07.-

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POV Omnisciente

-Quieres comer algo, cariño? Puedo pedir que lo traigan a la habitación para que no vayas abajo.-Dijo el enojón viendo que el moreno se acostaba y se tapaba hasta la cabeza.

-No tengo hambre.-Dijo el moreno diciendo la verdad.

-Pero en el vuelo no comiste nada tampoco.-Dijo Jaime con el ceño fruncido, solo observando el bulto que había en la cama que era obvio que era Nicolás.

-En verdad que no tengo hambre Jaime.-Dijo el pequeño de los ojos violeta sacando su cabeza para mirar a su alma gemela y que viera que decía la verdad.-Te tienes que ir?.

-Por qué me tendría que ir?.-Preguntó el mafioso confundido, mirando los ojos de Nicolás.

-Todavía no te cambias de ropa y creí que tenías que salir de nuevo.-Contestó el pequeño moreno, explicándole a este porque pensaba esto.

-No cariño, no tengo que irme.-Dijo el mafioso con una leve sonrisa y con una ligera pausa.-No tienes para que inventar excusas, me quieres ver sin ropa.

-N-No no es eso...

-Tranquilo cariño, ya te daré el placer de verme casi desnudo.-Dijo Jaime guiñándole un ojo a su alma gemela para comenzar a sacarse la parte de arriba del traje.

Pero a diferencia de lo que hizo Jaime antes por él, Nicolás no apartó la vista ningún momento de su alma gemela y el enojón lo sabía.

Cuando Jaime se sacó el terno, quedando en camisa en la parte de arriba, empezó a desabrocharla lentamente, haciendo que Nicolás estuviera más atento al enojón. Sabía que este último tenía un cuerpo espectacular, pero necesitaba verlo.

Cuando el mafioso terminó de desabrocharse la camisa, se la sacó, dejando a la vista su torso trabajado. Nicolás notó que este tenía un nuevo tatuaje. Kindred Spirits decía el tatuaje que estaba en la parte de arriba del torso.

Poco tiempo le tomó a Nicolás levantarse para acercarse a su alma gemela para tocar cuidadosamente el tatuaje del torso del mafioso, haciendo que este último se sorprenda un poco pero no diciendo nada.

-Todos tienen este tatuaje?.-Preguntó el pequeño moreno en un murmuro, observando la marca permanente en la piel de su enojón.

-La mayoría que es de mi mafia, sí.-Respondió el mafioso con una ligera sonrisa. Le gustaba que Nicolás se interesará por lo que hacía.-Pero este modelo es diferente, este es el del jefe.

-Entonces si me tienen que tratar como a ti y que yo también mando, debería tener este tatuaje?.-Preguntó Nicolás curioso por saber esto.

Jaime lo miró unos segundos y contestó.

-En cierta manera, sí, pero no es necesario que te lo hagas.-Dijo el mafioso, creyendo que el moreno no quería ser parte de su mafia.

Nicolás no dijo nada más, solo siguió tocando ligeramente el tatuaje hasta que su mano paso más allá y tocó la mayoría del torso y paro cuando tocó el cinturón, el comienzo del pantalón.

Nicolás se sonrojó y miró a su alma gemela, pero este ya lo estaba observando.

No dijeron nada, es como si los dos estuvieran esperando algo y claro que estaban esperando algo, un beso.

-Necesito que me lo pidas.-Murmuró Jaime con una expresión neutra mirando a su alma gemela.

-Q-Qué quieres que te pida?.-Preguntó el pequeño de los ojos violeta, no sabiendo lo que quería su alma gemela.

-Necesito que pidas que te bese para poder hacerlo.-Explicó el mafioso aún en un murmuro.

El moreno tragó saliva y se puso más nervioso aún. Aunque ya se hubieran besado, no era lo mismo.

-Q-Quiero que me beses Jaime.-Pidió Nicolás casi suplicando para que este lo haga.

Jaime lo miró unos segundos más a los ojos para luego mirar los labios de este y besarlo lenta pero igual intensamente. El moreno le devolvió este gesto con gusto.

Nicolás sintió como su alma gemela colocaba sus dos manos en su cintura, tocándolo ligeramente pero aún así haciendo que sienta algo de placer y nerviosismo. Y claro que el enojón lo notó y se separó solo para decirle algunas palabras a su otra mitad para que se relajara.

-Nico, no haré nada que tú no quieras, así que tranquilo cariño.-Dijo Jaime con un tono suave, haciendo que de inmediato Nicolás se relajara y este último lo besara al mismo ritmo de antes.

Duraron harto tiempo así, y podían seguir así por la eternidad pero el enojón se separó del gesto de amor, haciendo que el moreno se quejara.

-Cariño, podemos seguir así por siempre, créeme que me encantaría, pero mis pantalones comenzaron a incomodarme.-Dijo el mafioso, eligiendo las palabras más suaves o adecuadas para que Nicolás se de cuenta de la indirecta y claro que se dio cuenta.

El moreno miró a abajo a los pantalones de su alma gemela y claro que este decía la verdad.

-Si quieres te puedo ayudar con eso.-Dijo el pequeño moreno con una ligera sonrisa, mirando a su otra mitad.

-No, esta bien, solo iré a darme una ducha y listo.-Dijo Jaime separándose de Nicolás rápidamente, buscando unos calzoncillos para luego entrar al baño de la habitación sin mirar a su "novio".

Nicolás se rió un poco y escuchó la voz de Jaime desde el baño.

-No te burles de mi situación, ni siquiera se como me controlo solo al tenerte a mi lado.-Gritó el enojón desde el baño, quitándose el resto de la ropa.

El pequeño travieso se rió un poco más para luego acostarse de nuevo y taparse casi hasta la cabeza. Seguía igual de friolento como siempre.

Escuchó como Jaime se comenzaba a bañar así que tuvo que esperar a este para no aburrirse.

Había algo que no sabía si preguntarle a Jaime o no, ya que era recién el primer día que había llegado, pero, acaso se iba a quedar para siempre y no iba a volver a Nueva York?.

Nicolás sabía que tenía a Edgar y Manuel acá, pero estos están haciendo sus vidas, así que no había nada que tuviera en Santiago para quedarse.

"Tienes a Jaime" pensó el moreno cuando se le cruzo esa idea por la mente, pero de inmediato dejó de pensar eso. No era ni el novio de su alma gemela como para tenerlo.

Y esa era la realidad.

Mafia. (Jainico) Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon