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POV Omnisciente

Cuando Nicolás llegó a la casa, lo primero que hizo fue ir corriendo a la habitación que compartía con su alma gemela y acostarse encima de la cama, en modo feto. No estaba llorando ya, pero se sentía demasiado mal, y con el autoestima bajo. De verdad que el moreno pensaba que era un asco.

Se quedó así unas varias horas, solo se levantaba para ir al baño y una vez para cargar su celular, ni siquiera fue a comer.

Jaime como lo prometió, llegó más temprano a la mansión. El enojón entró a la casa y creyó que Nicolás tal vez seguía comprando o algo así. Fue a su habitación y lo primero que vio fue a su moreno acostado encima de la cama, con los ojos algo hinchados y rojos. También tenía una cara de tristeza que rompió el corazón del mafioso. Este último cerró la puerta para tener más privacidad con el moreno y se acercó a este, sentándose al lado del pequeño moreno. Jaime hizo que este último lo mirara.

-Qué pasó, cariño? No te compraste nada?.-Preguntó el mafioso acariciando cuidadosamente el rostro de su moreno.

-C-Creo que será mejor que vayas con la chica que vino ayer.-Respondió el pequeño moreno con una voz débil, haciendo que el pecho de Jaime se apretara.

-Por qué, cariño? Si no vas, yo tampoco iré, prefiero quedarme contigo.-Dijo el enojón no entendiendo nada.

-F-Fui a comprar un traje pero el Manu se tuvo que ir. Había uno que me gusto y pregunté cuanto costaba, pero la señora fue mala conmigo.-Dijo Nicolás con una expresión triste y sintiendo sus ojos arder otra vez. Pocos segundos después el mafioso vio que de los ojos de su alma gemela salían unas lágrimas, sintiendo rabia por todo su cuerpo.

-Qué te dijo?.-Preguntó Jaime con la mandíbula tensa, limpiando con cuidado las lágrimas del rostro de su "novio".

-Dijo que ella creía que no podía pagar el traje, que no usaba ropa que costara más de veinte mil pesos y que me fuera de la tienda.-Contestó el pequeño de los ojos violeta tristes. Este último se acercó a su otra mitad, queriendo ocultar su cara en el pecho de este.

Jaime no podía sentir más que rabia en ese momento. Abrazó a su moreno y este por fin pudo esconder su cara en el pecho de este. Nadie trataría a su pequeño así.

Estuvieron unos minutos así, abrazados, cuando Jaime se separó y levantó a su pequeño travieso de la cama. No le dijo nada, solo lo llevó al baño y le lavó la cara con cuidado, para que no se notara que este había llorado. Cuando terminó, le secó la cara y lo tomó de la mano para salir de la habitación.

Bajaron la escalera en silencio hasta que Nicolás se atrevió a preguntar algo.

-Donde vamos?.-Preguntó el moreno, notando que Jaime lo guiaba hacia la salida de la mansión.

-Vamos a ir a comprarte tu traje. Mejor dicho, todos los trajes y cosas que quieras.-Respondió el enojón, sacando las llaves de su auto para sacarle la alarma y abrirle la puerta a su moreno. Este entró y Jaime le cerró la puerta para que segundos después, este estuviera en el asiento del conductor. Cerró su puerta y encendió el auto para comenzar a conducir.

-No es necesario...

-Claro que es necesario, nadie te va a tratar así Nico, menos ahora que me tienes a mí.-Dijo el mafioso, sabiendo que le diría este y interrumpiéndolo.

El moreno le dio una pequeña sonrisa, haciendo que su rabia disminuyera un poco, pero luego para volver el doble. Quién podría discriminar a alguien cómo Nicolás?.

Esta vez solo se demoraron treinta minutos llegar al Mall Costanera. Jaime estacionó su auto y salió rápido de este para abrirle la puerta a su moreno. Le colocó la alarma al automóvil y tomó de la mano a Nicolás.

-Vamos a la tienda donde esa señora te dijo eso.-Dijo Jaime dejando que Nicolás lo guiara.

Le tomó unos minutos al moreno encontrar la tienda. Cuando lo hicieron, Jaime paso primero solo porque Nicolás se había escondido atrás en su espalda.

El moreno le dijo que la señora estaba ahí y justo esta fue a atenderlo, sin notar a Nicolás.

-Qué busca señor? Lo puedo ayudar?.-Preguntó la discriminadora, siendo amable ahora con Jaime.

-Si me puede ayudar, la cosa es que mi novio quería el traje de ahí y usted lo echó de acá, creyendo que él no lo podía pagar.-Respondió el mafioso serio, haciendo que el moreno saliera de su escondite. La vendedora se puso pálida de inmediato y nerviosa también.-Así que vine para solucionar esto. Si tú tienes un problema con mi novio, también lo tienes conmigo. Así que tienes algún problema?.-Preguntó Jaime con una voz seria y amenazante, haciendo que la vendedora sepa que se había metido en un problema gigante con este.

-Señor, no entendió bien...

-No, tú no estas entendiendo bien, si mi novio quiere algo, lo va a tener. Así que empecemos por dejar que se pruebe los trajes que él quiera, y en verdad espero que hayan de su talla o tendremos otro problema.-Dijo Jaime interrumpiéndola. No crean que esto se terminaría ahí con la vendedora.

-E-Esta bien señor.-Dijo la discriminadora casi saliendo corriendo para buscar el traje que usaba el maniquí para pasárselo al moreno.

-Pruébate los trajes que quieras cariño.-Dijo el mafioso, cambiando de inmediato de tono con su alma gemela, haciendo que hasta este último se sorprendiera.-Y si te gustan, te los compro.

-G-Gracias.-Dijo Nicolás volviendo a abrazar a su alma gemela y este le devolvió el gesto.

Estuvieron así unos segundos hasta que el moreno se separó. Jaime apenas se dio cuenta cuando su otra mitad lo estaba besando. Le devolvió el gesto de amor. El beso fue lento pero profundo.

Jaime había estado esperando volver a la mansión solo para volver a obtener uno de esos besos.

Estuvieron varios minutos así y siguieron aún cuando la maraca de la vendedora volvió con el traje. Claro que esta no había dicho nada para que estos se separen, creyendo que eso haría que Jaime tuviera un poco de compasión con ella (y me refiero a que no la ataque con palabras o algo así).

Claro que se equivocó en las dos.

Mafia. (Jainico) Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang