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Aquelarre Dark Moon

Reece no pudo evitar ponerse alerta en cuanto uno de ellos entró en el lugar de reunión de su comunidad.

Pero, al igual que Lynn, también veía refuerzos para su plan, que por ahora, se hallaba un poco paralizado.

- Buenas noches, amigo - saludó el que parecía ser el jefe de los Oscuros - me ha parecido descortés venir a esta ciudad sin pasar a visitarte.

Todos los brujos del aquelarre observaron la escena en una mezcla de emociones ; miedo, confusión, esperanza.

- He oído que pretendeis que una nueva bruja se una al grupo - continuó, paseándose entre las mesas - Los rumores se mueven más rápidos que el propio viento.Desgraciadamente, ella es como nosotros... y nos interesa.

- ¿ Has venido para llevártela ? - preguntó Reece, fastidiado.

- No del todo. He venido para destruír lo único que le retiene en la luz... el amor de una madre es un hechizo muy poderoso- sonrió sádicamente- Después, la Magia Oscura consumirá a la pequeña Aider, y ella misma acudirá a nosotros, sus hermanos, para descargar su furia e ira.

- Me alegra oír eso. Si nos dieras un poco de tiempo teníamos pensado...

- Utilizarla para acabar con la familia Original, lo sabemos - le interrumpió y se acercó a Reece con calma - Desgraciadamente, no me gusta compartir mis objetivos.

Con una seña del recién llegado, sus hombres rodearon todo el lugar, y con sonrisas macabras, cada uno disfrutó de la diversión a su manera.

A unos les gustaba quitar el aire a sus oponentes, otros preferían hacer hervir su sangre, partir huesos, hacer cortes...

Todos los miembros del aquelarre de Dark Moon cayeron uno a uno al suelo.

La pila de cuerpos amontonados casi rozaba el techo.

El líder Oscuro sonrió satisfecho, y más desahogado, prendió fuego a los brujos muertos con el solo pensamiento.

Al final, combatieran contra los que combatieran, siempre ganaban. Siempre triunfaba la Oscuridad.

Always and ForeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora