POV Omnisciente
Nicolás y Dean se quedaron hablando unos minutos más afuera. Uno de los temas era Castiel, pero también hablaron de cosas para conocerse. Y de hecho, iban a seguir hablando hasta que Jaime salió junto a Castiel para ver que estos estaban bien.
El moreno le sonrió a su prometido, haciendo que se relajara. Había querido ver si su novio estaba bien desde que este salió de la casa, así que imagínense lo tenso que estaba.
Dean no le sonrió a su alma gemela, pero se acercó a él y lo abrazó. Cas no sabía porque Dean hacía este gesto de cariño con él, ya que no era muy cariñoso en público, pero no quiso pensar en eso y le devolvió el gesto.
Jaime también se acercó a su novio y le dio un pequeño beso en los labios a este último, haciendo que los dos sonrieran.
-Chucha, nos vamos unos minutos y parecen que se pusieron románticos.-Dijo Manuel riéndose, haciendo que Dean y Castiel se separaran para mirarlo.
-Sabes qué eres un mata-pasiones Manu?.-Preguntó el moreno, con un tono divertido, pero Cas no entendió muy bien esto y creyó que Nicolás la había dicho algo malo a Manuel.
-No tienes porque ser malo, Nico.-Dijo Castiel, para que segundos después abrazará a Yelo, como si lo estuviera consolando. Manuel lo abrazó devuelta por cuatro cosas realmente. Primero, porque él no llevaba el alcohol, era su novio el que cargaba las bolsas con alcohol. Segundo, porque Cas era realmente tierno. Tercero, porque sabía que su amigo se sentiría mal o pensaría que había hecho algo malo, y no quería eso. Y lo último, quería sentir como abrazaba Castiel, aunque suene estúpido. Pero hasta sus abrazos son reconfortantes y lo hacían sentir bien.
Edgar llegó al lado de su novio y los miró extrañado. Buscó explicaciones en Nicolás pero este tenía una cara de ternura máxima. Jaime le hizo un gesto en que después le dirían.
-Te prometo que Nicolás no te volverá a decir así.-Le dijo Cas, en un tono bastante delicado, como para no herir a Manuel.
-Pero y si lo vuelve a decir cuando tú no estás?.-Preguntó Manu, con un buen tono fingido de tristeza.
-Obligaré a Jaime a que lo castigue.-Respondió Castiel, sin ni siquiera un doble sentido ni nada.
-Oh Cas, no tengo ningún problema en castigar a Nicolás si es que hace eso.-Dijo el hombre de los ojos rojos, guiñándole un ojo a su moreno, haciendo que este último se sonrojara, captando la indirecta.
-Creo que ya me siento mejor.-Dijo Manuel, con una leve sonrisa separándose del abrazo para mirar a Castiel.-Gracias Cas, sirvió bastante.
-De nada, sabes que cuentas conmigo y con mis abrazos siempre.-Dijo Castiel, bastante feliz. A diferencia de Dean, Castiel era muy cariñoso con todas las personas, sin excepción de nadie. Puede ser que ya no sea cariñoso con algunas personas pero sería solo porque esas personas han sido malas con él o porque se trata del trabajo en la mafia.
-Deberíamos entrar, no?.-Preguntó el enojón, notando que Dean estaba algo serio y con la mandíbula tensa. Era obvio que este estaba celoso. Y fue en ese momento que Jaime pensó si siempre había sido así Cas, y si siempre que este era demasiado cariñoso, Dean se ponía celoso.
-Me parece bien, el alcohol igual pesa.-Dijo Edgar, que a diferencia del hombre de los ojos verdes, no estaba para nada celoso, sino que esta divertido y algo enternecido, aún sin saber que había pasado.
Jaime lo ayudó con algunas bolsas y entraron primeros solo para colocar el alcohol en la cocina.
Después de haber hecho eso, Nicolás, Castiel, Dean y Manuel ya estaban de nuevo en el living, sentados. Pero el moreno cuando vio que su prometido ya estaba ahí, se levantó para que este se sentará y después que Nicolás se sentará en sus piernas. Este último empezó a hacerle cariño en el cuello a Jaime, haciendo que este se relajara bastante y sonriera.
-Te amo.-Había susurrado el pequeño moreno, solo para que su alma gemela lo escuchara mientras sus amigos hablaban de otras cosas.
-Yo también te amo, cariño.-Dijo el mafioso, mirándolo directamente a los ojos, también susurrándolo para que los otros no lo escucharan.
-Por qué siento que ustedes están en su propio mundo?.-Preguntó Naiko, molestándolos.
-Tal vez porque lo estamos.-Respondió el pequeño de Jaime, todavía haciéndole cariño en la parte de atrás del cuello a este último.
Nicolás sintió como su pololo acariciaba su mano en la que estaba su anillo.
-Yo también quiero ayudar en lo de la boda.-Dijo el pequeño mentiroso, mirando directamente a Manuel. Casi todos conocían a este último y sabían organizaría todo. Tal vez solo dejaría que Nicolás y Jaime le digan las cosas que quieren, pero ni siquiera era seguro, Manuel conocía bien a sus amigos.
-Claro que puedes.-Dijo Manu con una leve sonrisa y con una ligera pausa.-Después vemos en que podrías ayudar y cosas así.
Naiko y Edgar cruzaron miradas por unos segundos para luego desviarlas. Las cosas igual estaban algo raras entre ellos. No era algo fácil procesar que tienes otra alma gemela y que más encima no sabes como decirle a tu otra alma gemela y pololo al mismo tiempo sobre esto.
-Ya les dijiste a tus trabajadores lo de la fiesta en la noche?.-Preguntó Naiko, intentando no pensar mucho en el momento algo incómodo entre Edgar y él.
-No.-Contestó Jaime, notando de que algo había pasado entre Naiko y Edgar. En verdad esperaba que no fuera nada de lo que él estaba pensando. No era muy difícil saber lo que estaba pensando Jaime, pero aún así se los diré. Esperaba que estos no se hayan besado ni nada de eso. No quería que Manuel sufriera.-Podría ir ahora.
-Yo voy.-Dijo el moreno, ni siquiera esperando a que su novio se opusiera ni nada y levantándose para buscar a Álvaro.
Volvió a salir de la casa para ver si su amigo estaba afuera. Por suerte, vio que estaba en la reja, vigilando. Se acercó a este y Álvaro de inmediato lo vio, y se acercó a él, sabiendo que Nicolás le quería decir algo.
-Álvaro, en la noche va a haber una fiesta acá, y bueno, Jaime dijo que algunos de sus trabajadores podían venir.-Dijo Nicolás con una pausa.-Así que podrías venir si quieres. Además, puedes decirle a algunos de tus compañeros?.
-Claro, pero por qué la fiesta?.-Preguntó Álvaro, algo confundido. Conocía algo a su jefe y él no era de invitarlos a carretes y cosas así.
-Es una sorpresa.-Contestó el pequeño moreno, sin decir nada más, hasta escondiendo un poco el anillo para que no se arruinará la sorpresa.
-Esta bien, yo les diré.-Dijo su amigo con una sonrisa.
-Gracias.-Dijo el pequeño de Jaime bastante amable, devolviéndole la sonrisa para luego irse de ahí y entrar a la casa.
Y para confirmar, a Álvaro de verdad que le gustaba Nicolás.

KAMU SEDANG MEMBACA
Mafia. (Jainico)
Fiksi PenggemarTienen que leer la primera temporada llamada "Soulmates". La pueden encontrar en mi perfil!