero no parece funcionar, porque frunce el ceño de manera sospechosa.

- Nick - lo llamo mientras cada uno se va a descansar a su respectivo dormitorio - ¿ Tienes algo que hacer ?

Rebekah y Elijah se detienen brevemente en las escaleras, lo suficiente como para echarnos un vistazo, y después siguen su camino hacia el piso de arriba.

- ¿ Qué tienes pensado, Aider ?- pregunta amablemente.

- Debería volver a casa. Mi madre estará preocupada - suspiro pesarosa.

Él asiente, y gracias a su espléndido coche y a su arriesgada manera de conducir, tardamos apenas unos cinco minutos.

- Te esperaré aquí - me comunica mientras me bajo del vehículo - Si me necesitas, no dudes en llamarme, amor.

Asiento en señal de comprensión y cierro la puerta del coopiloto, tocando el timbre de casa.

Mientras espero a que mamá abra la puerta, intento ignorar la sensación que tengo cada vez que Niklaus utiliza la palabra "amor" en cada una de sus frases. Intento no tomármelo como algo personal, porque utiliza esa coletilla en cualquier ocasión. Así que aparto el estúpido pensamiento de que cuando me lo dice a mi significa algo más.

- ¿ Aider ? - pregunta mi madre sorprendida.

- Hola, mamá - saludo con una pequeña sonrisa.

- Te he echado mucho de menos, cielo - suspira acercándose y dándome un abrazo- ¿ Te lo has pasado bien en la casa de tu amiga ?

- Genial - sonrío ampliamente, intentando no sonar falsa.

Eso me recuerda mi conversación con Elijah... ¿ Sabe ella lo que soy ? ¿ Lo ha sabido siempre ?

- Me alegro, amor - dice apartándose para dejarme entrar en casa.

¡ Nick !

- Un segundo, mamá - le pido, y corro hasta el auto, que aún está aparcado en la acera de enfrente.

Doy un toque en la ventanilla, para que la baje.

- ¿ Te importaría recogerme en un par de horas ? - pregunto mordiéndome el labio. Espero que no le molesta hacer de chófer.

- En absoluto, amor. Estaré aquí a las siete- informa, antes de arrancar el motor e irse.

Mamá me llama desde la puerta, pero yo me quedo mirando la esquina por la que el coche de Niklaus acaba de desaparecer.

Se ha ido hace apenas unos segundos, pero ya le echo de menos.

Always and ForeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora