Mafia. (Jainico)

04.-

POV Omnisciente

Cuando terminaron la fase de los abrazos, Edgar de inmediato habló.

-Jaime mandó a alguien a que te trajera, cierto?.-Preguntó el ruloso con el ceño fruncido ahora.

-Sí, pero no te enojes con él, supongo que tenía derecho de hacerlo ya que yo lo deje sin ninguna explicación.-Respondió el pequeño moreno, intentando defender a su alma gemela.

-Por qué siempre lo defiendes Nico? Aún cuando a veces no se lo merece?.-Preguntó Edgar, no entendiendo para nada eso.

"Porque lo amo" pensó el moreno pero no lo dijo en voz alta.

Manuel miró lo incómodo que estaba su amigo con esa pregunta así que decidió salvarlo.

-Vamos Edgar, es como preguntarte a ti por qué amas tanto a tu "bebé".-Dijo Yelo con una leve sonrisa.

-Es fácil responder a eso Manu, porque eres una persona maravillosa.-Dijo Edgar con una ligera sonrisa observando a su novio.

Manuel realmente no se esperaba esa respuesta, y se notó aún más cuando este se sonrojó, haciendo que Nicolás diera una sonrisa por lo tierno que se veía y aún más cuando vio que Edgar abrazó al Manu.

-Chucha, estoy tocando el violín.-Dijo Nicolás con una ligera sonrisa.-Yo iré a dar una vuelta afuera mientras ustedes siguen siendo cursis.

El moreno ni esperó una respuesta cuando salió de la mansión. Se dirigía hacia la calle cuando un tipo más grande que él y algo intimidante se acercó a él y lo detuvo de salir.

-No puedes salir.-Dijo el extraño con una voz ronca, haciendo que se viera más intimidante que antes.

-Por qué no?.-Preguntó el pequeño moreno con el ceño fruncido. Quién era ese weón para decirle que no podía salir?.

-Porque el jefe no ha dicho nada sobre que puedas salir, te vas a tener que quedar.-Dijo el desconocido con un tono que a Nicolás no le gustaba para nada.

-Me importa un pico esa wea, me vas a dejar salir.-Dijo el pequeño travieso enojado, intentando salir pero el extraño lo empujó algo fuerte, haciendo que este se cayera. Por qué tenía que ser siempre el más débil de todos?.

-Mira, creo que no entendiste bien las cosas, no vas a salir de acá hasta que el jefe lo diga.-Dijo el extraño acercándose a este, no sabía si para intimidarlo o para golpearlo.

Cuando estuvo el desconocido muy cerca de él, este levantó el puño para golpearlo y Nicolás solo cerró los ojos, queriendo que eso terminara rápido.

Pasaron unos segundos y todavía no recibía el golpe. Fue ahí cuando el moreno abrió los ojos y vio a su alma gemela acorralando al que le iba a pegar contra la pared.

-Lo vuelves a lastimar y te mato, no me importa si eres bueno en tu trabajo o no, simplemente lo haré y sin pensarlo dos veces.-Gruñó el mafioso apretando a su trabajador aún más.-Él puede salir, tal vez no solo, pero lo puede hacer. Trátalo a él como si fuera yo, él también manda acá, entendiste?!.

-Sí, claro que sí señor.-Dijo el extraño atemorizado por Jaime.

El enojón lo soltó y de inmediato fue a ayudar a su moreno a levantarse y aprovechando, a ver si este tenía alguna herida o algo. Cuando se aseguro que no tenía nada, Jaime miró a Nicolás y lo tomó de la mano para luego salir a la calle a dar una vuelta con su pequeño moreno.

-No te hizo nada más, cierto?.-Preguntó el enojón con el cuerpo tenso y con su mano libre apretada, haciendo que se notaran sus nudillos completamente blancos.

-No Jaime, estoy bien.-Respondió el pequeño de los ojos violeta, entrelazando sus dedos con los de Jaime, haciendo que este solo se relajara al sentir este gesto.-Por cierto, me gustaron las flores.

-Me alegro mucho, cariño.-Dijo Jaime con una leve sonrisa, olvidando de lo que acaba de pasar por ahora. Ese había sido el plan de Nicolás, que este no estuviera enojado o algo así por un desagradable culiao.

Siguieron caminando ahora en silencio, pero no ese tipo de silencio incómodo, era ese silencio en el que disfrutaban estar de la compañía del otro pero sin hablar solamente.

Al menos así fue hasta que a Nicolás le surgió una pregunta.

-Por qué Kindred Spirits?.-Preguntó el pequeño moreno mirando a su alma gemela.

Jaime entendió de inmediato a que se refería, porqué se llamaba así.

-Se que lo quieres saber ahora, pero prefiero que lo busques en Internet. Después de todas las páginas de nuestra mafia siendo buscada y cosas así, aparece el significado y creo que entenderás todo.-Dijo Jaime con una leve sonrisa.

El pequeño de los ojos violetas lo miró y asintió. Suponía que Jaime lo decía por algo, así que debería hacerle caso, al menos una vez en la eternidad.

-Supongo que ahora que sé que eres jefe de una mafia importante, ya se porque a todos los hombres que conocí en Nueva York desaparecían.-Bromeó Nicolás con una leve sonrisa.

Pero como por segunda vez, a Jaime no le hizo gracia eso, si no que lo hizo sentir celos, demasiados.

El enojón acorralo a su moreno contra la pared sin hacerle daño de un callejón. Estaban tan cerca que sentían las respiración del otro.

-Qué otros hombres?.-Preguntó el mafioso en un gruñido, mirando directamente a su moreno.

-J-Jaime era una broma.-Contestó el pequeño travieso nervioso por la cercanía que tenían los dos.

-No sonó como una broma para mí.-Dijo el enojón cerca del cuello de su pequeño moreno.

Nicolás apenas se dio cuenta cuando Jaime había comenzado a hacerle chupones por todas partes del cuello, haciendo que el pequeño moreno se mordiera el labio inferior para intentar no gemir o algo así esa vez.

-Eres mío Nico, completamente mío.-Dijo Jaime contra el cuello de su moreno.

-S-sí Jaime, soy tuyo.-Murmuró Nicolás cerrando los ojos para sentir como su alma gemela empezaba a darle besos por el cuello, haciendo que eso fuera el paraíso.