Mafia. (Jainico)

08.-

POV Omnisciente

Nicolás siguió pensando estas cosas por unos minutos más hasta que Jaime salió del baño con el pelo algo seco y el cuerpo también. Claro que este estaba usando unos calzoncillos que para el moreno era difícil no mirarlos, así que hizo lo que más pudo. Pero el pequeño moreno puede asegurarles que Jaime ya se había deshecho de su "problema".

-Seguro que no quieres nada? No me cuesta nada ir a buscarte algo de comida.-Dijo Jaime con el ceño fruncido, de verdad que se notaba que se preocupaba por este.-No importa, de todas maneras de traeré comida y te obligaré a que te la comas.

Jaime salió de la habitación, sin importarle que sus trabajadores lo vean solo en calzoncillos, ya que no era la primera vez que iba en puros calzoncillos por la mansión. Bueno, si es que Nicolás fuera el pololo de Jaime, este de inmediato prohibiría esto, pero no lo es, al menos no por ahora.

El enojón volvió con una bandeja llena de comida. Habían donas, pedazos de pizza, hasta helado.

-Chucha, nada de comida sana?.-Preguntó Nicolás riéndose, viendo como Jaime cerraba la puerta de la habitación y colocaba la bandeja sobre la cama, cerca de Nicolás para que este coma.

-Otro día nos preocupamos por eso.-Respondió el mafioso con una leve sonrisa, acostándose al lado de su alma gemela.-Te paso una polera para que no te de tanto frío el helado?.

-No lo sé, podrías abrazarme para eso.-Dijo el pequeño de los ojos violeta, como si fuera esa la única razón porque quería que este lo abrazara.

-Buena idea, cariño.-Dijo el enojón, acercándose más a este para abrazarlo mientras este comía primero el helado.

-No quieres helado?.-Preguntó el pequeño moreno, mirando a su alma gemela.

Jaime asintió y iba a tomar una cuchara pero Nicolás le pegó en la mano, haciendo que este lo mirara confundido. Al menos así fue hasta que el moreno sacó una cucharada de helado y hizo un gesto para que su "novio" abriera la boca. Este lo hizo y el pequeño travieso le dio el helado en la boca.

El moreno le sacó la cuchara de la boca y el mafioso digirió el helado para después darle una pequeña sonrisa a su alma gemela. Y en lo único que podía pensar Nicolás era cómo Jaime podía ser un asesino, torturador, etc, siendo tan tierno?.

-Jaime, tengo que quedarme aquí en Santiago por siempre?.-Preguntó el moreno minutos después, sacando el tema de repente.

Nicolás se asustó ligeramente cuando vio que su alma gemela se había quedado en una especie de shock.

-Quieres irte?.-Preguntó Jaime, segundos después, ocultando bien sus emociones en ese momento y con un tono hasta algo serio.

-No es eso Jaime, la estoy pasando bien, en serio, pero después no habrá nada que me mantenga aquí, me refiero a que Edgar esta haciendo su vida con Manuel y ellos son todo lo que tengo.-Respondió el pequeño de los ojos violeta, no queriendo que su alma gemela se tomara las cosas de esa manera.

-Y yo, Nicolás?.-Preguntó el mafioso, con un tono de dolor, haciendo que Nicolás se arrepintiera de no haber pensado bien las cosas.

-Jaime no quería que sonara así...

-No importa, esta bien.-Dijo Jaime interrumpiéndolo, otra vez volviendo a ocultar sus emociones.-Puedes irte cuando quieras, no estas obligado a quedarte, tienes razón, no tienes nada que te mantenga acá.

-Jaime...

-Voy a dormir, mañana tengo que ir a mi trabajo.-Dijo el enojón, no dejando que este hablara. Jaime se separó de Nicolás y se alejó de él, quedando en la orilla de su lado de la cama. Claro que el enojón le había dado la espalda al moreno, haciendo que este se sintiera peor.

Nicolás dejó la bandeja en el piso para luego acercarse a su alma gemela y abrazarlo por la espalda.

-No te enojes Jaime, no lo dije con esa intención. No me quiero ir.-Murmuró el pequeño moreno, apoyando su cabeza en la espalda de Jaime.-No me quiero ir lejos de ti, Jaime. Lo lamento, de verdad que sí, fue una pregunta estúpida, se que no me tienes como un prisionero ni nada acá, lo siento Jaime.

El recién nombrado se giró solo para mirar a Nicolás y saber si este decía la verdad. Ese era una de las cosas esenciales que tenías que saber si es que quieres ser jefe de una mafia. Jaime solo tuvo que mirar unos segundos al moreno para saber que este si decía la verdad.

El mafioso no dijo nada, pero le dio a entender al pequeño de los ojos violeta que no estaba enojado o algo así con este con un beso, el cual Nicolás correspondió.

Le gustaría que todas las cosas entre Jaime y él antes se hubiera arreglado todo con un beso.

-Te quiero.-Murmuró Jaime sobre los labios de su moreno.

-Yo también te quiero.-Susurró Nicolás con una leve sonrisa demasiado cerca de su enojón.

-Siempre y para siempre?.-Preguntó el mafioso, sorprendiendo a su alma gemela al notar que este no lo había olvidado.

-Siempre y para siempre Jaime.-Respondió el pequeño moreno acariciando levemente el rostro de su otra mitad.-Sabes que falta ahora? Decir que siempre y para siempre es nuestro okay.

-Nuestra historia es mejor que la suya.-Dijo Jaime con una sonrisa divertida.

-Mucho mejor.-Dijo Nicolás estando de acuerdo con su "pareja".-Realmente tienes que ir a trabajar mañana?.

-Claro que sí, si no fuera así, yo hubiera ido contigo a comprar, pero es necesario que vaya mañana.-Dijo el mafioso, cerrando los ojos para disfrutar más las caricias de su pequeño moreno.

-Qué hay mañana?.-Preguntó el pequeño travieso con una leve sonrisa al ver la reacción que tenía Jaime a sus caricias.

-Tengo que ver la gente que me debe y cosas así. Revisar algunos contratos con unos socios y ver si los cumplen o no.-Respondió Jaime con algo de detalles.

-Qué pasa si no cumplen?.-Preguntó el moreno, curioso.

-Primero les damos una advertencia. La segunda vez le decimos que no tiene que volver a ocurrir, pero siendo sincero, eso es una mentira para que se sientan seguros para luego eliminarlos del camino fácilmente.-Contestó el enojón diciendo la verdad. No podía mentirle a Nicolás sobre esto. Creyó que el moreno iba a pensar que él era un monstruo o algo así.

-Eso es una buena estrategia, pero no deberías ni siquiera darles una oportunidad.-Dijo el pequeño de los ojos violeta con una sonrisa algo malévola, haciendo que Jaime se sorprendiera.

Créanme cuando les digo que Nicolás pronto será un mafioso.