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POV Omnisciente

Después de aquella escena algo emotiva, hablaron un poco los tres, al menos hasta que escucharon que alguien más hablaba. Era una voz que Jaime conocía muy bien.

-Eh, íbamos a jugar otra cosa, van a venir?.-Preguntó Nicolás mientras veía como su novio fumaba. Este no se había dado vuelta para mirarlo, solo siguió viendo hacia la nada.

-Sí, nosotros ya vamos.-Respondió Manuel, haciendo que Edgar lo siguiera rápidamente. Era obvio que Manuel quería dejar solos a Nicolás con Jaime.

El ruloso y su novio entraron a la mansión de inmediato, cerrando la puerta detrás suyo.

Se quedaron unos varios segundos en silencio, hasta que Nicolás habló.

-Lo siento.-Dijo el pequeño moreno, con un tono de voz algo bajo, haciendo que Jaime lo mirara de inmediato.

-Por qué lo siento, cariño?.-Preguntó el enojón, observándolo. Su pololo no estaba borracho, se notaba, así que no decía aquellas palabras sin pensarlo.

-Se que no hemos hablado mucho de la vez que te engañé, pero sé que todavía te duele y lo lamento mucho Jaime, de verdad, yo nunca quise herirte de esa forma ni de ninguna.-Dijo el moreno, mirándolo con sus tristes ojos violeta, tomándose un tiempo para seguir hablando.-Nunca más lo haré, te lo aseguro Jaime. Yo solo no quiero que estés así. Sabes que haría lo posible para...

Nicolás ni siquiera se había dado cuenta de que Jaime había botado su cigarrillo al suelo para luego acercarse rápidamente a él para darle un pequeño beso en los labios, para interrumpirlo y callarlo al mismo tiempo.

-Nico, sé que lo lamentas, y no tienes que echarte la culpa. Eso ya pasó, solo que eso hizo que lo recordará, pero nada más.-Dijo el mafioso, acariciando ligeramente el rostro de su prometido.-Ya no me siento así, pero solo quería estar un rato solo, si?.

El moreno asintió y el enojón continuó hablando.

-Te amo.-Dijo Jaime, con una leve sonrisa, observando los hermosos ojos de su novio.

-Yo también te amo.-Dijo Nicolás con una sonrisa, para después volver a sentir los labios de su alma gemela sobre los suyos, uniéndolos en un beso.

Estuvieron un tiempo así hasta que se separaron.

-Entramos para jugar, cariño?.-Preguntó el hombre de los ojos rojos con una ligera sonrisa.

El moreno volvió a asentir y entraron los dos juntos a la mansión, tomados de la mano y totalmente reconciliados.

Cuando entraron, vieron que todavía no habían comenzado el juego, pero estaban sentados en el piso, en un circulo. Nicolás se sentó y su prometido tomó asiento un poco lejos de este, pero al frente del último.

-Bien, ahora que estamos todos, puedo decirles lo que jugaremos.-Dijo Naiko con una leve sonrisa.-Vamos a jugar a la Botellita. Sí, lo sé, algo infantil pero igual es divertido. Los que salgan, van a tener que tomar dos veces, contando la de la ronda.-Explicó el pequeño mentiroso con una leve pausa.-Creo que empezaré yo.

Naiko giró la botella que estaba vacía y cayó en Álvaro. No se conocían muy bien, pero les daba igual en realidad. Además Keke no era tan celoso.

Álvaro se acercó al pequeño mentiroso y lo besó por unos pocos segundos.

-Creo que sería mejor que los besos duraran dos minutos al menos.-Dijo uno de los trabajadores de Jaime, algo emocionado.

Todos asintieron, aprobando esa regla. Naiko junto a Álvaro se tomaron sus tragos, para luego volver a tomar por la ronda.

Álvaro giró la botella y cayó en Nicolás. No sabía si era su día de suerte, pero lo que si sabía es que era su única oportunidad para besar al moreno. Este último miró a su prometido, pero este no lo estaba mirando, solo observaba su trago, como la vez anterior.

El pequeño moreno se acercó a su amigo y fue este último quien comenzó el beso. Mientras que Álvaro sentía muchas cosas en aquél beso, el moreno no sentía nada más que extrañez. En realidad, solo quería que el beso terminará algo rápido para volver con su novio.

Nicolás sentía que aquellos minutos no pasaban nunca hasta que Edgar les avisó que ya eran dos minutos. El moreno se separó de inmediato y volvió a su asiento. El primero miró a su alma gemela, pero este seguía mirando su trago. Creo que era algo obvio que no quería verlo besar a otro.

El pequeño de Jaime se tomó sus dos tragos para que de inmediato girará la botella. Cayó en Edgar.

El enojón miró a quién le había tocado a su novio. Creo que a nadie le gustaría ver besar a su prometido con la persona que lo había engañado. Intentaba estar bien, para que Nicolás no se sintiera mal, pero es difícil.

El ruloso fue quien se acercó a su mejor amigo para terminar de inmediato con eso. Mientras se besaban, intentaban pensar en cualquier cosa que no fuera en aquél día. Apenas les dijeron que pasaron los dos minutos, los dos se separaron de inmediato para volver a sus asientos y tomarse los tragos.

Edgar giró la botella y cayó en Naiko. El primero miró a Manuel, para ver si estaba bien con esto. Manu le dio una leve sonrisa y asintió, como diciéndole que lo hiciera no más.

Naiko se acercó a su alma gemela y lo besó. Ninguno de los dos podía mentir y decir que no se sentía bien y que no se notaba la conexión entre ellos dos, pero eso no cambiaba nada, probablemente era solo porque eran almas gemelas.

Estuvieron así hasta que les dijeron que ya pasaron aquél tiempo "obligatorio" que tenían que estar besándose. Se separaron abruptamente de ese gesto.

Se tomaron sus tragos y Naiko volvió a girar la botella. Cayó en Castiel, haciendo que este de inmediato se sonrojará y que Dean apretará sus puños.

El pequeño mentiroso se acercó a Cas y lo besó. El primero no pudo evitar escuchar un gruñido por parte de Dean, haciendo que se sintiera un poco amenazado, pero igualmente continuó con aquél gesto por dos minutos. Tenía que admitir que no se sentía nada incómodo.

Cuando se separaron, Castiel tenía un gran sonrojo en sus mejillas. Se tomó sus tragos y giró la botella. A todos les sorprendió cuando cayó en Jaime. Este último miró a su amigo y este no podía estar más nervioso y rojo.

-Tranquilo Cas.-Había dicho Jaime cuando estaba bastante cerca de su amigo. El enojón finalmente besó a Castiel y este le correspondió aquél gesto. A Jaime en realidad le sorprendió lo bien que besaba Cas.

Mafia. (Jainico) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora