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POV Omnisciente

Al final, Jaime le compró a Nicolás once trajes. Este último le había pedido uno no más pero al enojón le había gustado todos los trajes que el moreno se había probado, entonces no le tomó demasiado tiempo saber que le iba a comprar todos los trajes. También le compró unos pares de zapatos por si acaso.

El enojón pagó todo y le susurró algo a la vendedora mientras Nicolás estaba distraído.

-Ten claro que no va a ser la última vez que me veas, la vas a pagar.-Dijo el mafioso en un susurro, con un tono algo violento y amenazador, haciendo que la vendedora tuviera temor de él.-Disfruta el resto de tu turno.

Con eso, Jaime guardó su billetera en su traje y cargó la mayoría de las bolsas. Nicolás cargaba solo dos, pero no porque no le hubiera pedido a su alma gemela que le pasara más, este último no dejo que este cargará más, eso es todo.

Cuando salieron del mall con todas las bolsas, las colocaron en el maletero. Jaime le abrió la puerta del auto a su moreno y cuando este entró, la cerró. Después solo entró al asiento del conductor y cerró su puerta para encender el auto y comenzar a conducir.

-Le dijiste algo?.-Preguntó el pequeño de los ojos violeta de repente, con algo de curiosidad.

-Puede ser.-Respondió el mafioso sin ninguna expresión que a Nicolás le diga de como se siente este.

-No era necesario Jaime...

-Sí lo era, todo lo que crees que no es necesario, lo es para mí si se trata de ti, Nico.-Dijo Jaime mirándolo solo un par de segundos para concentrarse en el camino.

El moreno se quedó en silencio un par de segundos, no podía discutir contra eso.

-Qué le vas a hacer?.-Preguntó el pequeño de los ojos violeta.

-En verdad quieres hablar de esto, Nico?.-Preguntó el enojón, no queriendo responder la pregunta.

-Solo quería saber.-Respondió Nicolás con una pausa.-Para saber si puedo ayudarte.

Ni se imaginan la sorpresa de Jaime cuando escuchó esto, menos mal que mantuvo el control, ya que su reacción era parar el auto de inmediato para ver a Nicolás a la cara, pero claro que no lo hizo.

-Lo dices en serio?.-Preguntó el mafioso, no creyendo que su alma gemela quisiera ayudarlo en cosas así.

-O sea, si es que quieres dejarme hacerlo, sí.-Contestó el pequeño travieso, diciendo la verdad.

-Creo que esto debes dejarme hacerlo solo, cariño, vamos a ir de a poco y lo que le haré a esa weona, no será poco.-Dijo Jaime, casi dándole una idea de lo que le haría a la vendedora.

-Esta bien, pero si la vas a matar, asegúrate que este bien muerta, que no sea como en las series que reviven y todo eso.-Dijo Nicolás con una leve sonrisa malvada en sus labios. Ustedes no conocen la parte mala de nuestro querido Nicolás, pero la conocerán, se los prometo.

-Claro cariño.-Dijo el enojón con una sonrisa en sus labios. Lo alegraba un poco que Nicolás no lo viera como un monstruo o algo así por lo que hacía.

-Tú crees que le agradaré a tus socios?.-Preguntó el pequeño moreno cambiando de tema.

-Claro que les agradaras. Bueno, si no es así, fácilmente los puedo eliminar.-Respondió el mafioso con una ligera sonrisa en su rostro.-No me afectaría mucho ya que son socios con los que antes había empezado cuando no tenía nada.

-Tú crees que les moleste que sea hombre y que sea "tu chico"?.-Preguntó el pequeño de los ojos violeta, mirándolo unos segundos, haciendo las comillas con los dedos.

-Espera, dos cosas. Primero por que las comillas en lo de tu chico?.-Preguntó Jaime sin responder las preguntas.-Eres mi chico, claro, no te he pedido pololeo todavía, pero aún así lo eres.-Se tomo una pausa para seguir.-Y qué tienes que seas hombre?.

-Bueno, cuando Manuel y yo fuimos al primer piso de tu casa para irnos al Mall, tus trabajadores no me conocían y le preguntaron al weón de ayer que casi me pego quien era. Él dijo que yo era tu chico y quedaron sorprendidos de que seas gay, tal vez no lo dijeron, pero se notaba.-Respondió el pequeño travieso, contando la incómoda escena que tuvo en la mañana.-Si a ellos les sorprendió y incómodo, qué pasaría con tus socios?.

-Si los que trabajan para mí tienen algún problema con eso, pueden hablar directamente conmigo.-Dijo el enojón con el ceño fruncido, teniendo una nota mental de que hablaría con sus trabajadores y que probablemente eliminaría del camino a los que le molestaba esto.-Nico, no tienes que preocuparte por esas cosas, lo digo en serio.

No le gustaba que su moreno haya tenido un día tan malo.

-Mañana igual tienes que ir a trabajar?.-Preguntó Nicolás otra vez cambiando de tema, no tenía muchas cosas que decir en lo anterior.

-En verdad quieres que me quede contigo, cierto?.-Preguntó Jaime con una leve sonrisa en su cara.

El pequeño moreno se sonrojó pero no dijo nada más, haciendo que Jaime entendiera que eso era un sí.

-Mañana no iré a trabajar, no es necesario.-Contestó el mafioso notando que este no hablaría.-Tampoco vendrá Manuel ni Edgar, así que podemos quedarnos hasta tarde en la cama.

-Eso suena bien.-Dijo el pequeño travieso con una sonrisa en sus labios y aún con el sonrojo en sus mejillas.

-Claro que suena bien, los dos semi-desnudos en una cama, muy juntos.-Dijo el enojón con una sonrisa pervertida y con doble sentido, haciendo que Nicolás entendiera de inmediato y se sonrojara aún más.

-C-Cállate.-Dijo el moreno muy sonrojado y avergonzado, ni siquiera pudiendo disimular su nerviosismo. Siendo sincera, Nicolás no se había acostado con nadie desde que se fue de Chile, créanme, se ha besado con gente, obvio que sí, pero nada más que eso.

-Cállame.-Dijo Jaime con una sonrisa algo seductora, mirando a Nicolás unos segundos para luego mirar el camino.

-Estas seguro de eso?.-Preguntó el pequeño moreno, notando en que no llegarían muy pronto a la casa. Con lo que le había dicho Jaime, su fase traviesa se había activado.

-Bastante seguro.-Respondió el enojón, no sabiendo que era lo que iba a hacer su alma gemela.

De repente sintió la mano de Nicolás subir y bajar por su pierna, cada vez más acercándose a su entrepierna.

Si Jaime quería jugar con fuego, se quemaría.

Mafia. (Jainico) Where stories live. Discover now