23

5.3K 443 4
                                    


Sigo mirándome en el espejo cuando suena el timbre.

Reacciono y cojo mi pequeño bolso negro.

Rebekah me ha escogido la ropa, y aunque no es muy de mi estilo, alega que sabe de sobra cuales son los gustos de su hermano.

Ella le conoce mejor que yo, así que me he dejado hacer.

De modo que camino despacio, mantiendo el equilibrio sobre los tacones negros, y procurando no tropezarme llego a la puerta.

- ¡ Mamá, voy a salir ! - le aviso, abriéndola.

- ¿ Con quién ? - pregunta enseguida desde la ducha.

- ¡ Un amigo ! ¡ Volveré pronto ! - le grito, apresurándome a salir antes de que pueda preguntar nada más.

Saludo a Kol con una amplia sonrisa, pero él no me contesta.

Su mirada va primero a mi vestido blanco, que es ceñido por arriba y con un poco de vuelo en la falda.Después se detiene en mi pelo, castaño natural, pero alisado.
Y por último, en mis ojos. Siempre los he tenido de color verde, pero con el maquillaje de Bekah ahora destacan mucho más que antes.

- ¿ Kol ? - pregunto divertida, tocándole el brazo.

- Ah, sí, perdona- reacciona, dejando un beso en mi mejilla- Es que estás preciosa.¿ Lista ?

- Sí- confirmo sonrojándome un poco - vámonos antes de que mi madre quiera conocerte.

Kol baja los escalones de la entrada de la casa y abre la puerta de un deportivo azul oscuro.

- Señorita- me dice sosteniéndome la puerta del copiloto mientras entro.

- Gracias, caballero- bromeo, y me preparo para la velada que me espera.

(...)

Siempre he sido muy tímida, y hablar con alguien al que no conozco mucho siempre me ha resultado incómodo.

Sin embargo, nada de eso ha pasado con Kol esta noche.

Toda la conversación ha sido fluida y tranquila, y no he tenido que pensar para sacar algún tema. Él es una de esas personas con las que te podrías pasar horas y horas hablando y aún así, al final del día, aún tendrías temas pendientes para comentar.

La confianza entre nosotros ha crecido muy rápido, y pronto, me he encontrado contándole anéctodas vergonzosas de mi niñez que ni yo misma estaba dispuesta a recordar.

Él también me ha contado muchas cosas, pero sobre la familia no hemos tenido intención de charlar ninguno de los dos.

Supongo que él no querrá pensar en la muerte de sus hermanos, y yo, porque no quiero recordar que mi padre fue asesinado delante de mi y yo no siquiera me di cuenta de que estaba en peligro.

Llegamos a mi casa, y me acerco para despedirme antes de salir del coche.
Quién sabe si mi madre está vigilando por la ventana, esperando a que vuelva. Conociéndola...

El auto tiene las ventanas tintadas, así que no sabrá quien es el chico que me acompaña.
No es que me moleste que lo sepa, pero me gusta tener algo de privacidad.

- Me lo he pasado de maravilla, Kol - sonrío dándole un beso en la mejilla- Gracias.

Salgo del coche, cierro la puerta con suavidad y camino hacia la entrada.

- Entonces - dice, bajando la ventanilla y mostrándome una de sus pícaras sonrisas - ¿ Puedo suponer que aceptarías una segunda cita ?

- Supondrías bien - comento inocentemente, guiñándole un ojo.

Always and ForeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora