POV Omnisciente
Mientras Nicolás y Jaime estaban bastante ocupados en su habitación, todos los trabajadores de este último se fueron a sus casas, o a las habitaciones, o simplemente fueron a cuidar la casa pero afuera. Álvaro fue uno de los que quiso cuidar la mansión por si acaso.
Naiko junto a su novio fueron a cualquier habitación desocupada para dormir por esa noche ahí. Edgar con Manuel hicieron lo mismo, pero ellos ya tenían un cuarto en la mansión de Jaime por si acaso.
Dean y Castiel estaban sentados en el sillón. No se habían hablado ni una palabra desde que Jaime le disparó a su empleado. Cas sabía que su alma gemela estaba enojado con él, o al menos así lo sentía él.
-Dean no te enojes.-Dijo Cas con un tono algo delicado, ya que se sentía mal, mientras bajaba la mirada para no seguir viendo a Dean así.
-No estoy enojado.-Dijo el hombre de los ojos verdes, mirándolo.
-Entonces qué tienes? Lo puedo solucionar?.-Preguntó Castiel, mirándolo con aquellos ojos celestes preciosos, pero que ahora estaban tristes.
Su alma gemela lo miró directamente a los ojos para luego mirar sus labios.
-Tal vez, pero es estúpido que lo siga pensando.-Respondió Dean, dejando de mirar a su otra mitad para no tentarse a besarlo.
-Y qué es lo estúpido que piensas, supuestamente?.-Preguntó el chico de los ojos celestes, mirándolo algo confundido.
-Que puedo volver a tenerte.-Contestó su alma gemela, no queriendo mirarlo.-Tal vez ya es tiempo de que te deje ir, han pasado años y creo que necesitas conocer a otras personas, y yo también.
Cas miró a su otra mitad en silencio, al menos por un tiempo.
-Yo no quiero conocer más personas.-Dijo Castiel, bastante sincero y con una ligera pausa para luego seguir hablando.-Yo te quiero a ti.
Dean por fin lo miró y Cas ya estaba mirando sus labios, haciendo entender al primero que eso era lo que los dos querían en ese preciso momento. El oji-verde se acercó un poco más a la cara de su alma gemela para luego besarlo. Después de tantos años, sentía lo mismo que la primera vez que lo hizo. Sintió como Castiel le correspondía este gesto y Dean colocó una mano en la cintura de este, y la otra en su rostro, para hacer más profundo el beso.
Adivinen quién ganó la apuesta?.
Después de varios minutos besándose, Dean se separó de los labios de su alma gemela, con una leve sonrisa en su rostro.
-Puedo volver a tenerte?.-Preguntó el oji-verde, observando cada parte del rostro de su otra mitad. Este tenía otro de sus sonrojos en las mejillas, sus labios algo rojos y un leve brillo en aquellos ojos celestes que lo volvían loco.
-Ya me tienes.-Dijo Cas, con una ligera sonrisa para luego volver a besar a su alma gemela.
No fueron a ninguna habitación, pero se quedaron en el sillón por el resto de la noche. Cuando terminaron de besarse y hacerse cariño, se acostaron en el sofá para dormir. Dean abrazó a su otra mitad por si este le daba frío y Cas también lo abrazó, pero no porque tenía frío, solo porque le gustaba tener a su oji-verde cerca suyo.
Al día siguiente, Jaime fue el primero que despertó de todos sus amigos. Claro, sus empleados ahora debían estar trabajando o si no probablemente el enojón volvería a mandar a alguien a despertarlos. Y no fue nada lindo la primera vez.
El enojón iba a mirar su alrededor, pero primero vio a quién más le importaba a él, Nicolás. Este último estaba durmiendo todavía, con su cabeza en el pecho de Jaime y rodeando la cintura de este con un brazo. Jaime sabía que Nicolás estaba desnudo, de hecho, los dos estaban en las mismas condiciones pero las sábanas los tapaban. Aún así, el mafioso pudo ver los chupones que le había dejado a Nicolás. Pero estos no eran nada comparados a los que su prometido le hizo a él. El enojón acarició la espalda de su novio y luego vio como estaba su cuerpo. Estaba lleno de chupones y mordidas.
En realidad le gustaba bastante que su novio fuera posesivo, era como si fuera otra persona ni parecida a Nicolás. Jaime volvió a mirar a este último y ahora notó que en la cintura de su moreno estaban marcadas sus manos. No, no le había pegado, ni castigado, pero solo diremos que su pequeño quería más y eso fue exactamente lo que hizo. No le sorprendería si a Nicolás le dolía el cuerpo hoy.
-Sigues con tu tradición de mirarme mientras duermo.-Dijo el chico de los ojos violeta, con la voz algo ronca y abriendo sus ojos para mirar a su prometido.
-No es mi culpa que hasta durmiendo seas hermoso.-Dijo Jaime con una leve sonrisa, acomodándose un poco en la cama para mirar a su novio de frente. Y se agradeció eternamente ya que vio el momento exacto donde las mejillas de su pololo se empezaban a colocar rojas.
-Mientes.-Dijo el moreno, intentando no mirar a su alma gemela.
-Sabes muy bien que no.-Dijo el mafioso con una sonrisa, tomando la cara de su novio con cuidado para que este lo mire.-Nico, eres la persona más hermosa que he visto en mi vida, y será así hasta la eternidad.
-Sabes qué? Sigue diciendo cosas así y seré un tomate con piernas.-Dijo el pequeño moreno, aún más sonrojado que antes.
-Pero serías el tomate con piernas más perfecto que he visto.-Dijo el hombre de los ojos rojos, todavía con una sonrisa en sus labios. Luego de decir eso, le dio un pequeño beso en las mejillas rojas de su moreno.-Además, me encanta verte sonrojado.
Se quedaron mirando por bastante tiempo, los dos con sonrisas de enamorados en sus labios, hasta que Nicolás habló.
-Te amo Jaime.-Dijo Nicolás, notando ese pequeño brillo en los ojos de su prometido.
-Yo también te amo cariño, mucho.-Dijo el recién nombrado. Cuando finalizó de decir esto, besó a su pequeño lentamente.
Tendrían la eternidad para repetir estos gestos las veces que quieran.
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BINABASA MO ANG
Mafia. (Jainico)
FanfictionTienen que leer la primera temporada llamada "Soulmates". La pueden encontrar en mi perfil!